Illarra e Isco cogen carrerilla

Illarra e Isco asoman de nuevo la cabeza. Llegaron de la mano al Madrid en verano de 2013 con el título de campeones de Europa sub 21 en la maleta y se fueron juntos al diván de la casa blanca tras una temporada de vaivenes. Ahora, con dos buenas actuaciones consecutivas ante Deportivo y Elche, ambos han cogido carrerilla para reivindicarse en el repertorio de Ancelotti.

En Riazor, el técnico recurrió a Illarra para afianzar el centro del campo con 1-3 en el marcador y, en apenas 30 minutos, el cambio al 4-4-2 desató al Madrid en ataque hasta el 2-8 final con el guipuzcoano de ancla y el malagueño de delineante.

Illarramendi, que sólo disputó cuatro minutos en los seis primeros partidos oficiales, ha jugado 129 en las dos últimas jornadas y los datos refrendan la pujanza de su juego. Ante Deportivo y Elche repartió 144 pases con un 94% de acierto (136 buenos) —más y mejor que nadie—, recuperó 11 balones y solo hizo tres faltas. “Nos da control en el medio y cobertura atrás”, dice Ancelotti. Ya sin la tutela de Xabi Alonso y con una barba pelirroja que imita a la de su padrino, parece haber superado el trauma de Dortmund. Antes de aquel partido de cuartos de la Champions en el que casi descarrila la Décima había participado en 42 de los 49 partidos posibles con el Madrid. Después de aquella noche y hasta el partido ante el Deportivo sólo sumó 400 minutos de los 1.530 posibles.

A su reivindicación se ha unido Isco con tres asistencias en las dos últimas goleadas del Madrid. Ante el Elche, el malagueño generó más juego que ninguno de sus compañeros (125 acciones), estuvo eficaz en el regate y alimentó el látigo de Cristiano. “Confiamos en él. No puede jugar siempre porque hay mucha competitividad, pero fue clave en las finales de la Copa y la Champions”, recalca Ancelotti.