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Nadal y el escudo de los cinco sets

En París, el español busca la excelencia física para ajustar el juego apoyándose en la larga distancia

J . J. M.
Rafael Nadal, durante un entrenamiento en París.
Rafael Nadal, durante un entrenamiento en París. Michel Euler (AP)

Es como bailar un tango con el demonio. Rafael Nadal llega a Roland Garros, que arranca hoy, tras protagonizar su peor gira de arcilla desde que es alguien en el tenis (2005): título en Madrid, final en Roma y cuartos en Montecarlo y Barcelona. El trono de París, piensan en el vestuario, puede discutirse tras casi un decenio de dictadura. Sin embargo, el número uno mundial, que se juega el puesto en un torneo que ha ganado ocho veces en nueve participaciones, pisa la tierra que ha hecho de él un mito. Mientras los contrarios afilan sus raquetas, los exjugadores asisten con asombro a la rapidez con la que se ha dado por abierta la lucha por el título. Todo, dice Àlex Corretja, exnúmero dos mundial, doble finalista en París y exseleccionador español, se reduce a una pregunta: “¿Quién está capacitado física y psicológicamente para aguantar el ritmo de Nadal en tierra y durante cinco sets?”. Dicho de otra forma: frente a los tres parciales de las citas que no pertenecen a los grandes, ¿quién tiene piernas, cabeza y pulmones para no quemarse en un baile agarrado con el mejor tenista de la historia en la arcilla parisina?

¿Quién puede aguantar su ritmo física y psicológicamente? Alex Corretja

“Al mejor de cinco sets hay un factor físico: solo Novak Djokovic o David Ferrer pueden aguantar con él”, responde Carlos Moyà, exnúmero uno mundial y ganador del grande de la tierra. “Wawrinka es duro; Federer, Verdasco o Almagro le pueden hacer daño... pero es difícil que le ganen tres sets”, subraya el mallorquín. “Frente a los otros torneos de la gira de arcilla, aquí hay un día de descanso entre partido y partido, lo que le permite recuperarse. Su desgaste puede existir, pero suele ser históricamente menor que el de los rivales”, añade. “Uno de sus secretos son esos cinco sets, que le permiten recuperarse”.

Estos son los datos que construyen la leyenda del maratoniano, que abrirá su participación contra el estadounidense Ginepri, invitado de la organización. En toda su carrera, solo un hombre ha derribado a Nadal en París: Robin Soderling, en un día de truenos, nubes negras y rayos, allá por 2009. No solo la tierra acuna al mallorquín en las largas distancias. Ningún tenista de elite tiene mejor récord que él al mejor de cinco mangas, se compita en arcilla, hierba o cemento: el español gana el 88% de esos encuentros, por el 86% de Roger Federer, el 84% de Novak Djokovic, el 80% de Andy Murray o el 72% de Ferrer. El campeón de 13 grandes defiende el título sabiendo que su camino está plagado de especialistas (Almagro en octavos, Ferrer en cuartos, Wawrinka en semifinales y Djokovic en la final, si se impone la lógica del ránking). A punto de cumplir los 28 años, lo que también se nota en las piernas, nadie conoce mejor los fondos de la central, que él explota con sus defensas; ningún otro competidor se adapta mejor a los remolinos de la Philippe Chatrier, que tantos malos consejos susurran; y nadie puede sentirse más seguro cuando los partidos se deciden dependiendo del largo aliento.

Con ese factor físico, solo Novak Djokovic, David Ferrer... Carlos Moyà

Nadal, sin embargo, llega a París con más dudas y más desgaste físico y emocional que nunca. Derrotado por un tenista que jamás le había ganado (Almagro, en Barcelona). Eliminado por otro que llevaba una década sin ganarle sobre arcilla (Ferrer, en Montecarlo). Vencido por cuarto partido seguido por su gran rival (Djokovic), en esta ocasión en la final de Roma, cita en la que acabó sellando el torneo de tres sets con más horas de juego de toda su carrera: 12h 31m, tanto sufrió, tanto peleó y tanto se gastó las piernas para llegar a luchar por el título.

La lucha por el número uno

  • Si Novak Djokovic gana su primer título de Roland Garros o pierde en la misma ronda que Rafael Nadal, recuperará el número uno mundial, que perdió a finales del curso pasado.
  • Si el español no llega a las semifinales, perderá el trono. Tampoco lo mantendrá si Nole llega a semifinales y él no celebra su noveno título en el Grand Slam de la tierra batida.
  • De aquí a finales de 2014, el mallorquín defiende los títulos de los Masters 1.000 de Canadá y Cincinnati, y el Abierto de EEUU.
  • Djokovic, por su parte, defiende los trofeos de Pekín, los Masters 1.000 de Shanghái y París-Bercy, y la Copa de Maestros.

“Pero es que tras las derrotas de Montecarlo y Barcelona llegó a Madrid con mucha tensión y bastantes dudas”, explica Corretja, que vivió en directo el torneo. “El desgaste emocional le hizo llegar a Roma vacío. Lo que ocurre es que a veces nos olvidamos de que él es de carne y hueso, de que es un chaval, un chico... porque lo que hace es inhumano”, argumenta. “Esta semana de descanso le sirve. Necesitaba ajustar cositas antes de Roland Garros: ritmo de piernas, intensidad, jugar más agresivo para dominar.... por eso los cinco sets de Roland Garros le favorecen descaradamente, ya que le dan margen de sobra para los ajustes. Es, además, el que más experiencia tiene”.

Nadal sigue siendo el tenista más temible en París, pero su reino lleva dos años acosado por el mismo pretendiente: Djokovic pensó la victoria en la final de 2012, la tocó con las manos en la semifinal de 2013 y ahora ataca la edición de 2014 sabiendo que es el momento de luchar por el único grande que le falta para completar el Grand Slam. El español y el serbio solo podrían cruzarse en el partido decisivo. Si ese día llega, Nadal se enfrentará al reto con dos argumentos: su drive llameante y el margen de los cinco sets, terreno de épica, escenario del drama. Como dice Juan Carlos Ferrero, exnúmero uno y ganador en París: “Cuando recupere el tono físico… En Roland Garros es el favorito. Los cinco sets juegan a su favor si está bien físicamente. Cuando se sienta bien, tirará para adelante”.

Ginepri y la Suzanne Lenglen en el debut de Nadal

Robby Ginepri, el número 279, que fuera el 15, aguarda hoy (Eurosport, 16.00 aproximadamente) a Rafael Nadal en la primera ronda de Roland Garros. El escenario es sorprendente. Pese a que el mallorquín es el número uno, el mejor tenista de lo que va de 2014, el defensor del título y el hombre récord del torneo (ocho victorias en nueve participaciones), abrirá su campaña parisina en la pista Suzanne Lenglen, segunda en importancia. Bajo la amenaza de la lluvia, Novak Djokovic ocupará la central contra el portugués Joao Sousa, y el Stanislas Wawrinka-Guillermo García López cerrará el día en la Chatrier. Según el equipo del mallorquín, no fue él quien pidió que le pusieran en la Lenglen, aunque eso le permite ganar margen de maniobra en el caso de que se produzcan interrupciones por tormenta.

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Sobre la firma

J . J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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