Enigmas en el campo base
Orenga sigue en la búsqueda de la cohabitación ideal de los directores del equipo. Ricky se gana la ‘titularidad’ con su defensa, Sergio Rodríguez dinamiza y Calderón pierde protagonismo.
España se divierte y, por momentos, abruma a base de bien. Pero esconde un jeroglífico que concierne a sus tres directores de orquesta. Queda por resolver su cohabitación ideal en el equipo, su especificidad y su cadencia en la rotación. Tres bases NBA en busca del puesto de mando. Enigmas en la sala de máquinas. “El torneo es muy largo y todos van a tener su momento de protagonismo. Actualmente Ricky está saliendo de inicio y lo vamos a mantener”, explicó Orenga tras la victoria ante Irán. En el debut mundialista el seleccionador reprodujo, con éxito desigual, la secuencia que marcó tendencia durante la gira de preparación. Ricky encabezó el quinteto inicial para marcar el nivel defensivo, Sergio Rodríguez apareció para dinamizar al equipo y Calderón completó la rotación con un rol más secundario, en muchos momentos desde la posición de dos. “El jugador que esté jugando bien y que se adapte a la línea del partido, porque ofensiva o defensivamente nos venga bien, será siempre el que tenga más minutos en ese partido”, argumentó Orenga después del estreno.
Ante Egipto las probaturas dieron una vuelta de tuerca más. Ricky jugó el primer cuarto al completo, Sergio hizo lo propio en el segundo y Calderón evidenció su destemple en tres capítulos. Saltó a la pista junto al Chacho para afrontar el segundo acto en un extraño quinteto que completaban Llull, Felipe e Ibaka y mientras resolvía su desubicación se encontró con tres faltas personales en su expediente. Después suplió a Ricky a mitad del tercero y repitió la fórmula del segundo en el cuarto con El Chacho, que siempre funcionó mejor cuando manejó el balón en solitario. Para los tres fue una fiesta interruptus (Calderón fue el único jugador español que no anotó en el partido). “No hay que hacer lecturas raras, el Mundial empieza mañana”, dijo el extremeño tras el duelo.
“Los tres aportamos cosas diferentes. Hay mucha competencia”, dice Sergio Rodríguez
En los ocho partidos de preparación para el Mundial, Ricky Rubio acumuló 21 minutos de media por partido (con 5,6 puntos, 3,6 rebotes y 2 asistencias); Sergio Rodríguez sumó 16 (con 5,3 puntos, 1,3 rebotes y 2,8 asistencias); y Calderón 15 (con 2,8 puntos, 1,5 rebotes y 1,4 asistencias). El base extremeño, de 32 años, cerró de forma brillante su novena temporada en la NBA (30,5 minutos, 11,4 puntos, 2,4 rebotes y 4,7 asistencias de media). A finales de junio fichó por los Knicks de Nueva York después de haber firmado su año más anotador en EE UU con Dallas, con quién volvió a disputar unos playoffs en los que no estaba desde 2008. Después llegó a la selección con galones de titular. Ese fue su rol en el pasado Eurobasket de Eslovenia, donde acumuló casi 22 minutos por los 20 de Ricky y los 18 del Chacho. Pero las referencias y los referentes han cambiado. Sin Pau, Ibaka ni Felipe, aquel equipo que alcanzó el bronce reunía con asiduidad dos y hasta tres bases sobre el parquet; en este, con la vuelta de las torres y de Navarro al puesto de dos, se ha estrechado la rotación.
Orenga trata de multiplicar sus recursos dividiendo su participación
“Ricky nos da una intensidad defensiva y una velocidad muy grandes. Sergio aporta esa viveza de ser capaz de anotar y hacer jugar a todos cuando el partido está muy atascado, y Calderón te da la tranquilidad, la sobriedad, el control de todo lo que ocurre en el partido. Pero los tres a la vez no pueden jugar, igual que no pueden jugar juntos los cuatro pívots. Esto es así”, analiza el seleccionador.
“No es cuestión tanto de minutos como de encontrar su misión en el equipo. De sentirse útiles para ir creciendo”, señala Pepu Hernández. “Son complementarios. Ricky está siendo la primera opción porque de salida es una solución muy potente en defensa. Está robando muchos balones y eso propicia que el equipo pueda jugar a campo abierto. Pero quizá Sergio está demostrando que es el que mejor puede decidir en el juego de cinco contra cinco y Calderón es siempre una amenaza exterior que puede ofrecer muchas opciones a los demás. Abrir las defensas a través del tiro es clave para tener más ventajas en el juego interior-exterior”, repasa el exseleccionador.
“Hay mucha competencia”, reconoce Sergio Rodríguez. “Los tres aportamos cosas diferentes y podemos hacerlo bien para que el resto estén contentos. Lo principal es que todos sepamos descifrar los momentos del partido”, analiza el base del Madrid, el más aclamado en Granada: ‘Chacho, tu barba nos guía’, rezaba la pancarta más grande del Palacio Municipal de Deportes. “De los bases españoles, el que más me gusta es Sergio Rodríguez”, le elogia Sasha Djordjevic, seleccionador serbio. “Tiene de todo: técnica, velocidad, puntos… Casi siempre encuentra la solución adecuada. Es muy difícil reunir todo eso”, dice el ex de Barça y Madrid.
Orenga trata de integrarlos, de multiplicar sus recursos dividiendo su participación. “Para conseguir el oro tenemos que abandonar el ego. Aquí da igual jugar un minuto que 40, meter 33 puntos que 0. Lo importante es que ganemos y que todos sepamos que el trabajo que hemos hecho ha servido para ganar. Tengo muy claro que todos lo hacen”, cierra el seleccionador. Hoy espera el Brasil de Marcelinho para testear la base de operaciones de España.
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