Por Nadal no pasa el tiempo
Tras tres meses de baja por lesión, el español vuelve a competir arrollando 6-4 y 6-0 a Gasquet en su debut en Pekín
Tras tres meses sin competir por una lesión en la muñeca derecha, Rafael Nadal volvió a las pistas arrollando por 6-4 y 6-0 a Richard Gasquet en el torneo de Pekín. Más allá del tradicional desequilibrio del cruce (el español ya domina 13-0 el cara a cara), el campeón de 14 grandes dejó pistas muy positivas para sus intereses: nunca rehuyó los intercambios de revés, un golpe que aún le hace sentir molestias en la articulación; se movió con una soltura impensable en un tenista que lleva sin jugar desde Wimbledon; y a los 28 años golpeó el drive con la fiereza y la dolorosa precisión que le han distinguido durante toda su carrera.
El número 22 del mundo, al que ahora entrena Sergi Bruguera, no encontró soluciones para su contrario en ninguno de sus dos planes de juego. Primero intentó cargar contra el revés del español, para ver si los meses de parón en los que no pudo golpearlo le habían generado dudas. Luego, cuando el mallorquín le respondió con algunos estacazos cruzados prodigiosos, apostó por competir con valentía, al ataque, a tiros. Duró lo que una chispa de fuego lanzada contra un lago. Nada. Pese a que Gasquet se procuró bolas de break en dos juegos distintos para recuperar la rotura que había cedido de inicio, Nadal le detuvo variando el servicio y atacándole con el drive. El español firmó la primera manga y volvió a abordar el saque del francés en su primer juego del segundo parcial. Fin de la historia. Demasiado lastre para su rival. Adiós de Gasquet en 1h 18m, y que pase el siguiente.
Nadal se enfrentará ahora en octavos al alemán Gojowczyk, que derribó a Karlovic. Del rodaje que logre en Asia, donde también competirá el Masters 1.000 de Shanghái, depende el convencimiento con el que afronte desde el 9 de noviembre la Copa de Maestros, el único torneo de prestigio que falta en su palmarés. Por eso es importante la prueba de Pekín: una pista ultrarápida mide la fortaleza de sus piernas, la frescura de sus pulmones y las molestias de la muñeca, hoy cubierta por una gigantesca muñequera.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.