“Hace cuatro años jugaba en el cole”
La precocidad de Àlex Abrines y su vertiginosa trayectoria en el baloncesto profesional contrasta con las semanas que se demoró su estreno con la selección absoluta a causa de una lesión
La precocidad de Àlex Abrines y su vertiginosa trayectoria en el baloncesto profesional contrasta con las semanas que se demoró su estreno con la selección absoluta a causa de una lesión. Por fin, con 20 años y un mes, el jugador mallorquín disputó sus primeros minutos con la camiseta roja en el primer partido del Mundial ante Irán. Su padre, Gabriel, fue jugador en la ACB. Alero de 1,98 metros, Abrines fichó por el Unicaja hace cuatro años, recaló en el Barcelona en el verano de 2012 y, un año después, fue elegido en el número 32 del draft por Oklahoma Thunder.
Pregunta. ¿Qué supone para usted estrenarse con la selección en un Mundial?
Respuesta. Llevaba tres semanas esperando mi debut. Llegué a temer que me perdería el Mundial, pero Orenga [el seleccionador] y Sáez [el presidente de la federación], me dieron toda la tranquilidad del mundo. Hace solo cuatro años estaba jugando con mis amigos en el colegio, en Palma, y ahora he llegado aquí.
P. ¿Cómo se ve compitiendo con este grupo de jugadores?
R. No los había visto jugar juntos en directo. Lo hacen todo tan fácil que parece que jugar al baloncesto de élite sea una cosa de niños.
P. ¿Desde cuándo soñaba este momento?
R. Desde pequeño, como todos, tenía siete u ocho años. Veía los partidos junto a mi padre.
P. ¿A quién admiraba?
R. Muy pronto me fijé en Rudy y en Juan Carlos [Navarro], en los jugadores de la selección. Ahora tengo la oportunidad de entrenarme, jugar y aprender de ellos. No me esperaba llegar tan rápido.
P. ¿Orenga le comentó durante el curso que le seleccionaría?
R. En enero me dijo que iría invitado a la concentración. Desde entonces no volvió a comentarme nada más hasta la lista.
P. ¿Cómo fue ese momento?
R. Estaba en el Palau recogiendo mis cosas. Me llamó mi madre y me dijo: ‘Estás en la selección’. Yo le contesté: ‘Ya, ya’. Y ella me remarcó: ‘No, no. Que estás entre los doce para el Mundial’. Me quedé sin palabras.
P. ¿Qué rol le dio Orenga?
R. Dar descanso a los aleros. Y que si algún partido va bien jugaré más. Estoy tranquilo, tengo 20 años.
P. A usted también le llaman el chico de oro porque ganó el título con la sub 18 y fue MVP.
R. Los júniors de oro inspiraron a los de mi generación. Nos queda mucho para igualarlos, ellos son los verdaderos chicos de oro.
P. Xavi Pascual le pidió esta temporada que diera un paso adelante.
R. Tengo que mejorar en todo. Pero sobre todo hacerme un espacio en el Barcelona y convertirme en una pieza importante.
P. ¿Qué debe hacer para ello?
R. Trabajar cada día con una competencia muy alta como Navarro, Oleson, como la que tuve con Papanikolaou, o la gente joven de la cantera como Hezonja. Tengo mucho margen de mejora.
P. ¿En qué debe incidir más?
R. Xavi Pascual le da especial importancia a la defensa y si defiendes bien te da más minutos. Si cometes errores en defensa, te vas al banquillo. Puedes fallar un tiro abierto y no pasa nada, eso no le preocupa tanto.
P. ¿Eso le mete presión?
R. A veces, porque piensas en que si cometes un error te cambiarán, pero eso me pasó más durante mi primer año. Esta última temporada he tenido más confianza, más minutos y he salido a la pista con menos presión.
P. ¿Le ha llamado Oklahoma?
R. Al principio me preguntaron cómo estaba el tema de mi contrato y de la cláusula, si quería ir. Decidí quedarme en el Barça un par de años más porque creo que no es el momento de ir a la NBA. Estoy muy contento porque me escogiera un equipo como los Thunder, que trabaja muy bien con los jóvenes y se preocupan por mí. Tenía contacto con Johnny Rogers [su representante en España], y vinieron a verme con Sam Presti [director deportivo de los Thunder]. Se preocupan por mí. Pero han hablado con el Barcelona. No quieren interferir en mi carrera y están ahí para ayudarme.
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