La reverencia de Montezemolo

Después de dos primeras sesiones de ensayos al uso, con los Mercedes dominando el cotarro sin incidentes destacables a pesar de celebrarse por los toboganes de Montecarlo, se agradece que alguien agite un poco el gallinero y genere alguna polémica donde aparentemente no la había. Ferrari, y especialmente su presidente, Luca Cordero De Montezemolo, siempre están dispuestos a ello. Resulta que en su comparecencia del jueves, a Fernando Alonso se le preguntó acerca de los elogios que le había brindado el día anterior Dieter Zetsche, el presidente de Mercedes-Benz –“Quizás es el mejor piloto que hay ahora en la parrilla”, dijo el alemán–, desde Vitoria.

Además de agradecer el piropo y reconocer que estas cosas le motivan para seguir peleando para lograr su tercer título, Alonso también lanzó un mensaje sorprendente y muy contundente pero sin un destinatario claramente identificable. “Es extraño escuchar buenos comentarios sobre uno que llegan desde fuera, y divertido cuando recibes lo contrario de los que teóricamente son los tuyos”, soltó el asturiano. La mayoría interpretó que se trataba de una simple rabieta contra los sectores de la prensa más críticos con él, hasta que Montezemolo apareció en escena para aclarar el supuesto ataque velado de Alonso hacia Ferrari, que casi nadie había decodificado como tal. Es aquello tan italiano del ‘excusatio non petita, accusatio manifesta’.

“Fernando es el mejor piloto del mundo, da siempre el 200% en cada carrera”, se arrancó Montezemolo en una nota oficial que contenía el extracto de una entrevista realizada por un periodista en Maranello. “Sabe lo mucho que cuento con él, también fuera de la pista, por su contribución y el ímpetu que transmite al equipo. Me parece increíble que todavía haya algunos presuntos expertos que no lo hayan entendido y que intenten sacar siempre polémica de donde no la hay”, prosiguió el ejecutivo en su reverencia.

“Fernando es el mejor piloto del mundo, da siempre el 200% en cada carrera”, se arrancó Montezemolo

Esta es la quinta temporada en Ferrari del ovetense, que el próximo 29 de julio cumplirá 33 años. De los cuatro campeonatos que ha disputado vestido de rojo ha peleado por la corona hasta la última carrera en dos de ellos (2010 y 2012). En 2011 no tuvo ninguna opción (ni él ni nadie) de acercarse a Sebastian Vettel (terminó el cuarto a 135 puntos del germano), y el año pasado fue subcampeón aunque el colchón de puntos a favor de Baby Schumi fue tremendo (155 puntos). En esta coyuntura, el español debe decidir qué camino tomar de los dos que se le presentan delante: cumplir su contrato con la Scuderia, que expira en 2016, o tratar de buscar una salida, algo que tampoco parece fácil dada la situación actual del resto de equipos. Con Vettel y Ricciardo en Red Bull y Hamilton y Rosberg en Mercedes, la única opción más o menos factible para él sería regresar a McLaren, aunque esa alternativa tampoco está exenta de riesgo. En estos momentos, el rendimiento del monoplaza de Woking es inferior al de Maranello, y tampoco existen garantías que la llegada de Honda como motorista programada para el curso que viene vaya a ofrecer frutos a corto plazo.