Salvar al soldado Illarra
El plan del técnico para la final ante el Atlético pasa por que Modric y Di María protejan al centrocampista ante la presión rival
El vestuario del Madrid se regocijó la noche que se supo que el Atlético sería el rival de la final de Lisboa. La gran mayoría de los jugadores estaban convencidos de que la Décima sería suya. Se lo repetían unos a otros recordando el adagio que reza que “las finales son partidos para futbolistas”. Duelos de tanta tensión que no se deciden por la táctica ni por el orden sino por el peso específico de los jugadores y que, puestos a comparar la calidad de las plantillas, la diferencia se inclinaba evidentemente en su favor. Después de todo, reflexionaron, Gregorio Manzano fue despedido del Atlético con una plantilla casi idéntica a la que dirige Simeone. Un grupo de jugadores seleccionados con la premisa de no acumular gastos en las cuentas del club, y cuya principal figura, Diego Costa, viene de Segunda, del Celta y del Albacete.
Este clima de aparente euforia de hace dos semanas se ha rebajado en los últimos días. Los entrenamientos han contribuido a inspirar prudencia. Ancelotti lleva una semana haciendo prácticas con Illarramendi y los resultados no acaban de transmitir seguridad. El técnico acumula varios días insistiendo en que es preciso adoptar medidas de precaución. Sin Alonso, avisa, deben cambiar la forma de jugar. Ancelotti ha indicado a Di María y a Modric que se peguen a Illarra para protegerlo en defensa. Cuando salgan jugando, ha advertido a Ramos, Pepe, Modric y Di María que la prioridad es no rifar la pelota, pero que si se sienten incómodos pueden cambiar de criterio y pegar un pelotazo. Esto es inusual. Cuando está Alonso la orden es asegurar el pase. El sábado, sin embargo, en previsión de que el Atlético pueda presionarlos generando dudas en Illarra y su entorno, tendrán libertad para sacarse el balón de encima.
La baja de Alonso y los problemas de Benzema y Pepe han introducido un punto de nerviosismo
En Lisboa, lo importante será que entre todos consigan que Illarra se sienta confortable. Para lograrlo el entrenador ha puesto el acento en achicar espacios hacia atrás. La paradoja, según comentan los futbolistas, es que Di María y Modric van a pasar de ser los protegidos de Alonso a proteger a Illarramendi. No es lo habitual que un extremo y un mediapunta escolten a un volante central. Los imponderables de la competición fuerzan medidas poco ortodoxas.
De puertas para adentro los veteranos del Madrid no consideran que el Atlético sea “favorito”, como afirmó Ramos el martes, en una declaración que en Valdebebas consideran prefabricada desde los despachos. El optimismo de los primeros días, en cualquier caso, se ha difuminado. Esta semana los jugadores se muestran algo más cautos. La baja de Alonso, sumada a los problemas físicos de hombres clave para el funcionamiento del equipo, como Benzema y Pepe, ha introducido un punto de nerviosismo.
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