El Barça mantiene la fe en Messi
El equipo azulgrana se sobrepone al rosario de bajas, a su mal inicio de partido y remonta el gol de Aduriz El delantero azulgrana apuntilla al combativo Athletic de Valverde (2-1)
A juzgar por la gente que acudió al Camp Nou, más de la mitad de los barcelonistas no cree que el Barça pueda ganar la Liga. Hubo media entrada y se supone que centenares de espectadores eran turistas, aficionados de un día, alejados del mal momento del equipo azulgrana, perdedor de la Copa y eliminado de la Champions. Todavía se cuentan, sin embargo, muchos militantes en una masa de seguidores muy heterogénea: los hay enfadados, hartos, desertores y también optimistas, miles ayer presentes, respetuosos con sus futbolistas y con Messi. La fe es contagiosa, más en Semana Santa, y el 10firmó la victoria en una remontada de mucho mérito ante el Athletic. Aunque las adversidades fueron múltiples, nunca se rindieron el Barça ni Messi. Acabada la caridad, se impone la esperanza en el Barcelona de cara a la Liga.
BARCELONA, 2 - ATHLETIC, 1
Barcelona: Pinto; Alves, Bartra, Mascherano, Adriano; Xavi (Fábregas, m. 70) Song, Iniesta; Alexis (Tello, m. 86), Messi y Pedro. No utilizados: Oier; Montoya, Sergi Roberto, Afellay y Sergi Gómez.
Athletic: Gorka; De Marcos, San José, Laporte, Balenziaga; Iturraspe (Beñat, m. 82), Erik Moran (Rico, m. 64), Ander Herrera; Susaeta (Tokero, m. 85), Muniain y Aduriz. No utilizados: I. Herrerín; Etxeita, Iraola y Albizu.
Goles: 0-1. M. 50. Aduriz. 1-1. M. 72 Pedro. 2-1. M. 74. Messi.
Árbitro: Martínez Munuera. Mostró tarjeta amarilla a Ander Herrera, De Marcos, Bartra y Pedro.
57.090 espectadores en el Camp Nou.
No era fácil reponerse a la derrota del Calderón ni a la de Mestalla, ni tampoco al gol ya cantado de Aduriz, y menos no renegar ni blasfemar de Messi, extraviado y ensimismado, anoche largo rato sin puntería, como si le temblara el pulso, más pálido que nunca. No salía el Barcelona del vía crucis, condenado a un calvario, ahora de procesión en la Liga. Nada le salía bien al Barça y a Messi y, sin embargo, no desfallecieron hasta que acabaron con el Athletic, invicto desde Reyes, temido por la hinchada azulgrana, sabedora de que muy pocos entrenadores le saben jugar tan bien al Barcelona como Valverde. El gol del 10 ayudó a combatir el desánimo y a recuperar la energía después de defender mal la portería propia, pifiar unos cuantos remates y provocar el lucimiento de Iraizoz.
La escasez provocó la ortodoxia en el Barcelona. Muy condicionado por las ausencias, lesionados varios titulares, a Martino le salió una alineación muy clásica, un diseño ortodoxo, un equipo reconocible a partir del 4-3-3: la defensa de cuatro, dos extremos, dos volantes, un medio centro y Messi de falso 9. Al Barça no le resulta fácil jugar sin Busquets, futbolista que da equilibrio y permite una salida aseada de la pelota, y cuando no está Neymar pierde arrebato y en cambio gana simetría y aumenta el protagonismo de Messi. Los espectadores estuvieron especialmente cariñosos con el 10. Aunque al equipo le llevó un tiempo encontrar a Messi, el partido se paralizaba cada vez que el argentino tomaba el balón, mejor como pasador que rematador, siempre persistente, irreductible hasta que firmó el triunfo: 2-1.
Igual de dinámicos los dos equipos, el Athletic desequilibraba con Aduriz y el Barcelona buscaba la superioridad con Messi. Muchas veces relegados a la suplencia, Alexis y Pedro hacen mejor al 10. A pesar de que el fútbol era discontinuo, no siempre profundo, atacaban bastante bien los azulgrana a cambio de defender mal, circunstancia muy visible en un tiro de Aduriz al palo izquierdo de Pinto. El ariete enganchó una estupenda chilena ante los morros de Song, poco agresivo, contemplativo, espectador del excelente momento de forma de Aduriz. Tampoco acertó Alexis, que chutó al larguero, habilitado por Pedro. Iraizoz estaba muy acertado ante los remates azulgrana en un partido abierto y agradecido, incontrolable para el Barça.
La Pulga estuvo siempre persistente, irreductible hasta que firmó el triunfo
No tenían puntería los azulgrana, condenados de forma reiterada al banderín de córner, y Aduriz no llegaba más veces a la pelota porque le detenían Adriano y Mascherano. El delantero reclamó penalti por un agarrón del central poco antes del descanso en el Camp Nou. A la que regresó a la cancha, ya no perdonó Aduriz después de una nueva concesión de la zaga del Barcelona. Al Athletic le alcanzó con un saque largo de su portero y un tiro de su delantero centro para poner el 0-1. No acertó en el salto Song, tampoco estuvo bravo Bartra y Aduriz le coló el balón por bajo a Pinto. Acertó Aduriz y falló Messi. Al azulgrana se le escapó el tiro en una falta que ni pintada en la frontal del área y no perdonó en cambio el rojiblanco ante la portería de Pinto. Las dos áreas se le hacen extrañas desde hace tiempo al Barcelona.
Volvió a pedir el balón Messi y volvió a fallar el 10 ante Iraizoz. No había manera de que el argentino encontrara la red del Athletic. Al rescate acudieron entonces el populista Alves y los meritorios Alexis y Pedro, ya con Cesc, silbado por la hinchada, en la cancha. Alves, al que le da igual que le aplaudan o le piten, siempre presente en lo malo y en lo bueno, entró por su banda, puso la pelota para Alexis y el remate mordido del chileno lo embocó a gol Pedro: 1-1. Y, poco después, reapareció por fin Messi. El 10 transformó un libre directo con un tiro fuerte y raso, al palo del portero, el gigante Iraizoz. Ya no hubo más partido prácticamente porque estaba escrito que el partido duraría lo que tardara en marcar Messi, El gol del 10, precisamente por esperado, representa también la esperanza del Barça en la Liga.
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