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Cara de chiste, voluntad de hierro

Ricciardo supera a un campeón como Vettel, además compañero de escuadra, en su primer año al volante de un Red Bull

Oriol Puigdemont
Ricciardo y Vettel charlan en el garaje de Red Bull en Hungaroring.
Ricciardo y Vettel charlan en el garaje de Red Bull en Hungaroring.getty

Uno de los retos más difíciles para cualquiera de los fotógrafos que cubren el Mundial de Fórmula 1 es conseguir una imagen de Daniel Ricciardo en la que este chaval de 25 años no salga riendo. Pero las apariencias también engañan en la F-1, y detrás de su refulgente dentadura se esconde un piloto con una confianza a prueba de bombas, alguien capaz de dejar con las vergüenzas al aire a un tetracampeón del calibre de Sebastian Vettel en su primera temporada en Red Bull. Superada la primera mitad del calendario Ricciardo ha sido hasta ahora la única alternativa a Mercedes, además del único integrante de la parrilla que, junto a los pilotos de la escudería alemana, ha superado la barrera de los 100 puntos. Lewis Hamilton y Nico Rosberg se han repartido todas las victorias menos la de Canadá, que fue a parar al chico de Perth.

El tirón que ha dado este 2014 la escudería de las flechas de plata ha pillado a trasmano a todos sus rivales, y por eso llama la atención la solvencia con la que se ha manejado hasta ahora el corredor australiano, principal artífice de que Red Bull mantenga la segunda posición en la estadística reservada a los constructores. El margen que hay entre él y Vettel es considerable, tanto en puntos —el alemán es sexto, con 24 puntos menos que él, que es tercero—, como en el duelo particular que se disputa en cada taller. Sin contar la primera cita, en Australia, donde Ricciardo fue descalificado por exceder el límite de consumo tras terminar el segundo, el recién llegado ha terminado por delante del campeón en siete ocasiones de nueve posibles, y la comparación en las cronometradas muestra un 6-5.

Es el único piloto, con los intocables Rosberg y Hamilton, que supera los 100 puntos

Entre la tropa del búfalo rojo nadie dudaba del talento de este piloto fruto del programa de jóvenes de Red Bull; otra cosa era imaginar que rendiría de la forma en que lo ha hecho nada más subirse al RB10. Las opiniones, en cualquier caso, siempre van en función del papel que juegue cada uno y de la relación que deba tener con él. “Lo que nos ha sorprendido no ha sido su velocidad. Sabíamos que era rápido, pero no sabíamos cuánto”, reconoce Christian Horner, el director de la formación. “Hasta ahora ha estado brillante y ha superado de largo todas nuestras expectativas”, considera Adrian Newey, su homólogo en la división técnica. “Ha sido una sorpresa muy positiva”, se limita a decir Vettel.

Los piropos también llegan de fuera. “Está conduciendo de forma increíble, fantástica”, le elogia Fernando Alonso, con quien Ricciardo ha mantenido alguna de las batallas más intensas de la temporada. “En Alemania peleó de forma muy inteligente, cogiendo mi rebufo cada vez que le adelantaba, frenando muy tarde pero sin irse largo en ningún momento y siempre dentro del reglamento”, añade el asturiano.

Una posible explicación acerca de la distancia que hay en la pareja de Red Bull la ofrece Niki Lauda, presidente de Mercedes pero que siempre ha estado muy vinculado a la escuadra de Milton Keynes. “A Sebastian no le gustan estos coches nuevos y no para de quejarse. Daniel ha llegado de Toro Rosso con la mente despejada. No ha tenido que afrontar ese bloqueo mental”, comenta el tricampeón del mundo. Esa actitud la simboliza perfectamente el tejón melero que decora la parte occipital de su casco. Este animal está considerado como el mamífero más valiente y agresivo del mundo, capaz de ahuyentar a un león. Al lado del dibujo del bicho hay una inscripción: “¿Qué crees que haría él?”

El australiano ha superado a su compañero de taller en siete ocasiones

“Claro que me fijo en Seb, sería estúpido si no quisiera aprender del mejor del mundo. Pero siempre trato de buscar el camino que mejor me irá a mí”, reflexiona el australiano, que no ha cambiado de hábitos a pesar de haber desembarcado en una de las fábricas más potentes. A los grandes premios sigue viajando solo con Stu, su entrenador.

La irrupción de Ricciardo ha sido una bendición para un certamen que vive encorsetado por la tirantez de la mayoría de sus estrellas y su entorno. Él transmite buen rollo. Ayer mismo, instantes antes de que la segunda sesión de ensayos libres del Gran Premio de Alemania arrancara, se puso a bailar dentro del garaje delante de uno de sus ingenieros, que lo miraba con esa cara de palo que tanto abunda en este paddock.

Hamilton en llamas

O. P.

Una ensalada de sobresaltos animó la cronometrada del Mundial de Fórmula 1 antes del respiro veraniego. La primera criba (Q1) del Gran Premio de Hungría dejó en la cuneta a Lewis Hamilton, que hasta entonces se perfilaba como el principal favorito a llevarse la victoria tras haberlo conseguido los dos últimos años, y en el garaje y con cara de bobo a Kimi Raikkonen, condenado por su equipo. Al británico se le incendió su Mercedes por culpa de una fuga de gasolina antes incluso de marcar su primer tiempo, circunstancia que esta tarde (14:00 horas, Antena 3, Movistar TV y TV3) le hará arrancar el penúltimo y le obligará a volver a sacar el gancho igual que lo hizo el domingo pasado en Alemania (salió el 20º y terminó el tercero).

En el caso del finlandés, un error de cálculo de los estrategas de Ferrari le dejó dentro del taller con el pase a la siguiente ronda pendiendo de un hilo y cuando las condiciones de la pista mejoraban. Ironías del destino, el regalo lo aprovechó Jules Bianchi (Marussia), uno de los que se postula como posible sustituto del Hombre de Hielo en un futuro no demasiado alejado.

Todo ese ajetreo le facilitó la vida a Nico Rosberg, que se adjudicó su sexta pole de la temporada y la tercera consecutiva. El segundo mejor registro fue para Sebastian Vettel, el tercero para Valtteri Bottas y el cuarto para Daniel Ricciardo, que arrancará justo por delante de Fernando Alonso.

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