Hamilton gana a Rosberg tras un duelo fratricida
Mercedes muestra su superioridad en el Gran Premio de Bahréin, el mexicano Pérez ocupa el tercer puesto y Alonso acaba noveno
Pocas veces en los últimos años se ha visto un final de carrera tan brillante y espectacular como el del Gran Premio de Bahréin. El circuito de Shakir vivió varios duelos fratricidas desde el principio hasta el final, entre los que destacó el protagonizado por los dos pilotos de Mercedes, Lewis Hamilton y Nico Rosberg. Amigos y rivales desde su etapa infantil en los karts, el británico y el alemán realizaron una carrera espectacular, llena de alternativas, con batallas impresionantes para no cederse ni un ápice de terreno en la guerra que ya mantienen dentro del equipo. Al final, Hamilton se llevó la victoria, la segunda consecutiva de la temporada y la 24ª de su carrera, y Rosberg tuvo que conformarse, de mala gana, con la segunda posición.
Tras ellos se clasificaron Checo Pérez y el australiano de Red Bull, Ricciardo, que superó con claridad a su compañero y campeón mundial, Sebastian Vettel. El podio de la F-1 está viendo muchas caras nuevas. Escuderías que no contaban para nada el año pasado, han entrado en la batalla por la tercera plaza. Ahora, Force India y Williams entran en todas las quinielas. Y sus pilotos se convierten también en protagonistas en todas las carreras. Los duelos entre los dos miembros de estos equipos fueron uno de los alicientes en Shakir. Y ver cómo el tetracampeón mundial, Vettel, no podía con Pérez, Ricciardo y Hulkenberg resultó aleccionador.
En Ferrari, sin embargo, los problemas se acentúan en cada carrera. Si en las primeras todavía consiguieron preservar los muebles, en la de Bahréin la tragedia se hizo más patente. Alonso lo había dicho tras la clasificación, cuando afirmó que necesitaban hacer algo para poder ser competitivos y que esperaba que el coche mejorara en China. Tenía razón el asturiano y eso se evidenció en el circuito de Shakir, cuando tanto los Williams como los Force India se mostraron muy superiores en velocidad punta y en prestaciones globales que los monoplazas rojos de Maranello. Tanto Alonso como Raikkonen se debatieron para mantener posiciones, pero las cosas se les complicaban de mala manera. Todo quedó muy claro cuando tanto Ricciardo (Red Bull y motor Renault) como Bottas superaron de forma consecutiva al finlandés superadas ya las 30 vueltas de carrera.
El campeonato está difícil, los Mercedes se están escapando. Tenemos que pararles en las próximas carreras Fernando Alonso
Tampoco Alonso pudo evitar que Pérez le superara (20 vueltas) y no consiguió luchar en igualdad de condiciones con Hulkenberg, que se ha convertido este año en un enemigo particular. El español había realizado una buena salida, pero las cosas se fueron clarificando para él a medida que la carrera avanzaba. Le resultaba difícil mantener posiciones. Y tanto Hulkenberg como Button, como el mismo Vettel se encargaron de demostrarlo, tras el tercer cambio de neumáticos. Todos ellos eran casi un segundo por vuelta más rápidos que el español. Estaba claro que los Ferrari no iban a luchar por el podio… su batalla ahora es por puntuar.
“Carrera difícil. Sabíamos que todo sería complicado esta semana. No ha sido divertido. Y coger uno o dos puntos no es nuestro objetivo”, señaló Alonso. “El coche ha ido al máximo y los mecánicos trabajaron bien para resolver los problemas. Tuvimos un problema de ajustes, nada más. Pero el campeonato está difícil, los Mercedes se están escapando. Tenemos que pararles en las próximas carreras”.
Sin embargo, todo aquello perdió trascendencia cuando Maldonado embistió a Gutiérrez en la curva 1 y le hizo volar por los aires dando una vuelta de campana que hacía presagiar lo peor. Afortunadamente, el espectacular accidente no tuvo consecuencias físicas. Pero sí que obligó a que entrara en pista el coche de seguridad y transformara todo el panorama de la carrera. Hamilton, que llevaba entonces 13 segundos de ventaja sobre Rosberg y más de 60 sobre el tercer clasificado Bottas, cedió toda esa ventaja y se encontró, de golpe, que debía luchar contra su compañero de equipo con neumáticos duros frente a los blandos de Rosberg. De tener una clara ventaja, tras el último cambio de neumáticos, pasó a ver como todo se le podía complicar.
La cuestión era comprobar si realmente las prestaciones de los blandos concedían tanta ventaja como se había establecido en los entrenamientos (1,5 segundos). En carrera no parecía tanta. Desde el taller de Mercedes se mostraban preocupados: “Aseguraos de que los dos coches lleguen sanos y salvos al final de carrera”. Fue el mensaje que recibieron los dos pilotos, que habían protagonizado ya luchas feroces y fratricidas para ganar o mantener posiciones. Cuando el coche de seguridad desapareció (a 11 vueltas para el final), Rosberg atacó a Hamilton y fracasó en el primer intento. Detrás, lucha entre los dos Force India de Pérez y Hulkenberg. Los Red Bull de Vettel y Ricciardo –que acabó adelantando al alemán- arrasaron al McLaren de Button y Alonso luchaba por la novena posición defendiéndose de Raikkonen.
Los ataques de Rosberg se reprodujeron hasta el final, con la ayuda del RDS. Pero una vez tras otra, Hamilton le iba cerrando la puerta, demostrando que la diferencia entre el compuesto duro y el blando no era tanta. Al final, el equipo intervino y Rosberg bajó su ritmo para evitar problemas. Hamilton acabó ganando la partida, pero la guerra entre los dos viejos amigos sigue totalmente abierta.
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