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Agonía admirable en la ‘sauna’

Italia y Uruguay, dos selecciones de carácter sufridor y competitivo, se citan en la calurosa Natal en un choque sin retorno tras las sacudidas sufridas por Costa Rica

Ramon Besa
Luis Suárez celebra uno de sus goles a Inglaterra.
Luis Suárez celebra uno de sus goles a Inglaterra.Getty

Todavía no han empezado los octavos y ya se dan partidos mayúsculos, duelos de históricos campeones del mundo, equipos que se juegan su continuidad en la Copa. Muy pocos tienen la épica del que hoy enfrenta a Italia y Uruguay en la sauna de Natal: 30 grados y 80% de humedad. Ambos se han ganado la admiración por su carácter agonístico y competitivo, especialmente manifiesto en situaciones extremas como las que se dan en Brasil. La mística de uno y otro ha funcionado estupendamente por separado, de manera que la liturgia se duplica cuando se enfrentan en un choque sin retorno, en el marco del Mundial, cosas propias, por otra parte, del llamado grupo de la muerteque ya se ha llevado por delante a otra campeona como Inglaterra y tiene como   líder a la sorprendente Costa Rica.

“No hay ninguna sensación de pánico”, asegura Prandelli, el seleccionador italiano cuyo contrato expira en 2016, y que sin embargo dice encontrarse ante un escenario único en su trayectoria: “Es el partido más importante de mi carrera. Me siento tranquilo porque hemos recuperado la energía física. Tenemos confianza y determinación, estamos concentrados”.

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Prandelli sustituyó a Lippi después de que Italia no superara precisamente la primera fase del Mundial de Sudáfrica 2010: tropezó con Nueva Zelanda, Eslovaquia y Paraguay. El juego ha evolucionado desde su llegada, está mejor visto por los rivales, y funcionó en la Eurocopa 2012 y en la pasada Copa Confederaciones. Ahora, sin embargo, han reaparecido las dudas e Italia vive de la nostalgia a fin de recuperar sensaciones ya vividas y resueltas.

Imposible olvidar su trayectoria en España 82, cuando alcanzó el título, después de superar una primera fase en la que empató con Polonia, Perú o Camerún y obtuvo el pase por la diferencia de goles. Igualmente recordada fue su clasificación en 1994, torneo en el que fue repescada como tercera de grupo, o en 2002, año en que contó con la ayuda de Ecuador para pasar ronda. Muchos de los éxitos de La Azzurra se han producido en momentos complejos, incluso después de temporadas en que el calcio ha vivido sus mayores escándalos. Acostumbrada a que desde 1998 le salga mal el segundo partido del Mundial, como pasó en Brasil con Costa Rica, hay además un elemento que juega a su favor y es que le vale con el empate, circunstancia que de alguna manera le obliga a volver la vista atrás y mejorar su sistema defensivo.

Pirlo, en un entrenamiento.
Pirlo, en un entrenamiento.KAMIL KRZACZYNSKI (EFE)

La lesión del lateral De Siglio desestructuró la zaga montada por Prandelli, que le ha dado mil vueltas al asunto para acabar, seguramente, recurriendo al trío de centrales del Juventus: Barzagli, Bonucci y Chiellini. Aunque la pérdida por lesión de De Rossi puede complicar el sistema de seguridad italiano, el técnico podría recuperar a Verrati mientras procura que se active de nuevo la conexión de Pirlo con Balotelli. No funcionó el plan 4-1-4-1,  ganador ante Inglaterra, ni tampoco los cambios contra Costa Rica. No sería de extrañar que Prandelli recuperara el 5-3-2 que construyó para enfrentarse a España en la Eurocopa 2012 después de ser goleada por Rusia en un amistoso en Zúrich (3-0).

“La defensa de cuatro es más fácil de entrenar para mí que la de cinco”, argumenta Prandelli, “pero hay ocasiones en que puede ayudar a estabilizar al equipo”. La incertidumbre italiana contrasta con la determinación uruguaya, hasta el punto de que Prandelli ha pedido al vestuario italiano mirarse en el hambre de los charrúas y en el amor por su país: “Los jugadores tienen que luchar como los uruguayos; ellos tienen un sentimiento patriótico que nosotros no tenemos como nación”.

Los uruguayos tienen un sentimiento patriótico que nosotros no tenemos Prandelli

“Estamos habituados a la presión”, recuerda mientras el seleccionador uruguayo, Tabárez. “Mis jugadores responden muy bien ante la exigencia. La última prueba fue el partido contra Inglaterra”.  Los uruguayos llegan muy animados a la cita por su triunfo ante el equipo de Hodgson. La recuperación milagrosa del pistolero Luis Suárez, autor de los dos goles, ha fortalecido a Uruguay, distinguida por su garra y carácter de supervivencia, manifiesto en la última Copa en Sudáfrica ante Ghana o en su histórico título en 1950, cuando el Maracanazo. A mayor dificultad, mejor respuesta por parte de los charrúas.

La voracidad de Luis Súarez ha contagiado a jóvenes como José Giménez y agrandado a ilustres de la talla de Cavani. El espíritu colectivo ha permitido sobreponerse a dificultades como la lesión del capitán Lugano. El plantel está plagado además de futbolistas que han militado en el calcio, desde el portero Muslera al propio Cavani, pasando por el seleccionador Tabárez. Un elemento más a tener en cuenta en un duelo de máximo interés, tal que hoy jugaran una ronda de octavos o cuartos, no un partido de clasificación sin margen de negociación. Nada les gusta más a italianos y uruguayos que jugarse la vida futbolística a un partido.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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