Cuatro piezas de la misma fábrica
Juanfran, Filipe Luis y Arbeloa coincidieron en el Castilla donde también se formó Carvajal
Juanfran y Filipe Luis por el Atlético; Carvajal y Arbeloa por el Madrid, dos laterales por finalista. Cuatro piezas de la misma fábrica. Cuatro jugadores con un pasado común: la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid donde todos ellos tomaron vuelo como profesionales antes de cruzarse en las bandas del estadio Da Luz de Lisboa en busca de la Copa de Europa.
Los rojiblancos se repartirán ambos carriles en el dibujo de Simeone, los madridistas se disputan el costado derecho en la pizarra de Ancelotti, con ventaja para Carvajal después de la inactividad de Arbeloa entre el 8 de marzo y el 1 de mayo tras su lesión en la rótula de la rodilla derecha. "Ninguno pensábamos que con el tiempo nos íbamos a encontrar en un partido como este", contó el propio Arbeloa antes de viajar a Lisboa. "Es muy bonito enfrentarse con dos jugadores como Filipe y Juanfran, con los que tengo una gran amistad en una ocasión tan especial. Pero no me he cruzado ningún mensaje con ellos porque en estos días es mejor no tener contacto. Después del partido habrá tiempo para desearnos suerte", explicó. El lateral madridista coincidió con los ahora rojiblancos en la cantera del Madrid y después también con el brasileño en el Deportivo de Caparrós.
Ese filial consiguió el ascenso a Segunda División en el verano de 2005
Juanfran y Arbeloa comenzaron a afianzarse como unos de los canteranos de referencia en una prometedora camada en la que destacaban nombres como Javi García, De la Red, Borja Valero, Jurado, Balboa, Alberto Bueno, y Soldado. Ese equipo consiguió el ascenso del Real Madrid Castilla a Segunda División en verano de 2005 tras derrotar al Conquense en el Bernabéu. En tiempos de vitrinas vacías en Chamartín aquel logro se vendió casi como un título.
Ese mismo verano llegó a La Fábrica de la Castellana un brasileño atípico: Filipe Luis. De padre polaco y madre italiana, creció en un entorno donde la máxima de menos samba e mais traballar estaba interiorizada en una cultura del esfuerzo vinculada a la supervivencia. Se hizo futbolista en el modesto equipo sureño del Figueirense y con apenas 19 años emprendió viaje a Europa, al Ajax. A pesar de sus rasgos centroeuropeos, Filipe nunca encontró acomodo en Holanda. Cambalaches contractuales le llevaron a pertenecer al Rentistas, uruguayo, club donde nunca jugó, pero sus maletas llegaron en 2005 a la Ciudad Deportiva. Poco después, tras apenas una temporada de transición y con las puertas del primer equipo cerradas, todos comenzaron la habitual diáspora.
"Hace 12 años estaba en casa dando saltos de alegría por la Novena", dice Carvajal
Juanfran, por entonces como extremo antes de que Quique Flores atrasara su posición y le reconvirtiera en lateral, se marchó a Osasuna y Arbeloa y Filipe acabaron en manos de Joaquín Caparrós. El técnico hormigonó las virtudes defensivas de ambos, sobre todo de Filipe. "Era un lateral muy a la brasileña, de mucha mentalidad ofensiva, pero con una resistencia tremenda para la ida y la vuelta. Solo había que pulirle los conceptos defensivos", resumía el técnico.
Años después, otro canterano logró derribar la puerta e instalarse en el primer equipo: Dani Carvajal. Después de hacer un año de mili en el exilio del Bayer Leverkusen alemán, designó mejor lateral derecho de la Bundesliga. "Hace 12 años estaba en casa dando saltos de alegría por la Novena y ahora tengo la suerte de vivir desde dentro una final con la que sueñas desde niño", afirma el lateral, preseleccionado por Del Bosque para el Mundial. Quizá su billete para Brasil pase por Lisboa y por el resultado de su pulso con Juanfran.
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