Messi gana el pulso a Sabella
La mejoría de Argentina ante Bosnia llega con el 4-3-3, que favorece a La Pulga
Argentina regresa sobre sus pasos después de extraviarse en Maracaná. Sabella se perdió nada más llegar a Río, confundió al equipo cuando cantó la alineación en el hotel y solo se corrigió en el descanso después de la presión de los jugadores liderados por el silencio desgarrador de Messi. El 10 apenas habla y, sin embargo, se le entiende todo, especialmente cuando pone cara de desafío, presagio de tormenta. Al seleccionador le dio un ataque de importancia, recuperó su perfil conservador, el que se le suponía desde que era ayudante de Passarella y técnico de Estudiantes, y volvió sobre un dibujo que parecía olvidado desde Barranquilla. No respondió Argentina en la cancha y a Sabella no le quedó más remedio que claudicar y, ante la evidencia, entregarse a Messi. No hay más plan que el contentar al 10 para que Argentina aspire el 13 de julio al Maracanazo.
No olvidan los argentinos el partido del 15 de noviembre de 2011 en Barranquilla. Colombia ganaba por 1-0 y se empezaba a cuestionar a Sabella después de tres partidos en los que se dieron los tres resultados posibles para Argentina. No daba con la tecla el seleccionador, plantado en un 4-4-2, hasta que no le quedó más remedio que arriesgar desde la desesperación y entregarse a un 4-3-3. La albiceleste remontó con goles de Messi y Kun Agüero y ya no se volvió a discutir más sobre la distribución de los jugadores: ni 4-4-2 ni 5-3-2 sino 4-3-3. A falta de un volante central, del 5 de referencia, discutida la defensa y el portero, no quedaba más remedio que encomendarse a la delantera. Y pareció cuajar la fórmula de los cuatro fantásticos: Agüero, Higuaín, Di María y Messi.
Es un sistema más agradecido. Si no, el Kun y yo quedamos muy lejos Leo Messi
Aunque Sabella volvió por quinta vez al 5-3-2 en el amistoso disputado en Estados Unidos contra Bosnia antes de viajar a Brasil, se entendió que era una situación coyuntural en ausencia del lesionado Messi. El domingo, sin embargo, repitió con el 10 ya dispuesto y Argentina fue un desastre hasta que Gago e Higuaín sustituyeron en el descanso a Campagnaro y Maxi Rodríguez. Argentina ganó a un delantero por un defensa y a un centrocampista por un volante y se fue a por el partido al mando de Messi. El marcador dirá que el resultado de la segunda parte fue de empate a uno y, por tanto, al final decidió el gol en propia puerta de Kolasinac, pero el juego y el gol de La Pulga, y el fútbol del equipo, mejoraron lo suficiente para que todos a una, aficionados, jugadores y críticos, reivindicaran el 4-3-3.
Hasta el propio Sabella habló de error cuando se refirió a la propuesta ideada durante la primera parte y elogió la respuesta de sus futbolistas después del descanso. “A pesar de que controlábamos a Bosnia, nos faltaba profundidad y llegada”, afirmó. “El partido se había quedado demasiado chato, no se vislumbraba el segundo gol, y podía pasar cualquier cosa. Nosotros podíamos mejorar más que ellos y es lo que hicimos”. Y, puestos a personalizar la mejora en Messi, añadió: “Leo tuvo un mejor abastecimiento y más compañía con los cambios. No es que necesite mucho siendo el mejor del mundo, pero el contexto siempre puede ayudarle y potenciarle”. El seleccionador calificó la actuación de su equipo con un 6.
Así tiene más abastecimiento. El contexto le potencia Sabella, seleccionador argentino
Messi agradeció la salida de Gago e Higuaín: “Hicimos un gran segundo período, tuvimos la pelota y creamos ocasiones; hay que seguir así”. “Es un sistema más agradecido para los delanteros, con más atacantes disponemos de más opciones de pase y de salir que en el primer tiempo, donde el Kun y yo quedamos muy lejos”. Mascherano le dio la razón: “Leo es extraordinario en todo lo que hace, pero vive del gol. Cuando agarra la pelota como en el segundo tiempo tiene siempre dos opciones, Kun e Higuaín, y si hace falta una tercera con Di María”. El Jefecito se sumó por tanto a la petición de continuar jugando con los cuatro fantásticos: “Tenemos un jugador más en los últimos 30 metros para ganar profundidad porque antes teníamos el control del juego pero no generábamos peligro. Somos tan directos que no necesitamos elaborar”.
Aunque sean anárquicos y directos, los cuatro fantásticos son de momento más garantía de éxito que cinco defensas, por más posesión y gobierno que garanticen los zagueros, sobre todo para Messi, ausente en el 5-3-2, como si no le interesara nada de lo que ocurría ni tampoco quisiera que pasara nada, y activado después cuando se pudo asociar en corto con el Kun, en largo con Higuain y atrás con Di Maria. En un partido muy discreto, el tanto del 10 resultó decisivo para reivindicar el 4-3-3. “El gol tuvo un efecto reparador y liberador”, zanjó Maradona.
Los 50.000 hinchas argentinos desplazados a Río lo agradecieron especialmente después de aguantar la bronca de los aficionados brasileños, que no pararon de cantar a Neymar, doble goleador contra Croacia. “Yo soy de los que no quiero una final Brasil-Argentina”, argumentó Mauro Silva. “Cuanto antes se vayan los argentinos, mejor”. Scolari ha prohibido nombrar la palabra Maracanazo en la concentración de Brasil. “Ha sido una locura, una hermosura”, afirmó agradecido Messi a sus seguidores. El 10 empieza a sentirse a gusto en Brasil después de ganar el pulso a Sabella en la decisión más difícil como es la de la alineación. Ya no vale la pena hablar de la lista ni de nombres sino que se impone el regreso al 4-3-3, a los cuatro fantásticos.
Messi ejerce de caudillo
Messi volvió a jugar ayer, esta vez en la sala de prensa, para ejercer de líder y mandar un mensaje inequívoco con vistas al futuro de Argentina en el Mundial. De la manera menos pensada, el 10 compareció como capitán en la sala de prensa de Cidade do Gala, en Belo Horizonte, para decir: "Somos Argentina, no hay que fijarnos quien está enfrente. En un partido se puede cambiar, manejar otro tipo de sistemas, pero personalmente opino que debemos ser protagonistas".
Las palabras de Messi fueron un mensaje directo para el seleccionador Alejandro Sabella, que decidió enfrentar a Bosnia con un 5-3-2 para cambiar después a un 4-3-3, con Gago de medio e Higuaín de tercer delantero, que permitió el lucimiento del ataque albiceleste y en especial de Messi. "Con Gago nos entendemos. Cuando entró él, me tiré unos metros más adelante, las cosas cambiaron. Tuvimos más la pelota, me llegaba más arriba. En el primer tiempo me costaba agarrar el balón; quedaba lejos, lo perdí varias veces; por eso el fastidio".
"Ya pasaron cuatro años del anterior Mundial", prosiguió el delantero argentino, de 27 años. "Uno va madurando. Estoy más relajado adentro y fuera de la cancha". Messi también se refirió a Higuaín y al posible interés del Barça: "Me encantaría que Pipita pudiera ir al Barcelona, nos haría mucho bien. Es de los mejores". Y al ser preguntado por su rivalidad en la Copa con Neymar, respondió. "Yo no compito con Neymar, ni mucho menos. Es un compañero, gran persona. Es normal el pique, estamos en Brasil".
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