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El sacrificio de James

El fino mediapunta colombiano lleva forzando su naturaleza desde que en Banfield le pidieron que jugara como interior izquierda

Diego Torres
James durante el partido contra el Atlético.
James durante el partido contra el Atlético.julián rojas

James Rodríguez lucía una extraña cresta engominada cuando se presentó al entrenamiento de la Primera de Banfield en el verano austral de comienzos de 2009. Los veteranos no hicieron una excepción. Le aplicaron el tratamiento para novatos y le afeitaron el cráneo hasta dejárselo liso y brillante como una bola de bolera. Los muchachos recuerdan que el chico, de 16 años, se ofuscó tanto que casi se echa a llorar.

La cresta era un tributo a Cristiano Ronaldo, su ídolo, el hombre al que le gustaba representar en el campo y en la Play Station. Porque James se sentía un atacante. Un mediapunta ansioso por prosperar en los alrededores del área que, como Cristiano, asombraba a todos con su extraordinaria habilidad para el golpeo. Pero le esperaban malas noticias. Según transcurrían los meses, además de perder el pelo perdió las referencias. Su entrenador, Julio César Falcioni, no tardó en comunicarle que no pensaba utilizarle como si fuera un cristiano. Falcioni predicaba la máxima italiana: mezza punta, mezzo giocatore.

“James se siente más cómodo es en la posición de enganche”, decía Falcioni, “pero nosotros a veces lo ponemos para que aprenda en el doble cinco, como pivote con salida, y a veces de volante por la izquierda, para que aprenda los recorridos”.

Con 17 años, James tuvo que forzar su naturaleza para adaptarse a los rigores del mediocampo. Deberá repetir el sacrificio si quiere ser útil en el Madrid en donde, precisamente, ya juega Cristiano, además de Bale, otro que parece salido del molde del portugués. Con Benzema en punta y Modric (mediapunta reconvertido) por detrás, ya no quedan apenas espacios para que el colombiano haga lo que mejor sabe hacer.

El ajuste no parece fácil. Solo ha robado tres balones en los 160 minutos de Liga

La situación de James, que costó cerca de 80 millones de euros al Madrid, no es sencilla. Pero los precedentes invitan al optimismo. Banfield fue su primera experiencia traumática como profesional y la superó con éxito. Allí ganó un campeonato histórico transformando sus cualidades. El directivo Héctor Clide Díaz lo recordó en el portal Futbolred: “La disciplina de Falcioni le vino bien porque le costaba bajar a recuperar. Ponía morros. Pero cuando sumó el sacrificio al talento hizo la diferencia”.

Antes de emigrar a Argentina, James debutó como profesional en el Envigados, de la Segunda División de Colombia. Su técnico de entonces, Jesús Barrios, recuerda que también le impuso deberes defenivos: “Ganamos dos torneos seguidos y conseguimos el ascenso. Jugábamos con dos volantes de contención, dos volantes creativos y dos puntas. James era el volante creativo con más obligaciones defensivas. Cuando perdíamos la pelota tenía que formar una línea de tres con los dos pivotes”.

“Ancelotti”, observa Barrios, “le pide que haga de volante de ida y vuelta. Físicamente puede hacer la tarea. En esa función me parece que su mejor puesto es la derecha. Pero donde más rendiría sería por el medio, por detrás del nueve, suelto, libre, en un esquema de 4-2-3-1. Porque aparte de tener pase de gol patea de maravilla. En las bandas es más limitado porque no es tan rápido como Cristiano, Bale y Di María. No ganará por velocidad”.

“Es bondadoso para correr y marcar”, indica un técnico suyo en las inferiores de Colombia

Eduardo Lara dirigió a James en la categorías sub-16 a sub-20 de la selección de Colombia. “Es un jugador de una gran riqueza técnica”, apunta el seleccionador, “que donde mejor se maneja es en posiciones interiores, en contacto con el balón donde pueda generar juego y cerca del arco para aprovechar su lanzamiento. Tiene una buena pegada de media distancia. Por eso en la selección lo usamos de segunda punta o de mediapunta”.

“Si Ancelotti lo pone como volante, más retrasado, será porque algo le ha visto”, dice Lara. “Al parecer quiere que trabaje por fuera. Como con Falcioni, que le ponía de carrilero, haciendo un trabajo más de fuerza que de creatividad. James es bondadoso a la hora de correr y marcar. En Banfield demostró que no tiene problemas para hacer recorridos más largos. En eso es muy profesional”.

El ajuste no parece sencillo. James ha robado solo tres balones en los 160 minutos de Liga que disputó. Isco, mediapunta como el colombiano, recuperó ocho en 100 minutos. “James es joven y acaba de llegar”, pondera Ancelotti, “es normal que tenga un poquito de dificultad”.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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