El milagro lo necesita Estados Unidos

Será recordado como El Milagro de Medinah. Hace dos años, Europa remontó un marcador de 10-6 en la última jornada de la Copa Ryder, en Chicago. La brecha llegó a ser de 10-4 durante el sábado, pero el espíritu de Seve pasó del capitán Olazábal a Ian Poulter y en los partidos individuales se reescribió la historia. Es lo que necesita este domingo Estados Unidos, que encara el domingo con ese mismo bofetón: 10-6. Tom Watson deberá encomendarse a otro santo. Seve es patrimonio europeo.

Y de repente apareció Poulter. Había estado desaparecido el viernes, derrotado con estrépito por la mañana, suplente por la tarde. Esta vez se redimió. El experimento de juntar a McIlroy y García había hecho agua y esta vez el número uno hizo pareja con Poulter mientras el español calentaba banquillo. El inglés caminaba apocado en los fourballs (cada jugador con su bola) hasta que en el hoyo 15 embocó desde fuera del green con un approach lejano que salvó el búnker. Un golpe de genio que sacó al diablo de Medinah. Poulter gritó, apretó los puños, se le encendió la mirada, se golpeó el pecho. A Europa le cambió el ánimo con esa maravilla. La pareja ató medio punto —la mañana acabó 6,5 a 5,5— y los chicos de azul ya no volvieron a perder: tres victorias y un empate en los foursomes (una bola por pareja) de la tarde. Curiosamente Poulter no concursó en la tanda vespertina. McGinley había tenido que recitar sus dúos antes de ver su transformación.

Dos parejas sobresalieron en los primeros envites. Rose y Stenson sumaron su tercer punto seguido con 10 birdies de carrerilla entre los hoyos siete y 16. En Estados Unidos, los novatos Reed y Spieth despacharon a dos séniors como Bjorn y Kaymer sin despeinarse. Irreconocible el alemán.

Tom Watson deberá encomendarse a otro santo. Seve es patrimonio europeo

La tarde trajo novedades. García volvió a torear con McIlroy y esta vez sí hubo sintonía entre las dos figuras europeas, sólidos en todos sus golpes. Su abrazo prolongado tras batir a Furyk y Mahan simbolizó su reconciliación. Dubuisson y McDowell se han ganado la cena cada jornada. Desfiguraron a Fowler y Walker, fundidos. El capitán Watson le había dado el día libre a Mickelson y Bradley, y sus hombres pasaron una tarde de angustias.

Stenson pidió la baja por una lesión de espalda y junto a Rose se alineó Kaymer, una depresión de compañero en esta Ryder. Su retahíla de fallos pateando fue una pesadilla para Europa. Aunque enfrente Reed y Spieth también daban síntomas de agotamiento. Parecía que nadie quisiera ganar ese partido. Al menos nadie mereció el punto entero, y el acierto final de Rose para empatar fue lo más salomónico. Así quedó grabado el 10-6 que obliga este domingo a Estados Unidos a devolverle el milagro a Europa.

Segunda jornada. Fourballs: J. Rose y H. Stenson a B. Watson y M. Kuchar, 3 y 2. J. Furyk y H. Mahan a J. Donaldson y L. Westwood, 4 y 3. P. Reed y J. Spieth a T. Bjorn y M. Kaymer, 5 y 3. R. McIlroy e I. Poulter, empate ante J. Walker y R. Fowler. Foursomes:J. Donaldson y L. Westwood a Z. Johnson y M. Kuchar, 2 y 1. V. Dubuisson y G. McDowell a J. Walker y R. Fowler, 5 y 4. S. García y R. McIlroy a J. Furyk y H. Mahan, 3 y 2. M. Kaymer y J. Rose, empate ante J. Spieth y P. Reed. Domingo (12.30, C+ Golf), partidos individuales: McDowell-Spieth, Stenson-Reed, McIlroy-Fowler, Rose-Mahan, Gallacher-Mickelson, Kaymer-Watson, Bjorn-Kuchar, García-Furyk, Poulter-Simpson, Donaldson-Bradley, Westwood-Walker y Dubuisson-Johnson.

Los resultados de la Copa Ryder.