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SELECCIÓN ESPAÑOLA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Reflexiones sobre el estilo

David Villa observa el balón que pasa ante varios jugadores de El Salvador que permanecen en el suelo.
David Villa observa el balón que pasa ante varios jugadores de El Salvador que permanecen en el suelo.ALEJANDRO RUESGA

Tras un desierto en el pasado en el que Mundial a Mundial, Eurocopa a Eurocopa tratábamos de alinear no solo jugadores, sino las ideas que las modas nos trasladaban desde distintos puntos del mapamundi futbolístico, Luis Aragonés dio con la tecla: posesión como distracción, dinamismo, calidad y decisión. Defender atacando y dominando el juego. El físico importaba relativamente. Control total. Elección que nos hizo ser campeones de una Eurocopa negada durante décadas.

Del Bosque lo transfundió y la línea seguía erguida. Partidos para el recuerdo y victorias acumuladas que eran tan agradables como la satisfacción del hallazgo del evangelio español. Por fin una idea hecha estilo. Con ella, entretanto, fuimos campeones de la Copa del Mundo y eurocampeones. Una dicha constante.

LAS SOMBRAS

Pasó algún tiempo y algunos síntomas de desajuste del estilo -no solo en la selección y en equipos nodriza- avivaron el debate sobre cuál debe ser el estilo a seguir y si la posesión es el Santo Grial. Curioso. El Barca ya era vulnerable, el Bayern del apóstol Pep se estrelló en la Champions ante la fuerza, contraataque y pegada madridista, y el revolcón sufrido en la final de la Copa Confederaciones que los resultadistas, oportunos siempre, utilizaron como arma arrojadiza contra el toque y la posesión, como si los anfitriones hubieran jugado al pelotazo aventurero. Un clásico en España, dudar de todo, hasta de lo que nos ha hecho felices.

Diego Costa, durante un partido con España.
Diego Costa, durante un partido con España.ALEJANDRO RUESGA

DIEGO COSTA

Al crecer las incógnitas la sospecha es imparable aunque los argumentos no se sostengan. Entre tanto, se cruza Diego Costa al servicio del método de Simeone, indiscutible entre los elegidos por sus estadísticas y rentabilidad, que con su única y discreta internacionalidad ante Italia entre una temporada excepcional, acentúa el empuje contra el proceso que sufrirá nuestra selección si Del Bosque piensa en él como indiscutible. Pero todo vale para sostener que no es momento de aquel estilo basado en la posesión del balón. Costa no va solo a Brasil para ser titular y de paso amoldar el estilo español al delantero, sino para ser uno más dentro de las necesidades del equipo y del juego en cada momento. Y así será.

CRÉDITO ILIMITADO

España va a mantener y respetar el camino que hasta aquí hemos trazado. Porque sería ilógico cambiar de caballo a mitad del trayecto, también porque viendo los convocados intuyo continuidad y lo más importante: porque las frías estadísticas y también las calientes, nos dan crédito y razón. No se trata de ser obstinados, sino de ser coherentes. Para cambiar –que no moldear- el estilo hace falta tiempo y otro tipo de jugadores que no tenemos. Me quedo con esta idea. Y si no sale bien, nadie nos quitará el dichoso tiempo pasado y la certeza de quién apostó por un estilo, no solo que nos hizo felices, sino que además acertó dándonos identidad. Máxima confianza y crédito ilimitado.

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