Bilbao será una de las 13 sedes de la Eurocopa 2020
Era la única candidata española de las 19 posibles La final y las semifinales se jugarán en Londres Múnich, Roma, Amsterdam o Glasgow, entre las elegidas
San Mamés recibió este viernes su primer regalo de cumpleaños. Llegó desde Ginebra, donde la UEFA decidió que Bilbao fuera una de las 13 sedes que acogerán la fase final de la itinerante Eurocopa de 2020, cuya semifinal y final se disputarán en el estadio Wembley de Londres. San Mamés acogerá por tanto tres partidos de la fase de grupos así como uno de los octavos de final de la máxima competición europea y ello incluirá obligatoriamente que España dispute dos de ellos en la capital vizcaína, siempre y cuando logre el acceso a la fase final del torneo. El resto de ciudades seleccionadas fueron: Múnich, Bakú (Azerbaiyán), San Petersburgo, Roma (donde se disputarán los cuartos de final), Copenhague, Bucarest, Ámsterdam, Dublin, Budapest, Bruselas y Glasgow, que como Bilbao acogerán tres partidos de la fase de grupos y uno de octavos de final.
Todas las sedes
Final y semifinales:
Londres (Inglaterra)
Cuartos de final:
Múnich (Alemania)
Bakú (Azerbaiyán)
San Petersburgo (Rusia)
Roma (Italia)
Octavos y fase de grupos:
Bilbao (España)
Copenhague (Dinamarca)
Bucarest (Rumanía)
Ámsterdam (Holanda)
Dublín (Irlanda)
Budapest (Hungría)
Bruselas (Bélgica)
Glasgow (Escocia)
Bilbao había llegado al final del camino tras descartarse previamente las candidaturas de La Peineta (Madrid) y Cornellà-El Prat (Barcelona). El hecho de haber inaugurado hace tan solo un año el nuevo estadio le daba una ventaja futbolística en la elección. Un estadio nuevo, moderno, con todos los requisitos cumplidos y sin necesidad de obra alguna de adaptación. Su capacidad (53.289 espectadores) limitaba su aspiración a lo ahora conseguido, ya que para optar a cuartos, semifinales o final, el aforo debía ser sensiblemente superior. En noviembre de 2013, Michel Platini, presidente de la UEFA visitó el nuevo estadio aún inconcluso, aprovechando la reunión en Bilbao del comité ejecutivo del organismo europeo. Su impresión fue alentadora.
Aún así, había muchas condiciones que cumplir, más allá de la incuestionable idoneidad del estadio. Políticamente, el asunto promovió las habituales discrepancias en el seno de los partidos nacionalistas vascos. El Diputado General de Bizkaia, José Luis Bilbao, del PNV, arremetió contra la iniciativa con unas declaraciones que resucitaban el más rancio lenguaje: "Vendrían un montón de autobuses con banderas rojigualdas, con aguiluchos y toros negros encima, a tomar posesión de las provincias traidoras" y añadía que "aquí estarían esperándoles los otros y habría que movilizar a la Ertzaintza y sacar las tanquetas a la calle", llegó a afirmar. Luego admitió su error por tan desafortunadas declaraciones. Entre medio, el Ayuntamiento de Bilbao, también del PNV, se volcó con la idea, al entender que era una oportunidad magnífica para Bilbao, tanto económica (se estima en 40 millones de euros el impacto) como socialmente, acoger la Eurocopa. El Gobierno Vasco, también nacionalista, optó por un apoyo público tibio, reconociendo la importancia del evento "aunque hubiéramos deseado que la selección local fuera la de Euskadi", se dijo. Tras el anuncio, los tres organismos, que estuvieron representados en Ginebra, se felicitaban por la elección de Bilbao y reconocían el espaldarazo que ello supone para la ciudad, cuyo único evento importante futbolístico data del Mundial de España de 1982 cuando tuvo su sede en San Mamés el grupo de Inglaterra, Francia, Checoslovaquia y Kuwait.
España, si se clasifica, volverá a San Mamés, 53 años después de aquel partido frente a Turquía, clasificatoria para la Eurocopa de 1968 (2-0, goles de Grosso y Gento) y tras haber disputado antes otros cinco encuentros entre 1921 y 1963. La decisión a favor de Bilbao tenía sin embargo dos peros: la movilidad desde los aeropuertos de Bilbao y Vitoria y la capacidad hotelera (28.515 plazas en Euskadi, de ellas 13.160 en Bilbao).
El siguiente paso que dará la ciudad será solicitar la final de la Liga Europa de 2017, a modo de apuesta deportiva y económica y "de entrenamiento" para el reto de la Eurocopa.
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