Francia firma la paz
Los campeones de 1998 buscan dejar atrás las turbulencias que han marcado sus últimos campeonatos
Desde que Zidane se marchó cabizbajo y abatido del Estadio Olímpico de Berlín, todavía aturdido por el testarazo al pecho de Materazzi, la selección francesa se quedó a imagen y semejanza de la última foto del 10 vestido de futbolista. Zizou apagó la luz de su fútbol en Alemania 2006 y Francia no dio pie con bola nunca más. La selección gala no pudo ni supo encaminar el recambio generacional y se convirtió en un torbellino siempre con los flashes lejos de la pelota.
El desafió para Deschamps consiste en encontrar la armonía a un conjunto de nombres propios que brillan en sus equipos, pero que se opacan cuando se visten de Bleu
Primero se apostó por la continuidad del excéntrico Raymond Domenech y su viaje terminó en la fase de grupos en el Mundial de Sudáfrica, con el vestuario en llamas (incluido un motín de los jugadores contra el entrenador). El recambio llegó de la mano Laurent Blanc, pero el tropiezo frente a España por los cuartos de final de la Eurocopa 2012 precipitó la salida del técnico. Ni de chiripa Francia ligaba una buena noticia. Didier Deschamps cogió el testigo de Blanc en el banquillo, en una selección gala casi tan necesitada de un descanso emocional como de resultados.
Con el visado para Brasil certificado con angustia en la repesca frente a Ucrania, el desafió para Deschamps consiste en encontrar la armonía a un conjunto de nombres propios que brillan en sus equipos pero que se opacan cuando se visten de bleu. Así es el caso del Benzema, que se enmudece de gol con la zamarra de la selección francesa. La baja de su líder futbolístico, Frank Ribéry, resulta clave en las aspiraciones de la selección de Francia, que pierde a uno de sus jugadores más afilados. Algo que en el fútbol de hoy penaliza hasta al más preparado. La incógnita en la delantera es quién recorrerá el ala derecha, si Griezmann o Rémy. En cualquier caso, la selección gala, con una de las parejas centrales con más proyección de Europa, la dupla Varane-Mangala, promete años de solidez en la zaga. En el medio la tiza la pone Cabaye, siempre custodiado por el músculo y potencia de Pogba y Matuidi. Deschamps no tiene dudas, quiere fútbol pero sobre todo tranquilidad en los camerinos. Con la lista de 23 confirmada, la sorpresa fue la baja de Nasri. “No acepta ser suplente”, reveló, contundente, el técnico francés.
El bolillero jugó a favor de la selección gala, que sin partir como cabeza de serie se vislumbra como la candidata a quedarse con el Grupo E, que comparte con Suiza, Honduras y Ecuador. Un poco de fortuna para Francia, que anhela volver al protagonismo, mientras camina en la búsqueda de la paz.
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