Bota la Cibeles

Una semana después, la fiesta se trasladó de Neptuno a la Cibeles. La celebración empezó con retraso por el tiempo de prórroga que necesitó la final, después de que el Real Madrid lograra empatar el partido, a los 93 minutos y con un testarazo de Sergio Ramos. Tras la sufrida victoria por 4-1, miles de madridistas llenaron la plaza en pocos minutos, llegando desde los cuatro puntos cardinales, todos vestidos de blanco, como indicaba el protocolo. A las 23.30 ya se encontraban alrededor de la fuente para celebrar la Décima Copa de Europa del Madrid, la primera tras 12 años de espera, esa que reverdece la mítica volea de Zidane frente al Bayer Leverkusen en Glasgow. La mayoría de los aficionados vestían las camisetas de sus ídolos y llevaban la bufanda de su equipo, al que muchos animaron viendo el encuentro en directo en las pantallas gigantes instaladas en el estadio Santiago Bernabéu. A esa misma hora, empezó a sonar en los altavoces:

—Hala Madrid, Hala Madrid...

Bufandas al aire, todos los aficionados cantaron juntos, como si fueran una sola voz, rotas de felicidad las gargantas en la celebración del título. Muchos todavía se encontraban emocionados tras el sufrido partido.

“Cuando el Madrid empató me puse a llorar... Lo siento, estoy muy nervioso, no puedo hablar...”, dijo José, de 23 años. “Estoy muy emocionado, he esperado 12 años por este momento”, resumió Carlos, un joven de 24 años que llevaba una bufanda en la cabeza, y que vino desde Málaga para ver el partido. Manuel, de 22 años, se acordaba bien de los momentos de sufrimiento, cuando el Atlético parecía a un paso de celebrar el título, la primera Copa de Europa de su historia: “Estaba en un bar y, a los 70 minutos dije que el Madrid iba a empatar a los 94 minutos. Y así fue, ¡todavía no me lo puedo creer!”

Se movilizó a 700 policías nacionales y 360 agentes municipales

La celebración oficial del Real Madrid está prevista para este domingo, pero el club preparó la tradicional estructura junto a la diosa para recibir a la expedición procedente de Lisboa en la misma madrugada del sábado. La policía y una doble valla protegían la fuente, donde había una inmensa tela blanca que rezaba campeones. Había también una inmensa pantalla junto a la sede del Ayuntamiento, y cañones de luz que proyectaban la frase “Gracias Madridistas”.

Hubo también un pinchadiscos para animar a los aficionados. De repente, después de que sonara el himno, a las 23.30, Cibeles se convirtió en una gran discoteca en plena calle. Madrid celebraba el título. En esta gran fiesta hubo espacio para todos. Carmen, de 14 años, es madridista y vino desde Ponferrada con su tío y sus primos, todos del Atlético. “Bueno, no pasa nada. Nos picamos un poco, pero estamos en familia”, dijo entre risas. “Queríamos sobre todo venir a la fiesta y ahora hay que aprovecharla”, completó su prima María, de 16 años y que vestía una camiseta del Atleti.

Para Javier, esta Copa era aún más especial. Esta vez vino con su hija Lucía, de 6 años. “¡Ya es una madridista!”, exclamó emocionado el hombre de 36 años. José Manuel, que es del Sevilla, pero aprovechó que estaba en la ciudad para venir a la fiesta. “¡Es La Décima! He venido para ver el ambiente”, comentó.

A la 1.00 todavía había muchos seguidores llegando a Cibeles. No fueron a Lisboa: acompañaron el partido en casa, lo celebraron en familia. Muchos todavía llegaban desde el Bernabéu. Para recibir a los aficionados, 700 agentes de la Policía Nacional, 360 agentes municipales y 115 efectivos del Samur fueron movilizados. Como en otras ocasiones, no dejaron que los aficionados llevaran botellas con alcohol a la celebración. Al cierre de esta edición, reinaba la fiesta sin incidentes.