Senegal, en manos españolas
Carlos Martínez y Rayco García, preparador físico y fisioterapeuta, pulen a la selección africana
Senegal es una torre de músculos liderada por un talento de pura fibra: Gorgui Dieng. El pívot de los Minnesota Timberwolves, de 2,11m y 24 años, es la sensación del equipo sorpresa del campeonato. El conjunto de Cheikh Sarr se clasificó para los octavos ganando a Puerto Rico y Croacia al ritmo que macaba su jugador franquicia, que finalizó la primera fase como el jugador con más minutos en pista (38,2 de media) y el más valorado del Mundial (22,8). La referencia de un bloque atlético que este sábado se mide a España (22.00, cuatro) con ocho jugadores por encima de los dos metros, tres de ellos con más de 2,10.
“Son auténticos portentos físicos. La genética les convierte en unos privilegiados en ese aspecto y técnicamente se van equiparando a los europeos”, cuentan los encargados de pulir las joyas y tallar el ébano: los españoles Carlos Martínez y Rayco García. El primero, madrileño de 35 años, se convirtió hace mes y medio en el primer preparador físico en la historia de la selección senegalesa. El segundo, tinerfeño de 36, repite “aventura” después de ser el fisioterapeuta del equipo en el Mundial de 2006.
En la idea de profesionalizar su estructura, la federación africana reorganizó este verano su organigrama con Boniface Ndong, exjugador de Unicaja y Barcelona, en el puesto de mánager general, y este reclutó a Carlos Martínez para encabezar el área física en la preparación del Mundial. Lo hizo por recomendación de otro senegalés con recorrido en ACB, Sitapha Savané, que tiene a Carlos como entrenador personal. “Se trataba de dar sentido y dirección a toda su potencia. Antes de llegar nosotros no tenían planificación ni equipo de trabajo, apenas un médico y un masajista. Me encontré dificultades porque los medios no son como en España, pero echándole imaginación se solventó todo para cumplir con el plan. El objetivo es crear la dinámica de equipo para aspirar al Afrobasket de 2015 que nos daría la clasificación para los Juegos de Río”, cuenta.
El 20 de julio, en Dakar, Carlos se puso manos a la obra. “Había que crear una base y equilibrar niveles de forma. Se nota muchísimo el nivel de los dos jugadores que están en la liga local y del resto que juega en China, en Estados Unidos o en equipos europeos. Nos recibieron con predisposición y ahora nos dicen que están mejor que nunca físicamente. El resultado de este Mundial es un triunfo para nosotros”, explica Carlos, que destaca a Dieng como “el guía del grupo”, un “talento maduro, con la cabeza muy bien amueblada y acostumbrado a la metodología NBA”.
Exjugador de equipos como CAI, Murcia, León o Tenerife y licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, Carlos no dudó en seguir recorriendo mundo después de trabajar la pasada temporada en el Adana Botas de la liga femenina turca, donde compartió experiencia con su pareja y jugadora del equipo Sandra Ygueravide. En Senegal, se encontró con otro español pionero: Rayco García. También fue Savané, quien en 2006 se lo recomendó a la federación como fisioterapeuta del equipo en el Mundial de Japón de 2006. “Ahora lo afronto con más normalidad, pero en su día fue una aventura muy exótica. El cuerpo técnico no tiene experiencia fuera y nosotros aportamos la visión europea en la planificación. Esta vez se ha hecho con más antelación y ha sido un éxito”, repasa. Rayco, que ha trabajado en deportes tan variados como Kitesurf, voleibol femenino o tenis -“haciendo cosillas en algún torneo Master 1000 con Berdych”-, implementó en la selección senegalesa la termografía infrarroja, un método muy nuevo y con poco recorrido más allá de algunos equipos de la Primera División de fútbol. “Se trata de obtener patrones de temperatura mediante unas imágenes de calor que detectan las zonas donde puede haber riesgo de lesiones. Eso permite prevenirlas, evaluar cargas y planificar descansos”, explica. A los dos se le acabará el contrato en el momento en el que Senegal quede eliminada, puesto que les fichan sólo para los campeonatos. Ambos coinciden en que no había un partido más bonito para rematar la sorprendente andadura senegalesa que ante España. “Nos va a resultar muy raro escuchar el himno en el otro bando”, cierran.
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