Chasco monumental en el Camp Nou
El Celta completa un partido estupendo y derrota a un Barcelona negado, sin suerte y también sin juego, desposeído del liderato de la Liga
Las sensaciones del clásico de la semana pasada se constataron este sábado en Granada y Barcelona. Juega el Madrid parecido al mejor Barça mientras el Barça quiere ser el viejo Madrid. La diferencia es que a los madridistas les cuesta muy poco ser virtuosos mientras que los barcelonistas no consiguen ser efectivos, abatidos ayer por el Celta en el Camp Nou. Ya no se mastica el fútbol en el estadio sino que se cuentan las ocasiones con la esperanza de que la victoria caiga del bando barcelonista simplemente porque tiene tres delanteros que pueden ganar cualquier partido por su cuenta: Messi, Neymar y Luis Suárez. No fue el caso ante el Celta. Muy bien resguardado por la madera, que repelió hasta cuatro tiros, Sergio Álvarez negó el triunfo a los blaugrana, faltos de puntería, mientras que a los gallegos les alcanzó con un gol de Larrivey.
No hubo el anunciado tanto de Luis Suárez en su debut ni Messi alcanzó el récord de Zarra. Hasta falló por ver primera Neymar. Y el Barça de hoy solo se explica por sus goles porque ha desaparecido el juego de posición y la presión, el equipo se parte, pierde el balón y el control, y se entrega de manera desbocada al intercambio de golpes, estéril contra el Celta, invicto como forastero, triunfador en el Camp Nou. Ya nadie canta en el estadio, ni siquiera suena Paquito el Chocolatero y se ha dejado de aplaudir a Luis Enrique.
Interpretar al entrenador no es sencillo, de manera que se impone prudencia en el análisis de las alineaciones, sobre todo por su política de rotaciones, todavía más evidente en vigilias de la Champions. Ayer, en cualquier caso, no jugaron de salida Piqué ni Xavi ni el lesionado Iniesta, los tres titulares en el Bernabéu, un partido que ayudó decisivamente a la beatificación del Madrid y a la condena del Barça, ni que fuera porque la foto de la alineación evocaba al pasado y no al futuro, representado por Rakitic o Rafinha, novedades anoche con Luis Suárez. Tampoco funcionó contra el Celta. A la hora de partido ya estaba el Barcelona con Pedro y Xavi en la cancha después del gol de Larrivey. La sorpresa fue que en un equipo a la desesperada, desplegado a partir de un 3-4-3, no había sitio para Busquets.
Barcelona, 0-Celta, 1
Barcelona: Bravo; Alves, Mascherano, Mathieu, Jordi Alba, Sergio Busquets (Xavi, min.65), Rakitic, Rafinha (Pedro, min.65) Messi, Luis Suárez y Neymar.
Celta: Sergio; Hugo Mallo, Cabral, Sergi Gómez, Jonny, Rodoja, Pablo Hernández (Boja Fernández, min.69), Krohn-Dehli, Orellana, Larrivey (Charles, min.76) y Nolito (Madinda, min.88).
Goles: 1-0: Larrivey, min.55.
Árbitro: Vicandi Garrido (Comité vasco). Mostró tarjeta amarilla a Pablo Hernández (min.13), Sergi Gómez (min.73) y Pedro (min.92).
71.468 espectadores en el Camp Nou
No es fácil tener paciencia con el equipo blaugrana después de la impaciencia mostrada por los directivos, enredados en no se sabe cuántos pleitos, el último muy discutido con Laporta. La estabilidad institucional queda a expensas del marcador y muy especialmente en el Camp Nou.
Las prisas se notan en el juego, muy vertical y nada elaborado, exento de pase y de pausa, siempre pendiente de las aceleraciones de Messi, de la profundidad y los centros de Suárez y del remate de Neymar. Los delanteros son más protagonistas que los medios, una circunstancia preocupante ante contrarios bien organizados, intensos y dinámicos, como el Celta. Las transiciones eran vertiginosas, bien corregidas por Mascherano en campo barcelonista y mal acabadas en el marco de Sergio. A los interiores barcelonistas les costaba encontrar su sitio en la cancha, los laterales dudaban y los zagueros sufrían cuando les enfrentaba un delantero como el desequilibrante Nolito.
No tienen tantas preocupaciones los muchachos de Berizzo, alegres y valientes, muy sueltos, excelentes en la presión alta, más a gusto con la pelota que el Barcelona. El Celta llegaba muy fácil al área blaugrana por la permeabilidad de la divisoria. El tráfico era monumental. Aunque masticaban más las jugadas, los celestes no conseguían tirar a la portería de Bravo. No necesitaba elaborar el Barça, entregado al fútbol directo, a la recuperación, a seis pares de botas: Neymar-Messi-Súarez.
Las cosas fueron cada vez a peor para el Barcelona, porque marcó Larrivey. Sergio sacó largo desde meta, descolgó la pelota Larrivey, no atinaron a rechazar Mathieu ni Alves y Nolito habilitó con un taconazo al delantero, cuyo tiro colocado resultó imparable para Bravo. Arriesgó Luis Enrique con los cambios y con la táctica sin resultado alguno para el Barcelona. La desesperación y la ansiedad nublaron a Suárez, no hubo manera de que despertara Messi y ya se sabe que en las segundas partes no hay noticias de Neymar. El nuevo Barça no es el viejo Madrid, que remontaba los partidos desde las individualidades, a partir del arrebato, nada que ver con el lío futbolístico montado en el Camp Nou.
No perdía dos partidos seguidos el Barça desde 2009 y no ganaba el Celta desde la temporada 1940-41 en el Camp Nou. Nadie diría que hasta ayer el Barcelona era el líder de la Liga. Al equipo le será difícil aguantar al club.
Mascherano: “Es preocupante”
Mascherano radiografió el mal partido y el desasosiego que cundió en el Camp Nou tras la derrota ante el Celta. “Ha sido un mal partido. No hemos estado cómodos. Más allá de que hemos generado ocasiones, no hemos podido desarrollar nuestro juego. Es preocupante”. El defensa argentino matizó, pero no buscó ningún tipo de excusa: “El rival también juega, pero las ocasiones que hemos tenido no han sido conseguidas a través de la generación, sino de algunos robos de balón que logramos”.
Desligó Mascherano la derrota ante el equipo gallego de la que sufrió el Barcelona en el Bernabéu. “No ha influido, más allá de que son derrotas seguidas. El partido ha sido diferente. Hemos generado ocasiones para ganarlo. Pero somos conscientes de que no jugamos bien. Pero esto es largo y si quieres estar un club como éste, hay que seguir luchando porque estoy es largo y no está todo perdido. Va a ser importante ganar el miércoles en la Champions, para coger la confianza que perdimos. Tenemos que concentrarnos y tratar de creer y confiar en nosotros mismos. Sabemos que desde el exterior quieren hacernos creer que lo hacemos todo mal, y no esa así”.
Andoni Zubizarreta, director deportivo del Barcelona, hizo un análisis con dos partes muy diferenciadas. “Se ha demostrado que puedes tener muchas oportunidades, cuatro palos y que el portero de ellos sea el mejor, y perder el partido”, empezó. Pero apostilló: “Nos ha faltado un poco más de juego y la superioridad en los delanteros. No encontrar el gol nos ha llevado a sufrir cierta intranquilidad. No creo que esta derrota tenga nada que ver la del Bernabéu”.
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