“Ha sido un buen vuelo”

En el mismo circuito en el que hace un año perdieron el título sus dos rivales, Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo, por sendas caídas que terminaron con uno y otro en el hospital, en las peligrosas curvas de Sachsenring, cuando ni siquiera había asomado aún la lluvia (que caería con ganas cuando las motos ya descansaban en el box), tropezó Márquez con el asfalto. Se cae cada vez menos, cierto. Pero no es menos cierto que sigue cayendo a su manera, como si fuera un gato que no ha agotado sus siete vidas. Para eso lo entrena su preparador físico, Ginés Cuadros, que no solo trabaja para mejorar la fuerza o la agilidad del campeón, sino también su flexibilidad, esa que le hace parecer de goma cada vez que sale volando. Como este viernes en tierras alemanas.

Es el tercer accidente del año para Márquez, que se cayó hasta en 15 ocasiones el curso pasado

La primera sesión de entrenamientos libres se desarrollaba con aparente normalidad, bajo un inesperado sol, cuando una de esas pequeñas cámaras que llevan las motos en el colín mostró cómo la Honda de Márquez se arrastraba por el trazado de Sachsenring. Solo la secuencia de imágenes que recopiló una fotógrafa explica la caída, que no fue captada por las cámaras de televisión, y narra un vuelo increíble que dio con el piloto español de bruces contra el suelo. Apenas llevaba cinco giros. Era la segunda curva, una zona donde los pilotos no suelen tener problemas. Se apartó a un lado de la pista y se quedó arrodillado, doliéndose. Cojeaba cuando se subió a un scootter para volver a su garaje aunque fue el cuello el que se llevó la peor parte.

Así lo resumía el corredor, que volvió a la pista después del susto y que, en la segunda sesión del día, completó un gran entrenamiento con el segundo mejor tiempo: “La caída ha sido un poco extraña; al principio no la entendía, pero luego me he puesto a pensar, he mirado la telemetría y lo he entendido todo. Es una curva de izquierdas, en segunda, que se va girando con el gas abierto; en la parte izquierda también tenemos la palanca del cambio y, al parecer, sin darme cuenta estaba tocándola un poco con la punta de la bota. Y así ha entrado la tercera marcha: iba muy inclinado y no he cortado gas: la moto ha patinado fuerte de atrás y me ha lanzado por los aires”.

Es el tercer accidente del año para Márquez, que se cayó hasta en 15 ocasiones el curso pasado. Esta vez ninguna de las tres caídas ha tenido consecuencias, ni físicas, ni para la competición. “Me caigo porque es la única manera que sé de encontrar el límite”, le decía el año pasado el de Cervera al ingeniero y líder del proyecto de Honda, Takeo Yokoyama, según relata el libro Los sueños se cumplen, de Emilio Pérez de Rozas. No era el caso este viernes; esta vez cometió un pequeño error. Pero seguro que no vuelve a cometerlo otra vez.

Ni siquiera despidió el día con mal sabor de boca. Al revés, se sentía afortunado: “Ha ido muy bien, a pesar de la caída... Hemos tenido mucha suerte, porque ha sido un buen vuelo... La tarde ha ido mejor, he podido hacer una buena vuelta, mantener un buen ritmo y, sobre todo, volver a sentirme bien encima de la moto”.