Una noche que vale por 29 años
Los Royals tiran de épica en su primer partido en los playoffs de beisbol desde 1985
La última vez que los Royals de Kansas City entraron en los playoffs de beisbol Nelson Mandela estaba en prisión, un muro dividía Berlín y Augusto Pinochet regía en Chile. 26 de los 40 jugadores de la actual plantilla no habían nacido cuando los Royals ganaron el campeonato en su última travesía por la élite, allá por 1985. Una sequía de 29 años, la mayor en los cuatro grandes deportes estadounidenses, que rompió en cataratas el martes. Kansas albergaba la ronda de wild card, que se disputa a partido único, una noche cuyo devenir sobrepasó las fronteras del estado para convertirse en una pieza de coleccionista. Cuando el batazo del venezolano Salvador Pérez culminó la sublime remontada de los locales, que perdían contra los Oakland Athletics por 7-3 en la octava entrada y 8-7 en la 12ª, un estruendo de júbilo borró tres décadas de silencio.
En un mercado pequeño y con un presupuesto limitado (con 92 millones de dólares es el 19º de los 30 equipos de la MLB estadounidense), los Royals no pueden pagar a los grandes bateadores y se han limitado a luchar la batalla que podían ganar. En una época de extremos, de mandar la pelota al infinito con un home run o de caer eliminado por strikeout sin ni siquiera rozar la bola, apostaron por la vieja escuela: buena defensa, pitchers potentes y jugadores veloces que puedan robar bases. La fórmula dio resultado: son el primer equipo en alcanzar la postemporada teniendo el número más bajo de home runs de la Liga Americana.
En un deporte donde un home run puede cambiar el signo de cualquier partido, los Royals protagonizaron una remontada legendaria a cámara lenta. Son el primer equipo en recuperar cuatro carreras de desventaja en las dos últimas entradas de un partido a vida o muerte, y lo hicieron robando bases. Los Athletics no tuvieron respuesta al asalto: cinco jugadores avanzaron sin ayuda del bateador y el partido se fue a entradas extras.
Faltaban unos minutos para la medianoche en Kansas cuando los Athletics silenciaron el graderío del Kauffman Stadium con el que parecía el hit de la victoria, firmado por el venezolano Alberto Callaspo. Les bastaba con defender su ventaja de 8-7 en la parte baja de la 12ª entrada, pero los Royals tenían preparado el acto final. "Ha sido el partido más loco que he jugado en mi vida. Este equipo ha mostrado mucho carácter, nadie creía en nosotros", subrayó Eric Hosmer, que anotó la carrera del empate tras un batazo que no se marchó a la grada por centímetros. La gloria, sin embargo, sería para Salvador Pérez.
Resumen del partido entre Royals y Athletics
El cátcher venezolano, uno de los mejores defensores del momento, llevaba una noche para olvidar. No había alcanzado base en sus cinco primeros turnos de bateo, quedando eliminado de forma muy aparatosa en la octava entrada cuando tenía en su mano poner por delante a los Royals. La redención no pudo ser más sonada. "Nunca sabes qué puede pasar, por eso tenemos que jugar duro hasta el final y es lo que hemos hecho hoy", explicó Pérez, que enganchó un fuerte batazo hacia tercera base que superó por un suspiro el esfuerzo de Josh Donaldson. Su estirada fue inútil y el mejor jugador de los Athetics yacía en el suelo con el guante vacío. El 9-8 definitivo pasó inmediatamente a la historia.
Pérez, de 24 años, no es el único venezolano en la alineación titular de los Royals: le acompañan Alcides Escobar y Omar Infante. La franquicia ha apostado por jugadores recién salidos del draft o latinoamericanos fichados como agentes libres. "Toda mi carrera había querido estar en esa situación y tener esa oportunidad", explicó Pérez. Sus Royals jugarán las series de división ante Los Angeles Angels, el mejor equipo de la temporada regular. El desafío es mayúsculo, pero él y sus soñadores compañeros ya han conseguido que, tras 29 años de espera, la fiesta durase más de una noche.
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