Simona Halep llama a la puerta
La rumana, revelación de la temporada con 22 años, busca el título contra Sharapova
“El amor es un sentimiento maravilloso”, fue el último mensaje de Maria Sharapova antes de afrontar su segunda final consecutiva del Mutua Madrid Open. Aprovechando su actitud distendida en la sala de prensa, una periodista búlgara le preguntó por la relación sentimental con su compatriota Grigor Dimitrov, destapada hace un año en este mismo torneo, y acabó por ruborizar a la tenista rusa. Surgió entonces la mirada de la niña que se hizo profesional con apenas siete años cuando se trasladó a Florida junto a su padre para pulir su talento desbordante. Ahora, a los 27 y tras dos décadas de raquetazos, cada logro es una reivindicación de su carácter competitivo por encima del icono comercial. “Estoy encantada de tener otra oportunidad de ganar este torneo [perdió la final el año pasado]. Era un reto mejorar sobre tierra y me divierte superar estos retos. Ahora me divierto en todas las superficies”, cuenta tras superar a la número tres mundial, Agnieszka Radwanska (6-1 y 6-4). Sin contar retiradas, en la Caja Mágica disputará la séptima final en sus últimos siete torneos sobre tierra, superficie en la que presume de un balance de 55-5 desde 2011.
“Estas semanas son cruciales para preparar Roland Garros y llegar ganando es la mejor forma para afrontar un desafío así”, anuncia. Llegó a Madrid tras conquistar el torneo de Stuttgart por tercer año consecutivo y antes de volar a París, terreno conquistado en 2012 año en el que completó su Grand Slam, cincelará su tenis en la arcilla de Roma. Una arcilla en la que hace un tiempo dijo sentirse como “una vaca sobre hielo” y en la que ahora encuentra sus mayores alegrías. Atrás queda la lesión de hombro que le llevó al quirófano y le hundió hasta el número 126 mundial en 2009. Ahora en su remontada figura el puesto número nueve del ránking. Más alta que Djokovic, Nadal y Federer, Maria, que busca el trigésimo primer título de su carrera desde su 1,88m, se impone por agilidad y talento. “Es junto a Serena el gran valor del circuito femenino. Son las dos grandes de esta época, por encima de las contingencias. Cada una con su estilo, pero ambas están en un momento de madurez profesional”, analiza Dinara Safina, exnúmero uno y campeona en Madrid en 2009.
“Maria es, sobre todo, una campeona. Está muy acostumbrada a jugar finales”, le elogia Simona Halep, su rival hoy en la pista Manolo Santana. La rumana, de 22 años y 1,68m, superó a la checa Petra Kvitova por 6-7 (4), 6-3 y 6-2 y sacó lustre a su cartel de revelación de la temporada y peleará por su segundo trofeo del curso tras imponerse en Doha a principios de año donde dejó en el camino a tres jugadoras del top 10. El año pasado ganó sus seis primeros títulos en el circuito WTA, pero a Halep la fama la llegó antes que el éxito. En 2009 se sometió a una reducción de pecho para acabar con sus problemas de espalda que lastraban su carrera y la circunstancia derivó en debates frívolos que obviaron su proyección sobre las pistas. “Espero poder controlar las emociones y lograr divertirme, pero aún no me lo puedo creer”, espeta tras alcanzar la final.
Ganadora del Roland Garros en categoría júnior en 2008, Halep intenta metabolizar los resultados de su evolución, acelerada tras el cambio de entrenador que puso su juego en manos de Wim Fissette para “mejorar en el saque y los movimientos”. “No pensaba estar preparada aún para luchar contra las grandes, pero en este torneo ya me estoy enfrentando con alguna de ellas. Aunque los Grand Slam son demasiado para mí todavía”. “Acompaña su talento con un descaro y una lucha que la están llevando a crecer mucho en poco tiempo”, remata Safina. El año pasado, Halep participó en Madrid con una invitación de su compatriota Ion Tiriac, propietario del torneo. En esta edición se ha plantado en la final. Allí le espera Sharapova. Un pulso en dos dimensiones por la revelación o la confirmación.
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