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Estados Unidos se viste de equipo

Arrolladora victoria por 59 puntos del campeón, en el que anotan los 12 jugadores

Juan Morenilla
Klay Thompson machaca ante Finlandia.
Klay Thompson machaca ante Finlandia.AFP

El campeón sabe a lo que juega. Lo mismo da que hayan cambiado casi todas las caras respecto a los oros del pasado Mundial y los últimos Juegos. Y que se hayan borrado un buen puñado de las más brillantes estrellas de la NBA. Da la impresión de que Krzyzewski ha ejercido más que nunca de entrenador y ha aprovechado el vacío de los más altos egos para moldear lo más parecido a un equipo que se haya visto en las últimas versiones del dream team.

EEUU arrolló por 59 puntos a Finlandia como si fueran unos niños, lo que era de esperar, pero por encima de la paliza dejó la sensación de ser por fin un colectivo y no solo una colección. Anotaron en los estadounidenses los 12 de la plantilla, todos, y apenas sobresalieron Anthony Davis (17 puntos), seguramente por aquello de ser el único pívot puro con el que parte de inicio Coach K, y un aparente secundario, Klay Thompson (18).

Las primeras dudas quedaron resueltas. Irving partió como el base titular, aunque Derrick Rose acabó por jugar más minutos que su compañero —de hecho, más minutos que nadie— y demostró que tiene lista la carrocería; Curry y Harden son los dueños del perímetro; y en la pintura Faried y Rudy Gay se camuflarán en la posición de cuatro mientras que Davis es el bastión más claro en la zona, relevado en los momentos de descanso por Cousins. Krzyzewski movió las fichas por dentro para crear los automatismos entre sus hombres. En poco más de cinco minutos había compuesto ya tres parejas de pívots: Faried-Davis, Gay-Davis y Gay-Cousins, a la que se sumó Faried-Cousins antes de acabar el primer cuarto. Con el imparable Davis de boya, Gay y Faried dan la lata partiendo desde el perímetro a la zona. Son dos cohetes vestidos de pívots.

Rose probó las rodillas en varias penetraciones en el corazón de la defensa azul. Hizo bingo casi siempre. El chico está listo. Habrá que verle en carreteras más bacheadas, pero nadie diría que transmite fragilidad después de casi dos temporadas de paisano. Cuando el base de Chicago y la pandilla de velocistas (Curry, Harden, Gay) comenzaron a correr, se acabó el partido. Fue en un segundo cuarto en el que Finlandia solo anotó... ¡dos puntos! Del 31-16 se pasó al 60-18 en el descanso mientras la manada finlandesa de 7.000 lobos se quedaba afónica. Admirable la hinchada nórdica, que despidió a sus héroes en pie. Ningún equipo salvo España jugará más en casa en este Mundial.

Con la pachanga resuelta, no hubo esta vez relajación festiva en Estados Unidos. Apenas un alley oop de Harden a Gay como esos momentos más propios del All Star que de un Mundial, aunque el marcador daba pie a ello. Los estadounidenses siguieron muy serios. Krzyzewski dio carrete a otros dúos en la pintura, como Plumlee-Cousins y Plumlee-Drummond, lo que permitió a Gay regresar a la posición de tres, otra variante de un equipo diferente. No está la varita de Kevin Durant como hace cuatro años, y a cambio Coach K ha logrado que germine el sentimiento gremial (20 asistencias en total y 69 puntos del banquillo). Sin ser ni de lejos la mejor plantilla que podía presentar, sí tiene coraza.

De momento, Coach K puede apuntarse algunas verdades: las rodillas de Rose están fuertes, y no sería extraño que pronto tomara el mando de inicio; sin especialistas, los pívots bailan alrededor de Davis, indiscutible; los puntos se reparten sin que en la clase haya un abusón; y, sin una superestrella, esto parece un equipo.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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