Decíamos ayer
Si no quieres caldo, dos tazas. Por si no fuera suficiente con el partido inaugural frente a Irán, España tuvo otra ración de partido/entrenamiento antes de que el Mundial empiece en serio hoy frente a Brasil. Es más, Egipto fue incluso más endeble que los iraníes, que es mucho decir. Su bisoñez resultó hasta enternecedora, de la misma forma que produjo hasta sonrojo los constantes airballs (tiros sin tocar aro) de sus lanzadores de distancia, que finalmente superaron la decena.
Como ocurrió 24 horas antes, el equipo español intentó aprovechar el día poniendo el máximo interés, lo que no evitó que alternase buenos momentos con otros en los que se destensó, cosa lógica. Los mejores coincidieron con la presencia de Ibaka, que salió como un tiro y disipó cualquier duda sobre su estado físico. Machacó la canasta con su habitual contundencia, puso algún que otro gorro y corrió la cancha a todo trapo. Su presencia reactivo a una selección a la que le costó entrar en calor. Al otro que volvía, Felipe Reyes, no se le vio tan cómodo, a pesar de la debilidad interior de los egipcios, pero seguro que los minutos en cancha le vinieron bien. Uno más entonado que otro, la doble vuelta a la actividad resulto la mejor noticia de la noche, donde Abrines dejó en los últimos minutos un botón de muestra del talento que atesora. Cada día tengo más claro que estamos ante un jugador rosque ha aterrizado en la selección para quedarse unos cuantos años.
La bisoñez egipcia resultó hasta enternecedoray causaron sonrojo los tiros sin tocar aro de sus lanzadores
Llegados a este punto, hay otra buena nueva que celebrar. A partir de hoy se acaban las pachangas y llegan de corrido Brasil, Francia y Serbia, adversarios que darán mejores pistas del estado del equipo antes de la llegada de los cruces, la hora de la verdad. A la espera de encuentros más exigentes, todo parece en el sitio correcto. Recuperados Ibaka y Reyes para la causa, el juego interior recupera todo su poder, que es enorme e intimidatorio. Lo de fuera es otro cantar, pues arroja alguna sombra en cuanto a la puntería de sus tiradores (ayer 7 de 25 en triples), las rotaciones entre los hombres pequeños y el papel de Calderón, al que se le ve un poco desubicado en su doble utilización de escolta (la mayoría del tiempo) y de base.
A Felipe Reyes no se le vio tan cómodo, pero seguro que los minutos en cancha le vinieron bien
Los próximos partidos mostrarán la rotación e ideas que tiene Orenga en su cabeza con respecto a sus directores de juego, aunque parece que Ricky cuenta en estos momentos con su total confianza para dirigir el equipo. Lo demás, concentración, intensidad, compromiso y buen ambiente, es el habitual de este colectivo cuando llegan las grandes citas. Y este es un Mundial donde han puesto una enorme cantidad de ilusión. Un Mundial que ya pide a gritos un adversario solvente para España.
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