“Balotelli podría hacer mucho más”

El fútbol es un juego de falsas apariencias. En Manaos la FIFA entregó el premio al mejor jugador del partido a Mario Balotelli. Pero Balotelli no brilló por méritos propios sino porque se aprovechó de la organización colectiva de Italia, en donde hubo hombres más distinguidos. El que de verdad hizo un partidazo fue el ‘nueve’ del equipo perdedor, Daniel Sturridge. Ambos metieron un gol apareciendo en el segundo palo. Pero la producción individual del inglés fue muy superior a la del italiano.

Cesare Prandelli, el seleccionador de Italia, se ocupó de bajarle los humos al agasajado cuando se dirigía al estrado a recoger su premio, patrocinado por la cervecera Budweiser. “Pienso que Balotelli podría haber hecho mucho más”, dijo Prandelli, “porque tiene una potencialidad enorme. Se lo he dicho cuando veníamos hacia aquí. Debe convencerse de que los movimientos del punta son movimientos para finalizar la acción. Debe tener la capacidad de estar en el partido como ha estado esta noche, donde ha dado todo lo que podía dar. Pero estoy convencido de que tiene margen de mejora”.

Prandelli, que mantiene un largo contencioso dialéctico con su jugador, se sintió habilitado para señalarlo en público puesto que el clima de optimismo era general y así el futbolista procesaría mejor la crítica. Es evidente que Balotelli, de 24 años, es víctima de un narcisismo paralizante. En lugar de concentrarse en los partidos, demasiadas veces se muestra indolente y pide la pelota al pie recreándose en su poderío. Por esta vía se desconecta del juego del equipo y no hace desmarques con la frecuencia que sus condiciones le permitirían. Todo lo contrario que Sturridge, que, a sus 25 años, despliega una actividad incesante y casi siempre dañina para el rival.

En la celebración del gol , un fisioterapeuta inglés pisó una botella y se dislocó un tobillo

El delantero del Liverpool se marchó feliz de Manaos a pesar de haber perdido. Acababa de jugar su quinto partido con Inglaterra y se mostró exultante. “Estoy tremendamente agradecido al entrenador por la oportunidad que me ha dado”, dijo, apuntando a Roy Hodgson. “Hace dos meses no me habría imaginado estar en esta posición, jugando una Copa del Mundo. Es un sueño. De hecho, me he pasado la noche entera soñando con este partido. He hecho un esfuerzo para calmarme porque le daba demasiadas vueltas. Tenía muchísimas ganas de jugar”.

“Nos vamos sintiendo que hemos jugado un gran fútbol”, prosiguió. “Ya sé que al cabo del día lo único que cuenta es el resultado, pero no tuvimos suerte. Nos quedan dos grandes partidos por delante, dos finales [frente a Uruguay y Costa Rica], y creo que jugando como contra Italia podremos ganarlos. Jugamos bien arriba y defendimos bien atrás. Sólo que fue una de esas noches en las que no te entran los remates. No hay que buscar excusas. Soy positivo respecto a lo que nos queda por demostrar”.

Hodgson compareció compungido en la sala de conferencias de Manaos. “El resultado ha sido muy decepcionante”, comentó. “Pero tenemos tiempo de digerirlo. Hicimos cosas buenas. He visto muy buenas actuaciones individuales, como las de Sterling o Sturridge. Recibimos ese gol desafortunado [de Balotelli] y a pesar de que quisimos volver a dominar el partido no lo conseguimos. Cada inglés dio todo lo que tenía pero los disparos no entraron. Podremos levantarnos y aseguro que podremos. Si reproducimos esta actuación dos veces más estoy seguro de que nos clasificaremos”.

“Algunos jugadores se acalambraron”, lamentó Hodgson. “Fue muy duro. El tempo del partido fue muy rápido. En la primera parte no hubo señales de que se jugara a 30 grados con 70% de humedad. Luego esto nos pasó factura. Cuando tratábamos de meter el gol comenzamos a sufrirlo con calambres”.

El 1-1 de Sturridge provocó una explosión de felicidad tan grande en el banquillo inglés que uno de sus fisioterapeutas, Gary Lewin, salió corriendo, pisó una botella de agua, y se dislocó un tobillo. El hombre quedó tendido en la zona técnica llamando la atención de los camilleros y los médicos que acudieron a atenderlo. El revuelo que se provocó fue importante. Una multitud de jugadores y asistentes se arremolinaron en torno al caído, que fue trasladado a un hospital. “Creo que ha sido el final de la Copa para él”, proclamó entristecido el seleccionador inglés, Roy Hodgson, tras el partido. Los futbolistas de ambos equipos aprovecharon el retraso de un par de minutos que causó el incidente para beber agua, o echársela en la cabeza, y así enfriar un poco el cuerpo recalentado.

Prandelli lamentó que el árbitro, el holandés Bjorn Kuipers, no hiciera uso de la prerrogativa que le otorga la FIFA de interrumpir el juego cuando se superan los 30 grados de temperatura. Con esto se busca permitir a los equipos un momento para hidratar a los jugadores y enfriar sus cuerpos. “Es absurdo no utilizar el tiempo muerto”, dijo. “Ha sido un partido épico que recordaremos toda la vida. Creo que nosotros llegamos mejor físicamente que Inglaterra, y eso que Inglaterra es uno de los equipos más fuertes físicamente que hay en el Mundial. Se habla mucho de espectáculo pero cuando los equipos precisan de energía para sostener el esfuerzo físico no se les consciente. Esta noche lo hemos necesitado parar” .