Greipel triunfa sin gloria

El alemán André Greipel ha firmado su regreso a la escena internacional del sprint tras ganar este jueves la sexta etapa del Tour de Francia en Reims, una ciudad conocida por su champán pero también por su catedral, en la que hasta el siglo XIX se consagraba a los Reyes de Francia. Greipel exhibió su fuerza atlética descomunal al cruzar la meta, mostrando su pecho y sus brazos de jugador de rugby, pero triunfó sin mayor rivalidad ya que ni Marcel Kittel, el nuevo rey del sprint, autor de un hat-trick hasta entonces, ni Peter Sagan, el maillot verde, le disputaron la victoria.

Greipel celebró su premio como si fuera el mayor triunfo de su carrera. El velocista del conjunto belga Lotto-Belisol abrazó a todos sus compañeros de equipo, uno tras otro empezando por el francés Tony Gallopin, que le protegió y le lanzó en los últimos hectómetros de la etapa. El polaco Michal Kwiatkowski trató de arruinar los planes de los esprínters en el último kilómetro, pero el pelotón encabezado por Greipel, cuyo apodo es el Gorila, se lo comió y echó al suelo su osadía. Greipel adelantó en la meta al noruego Alexander Kristoff, que ganó Milán-San Remo el pasado mes de marzo, y al francés con físico de elfo, Samuel Dumoulin, que, sin embargo, mide poco más del metro cincuenta de estatura. El eslovaco Peter Sagan sigue con su recogida de puntos pero sin conseguir una victoria. Hoy acabó quinto.

Greipel firma así su mayor triunfo del año, eso sí, el que se presentó en el Yorskhire el pasado fin de semana con solo siete triunfos menores en el bolsillo (dos en el Tour Down Under, una en el Tour del Qatar, tres en el Tour de Omán y una etapa de la World Port Classic). Pero sobre todo, Greipel reivindica su figura de velocista destacado y mantiene el pulso con el corredor que le destronó el año pasado en el Tour y que se convirtió en su heredero, Marcel Kittel. El ciclista del Giant había acabado con la racha de tres triunfos de su compatriota en el Tour 2012 al llevarse cuatro victorias en la edición de 2013. Los éxitos del Gorila quedaban en el olvido y Greipel quiso reactivar el presente.

Kittel llegó en Reims con 53 segundos de retraso, exhausto por los abanicos que sacudieron el pelotón en las afueras de la ciudad del champán. Los OPQS de Kwiatkowski, el Cannondale de Sagan y los de Greipel reventaron a la multitud de corredores por medio de una maniobra tradicional y muy eficaz del ciclismo al acelerar cruzando una zona de fuerte exposición al viento. La operación llegó a descolocar a Kittel y otros especialistas del sprint como el francés Arnaud Démare pero no consiguió en atrasar a ninguno de los favoritos para la clasificación general. El maillot amarillo Vincenzo Nibali, Alberto Contador, Richie Porte, Rui Costa y Alejandro Valverde terminaron juntos la etapa. Solo el escalador francés Thibault Pinot, que había acabado ayer el tramo de los pavés en el grupo de Contador, cruzó la meta con casi un minuto de desventaja.