El Madrid suda su victoria 50

El Madrid alcanzó su victoria número 50 en lo que va de curso. Seis meses de excelencia competitiva donde tan solo el CSKA y el Bayern han sido capaces de derrotar a un equipo vibrante y ambicioso dispuesto a enaltecer el camino hasta las últimas consecuencias, sin respiro, sin jornadas de trámite. Sudó el líder su 25º triunfo en la Liga ante un Gran Canaria voluntarioso bien dirigido y con las ideas claras que estiró su resistencia hasta bien entrado el último cuarto. Llull, Mirotic, Reyes, Sergio Rodríguez y Rudy Fernández se turnaron en el empeño de mantener la imbatibilidad en una mañana que arrancó nublada, avanzó a ráfagas y se resolvió con emoción.

Sin Bourousis en la convocatoria, de permiso en Grecia por su reciente paternidad, Laso alteró su habitual quinteto inicial. Entró Draper tras su sólida actuación ante el Maccabi el pasado jueves; Llull comenzó de dos posponiendo la salida de Rudy y Mejri asumió el puesto de Bourousis. Las novedades alteraron los habituales biorritmos del líder que se vio sorprendido por la buena mano de los pívots del Gran Canaria. Eulis Báez y, sobre todo Nacho Martín, tomaron medidas al aro madridista desde la línea del 6,75 y dieron el mando al conjunto amarillo (9-15, m. 7). Las revoluciones de Llull no bastaban para contener la afinación de los interiores de Pedro Martínez, que además dominaban con solvencia el rebote. Nacho Martín contabilizaba cuatro capturas en el primer cuarto por las cinco de todo el Madrid (5-10 en el total).

Echaban de menos los blancos la hiperactividad de Rudy y coincidiendo con la salida a pista del mallorquín recuperaron sensaciones y ajustaron el marcador. Llegaron las primeras recuperaciones en defensa y las primeras carreras del conjunto de Laso. Un triple del propio Rudy y otro de Llull equilibraron la contienda (18-19, m. 10). Sin embargo, Pedro Martínez dio carrete en el segundo acto a su gigantón Tavares y con su aparición el Gran Canaria consolidó su apuesta. El caboverdiano de 2,20 metros saltó a la pista dispuesto a rememorar su rutilante actuación en el partido de cuartos de final de la Copa que enfrentó a ambos equipos. Aquel día venció el Madrid (83-60), pero Tavares sumó 16 puntos, 12 rebotes y cuatro tapones para un 31 de valoración que le puso el escaparate de los ojeadores de la NBA. En esta ocasión y coincidiendo con los primeros cuatro puntos de la torre amarilla, el Gran Canaria acreditó sus aspiraciones a base de puntería e intensidad defensiva (19-29, m. 13). Más aún cuando Hansbrough demostró el grado de afinación de su muñeca.

El Madrid asumió entonces que le tocaba remangarse para mantener su condición de invicto en la Liga y recurrió a su pareja de espartanos. Felipe Reyes y Slaughter compensaron la pelea por el rebote y dieron vuelo a la vertiginosa inspiración de Sergio Rodríguez. El Chacho y Felipe encontraron la fluidez en ataque que demandaba el Madrid y mitigaron el efecto Tavares. Una carrera a toda pista del capitán blanco subiendo la pelota, anotando con maña y sacando un dos más uno entre el tallo de Cabo Verde y Eulis Báez terminó de despertar a la concurrencia (que apenas se había alterado para respaldar a Rudy en un intenso pique con el colegiado Martínez Díez) al borde del descanso (37-38, m. 28).

El primer tiempo acabó con un triple de Mirotic que hacía su octavo punto en un partido destemplado, pero a la vuelta de la caseta el montenegrino reclamó a lo grande su cuota de protagonismo. Con 10 puntos y cuatro rebotes y una recuperación en apenas cinco minutos, destartaló el dique de contención del Gran Canaria y pareció abrir la senda para la escapada blanca (57-49, m. 27, tras un alley-oop entre El Chacho y Mejri). Pero regresó Báez para acaudillar la resistencia amarilla y, con la doble batuta de Bellas y Oliver (10 asistencias entre ambos), los de Pedro Martínez sellaron un parcial de 0-12 en el tramo final del tercer cuarto que les agarró con firmeza al partido (57-61, m. 30).

Tuvo que recurrir el líder al arrebato épico del mejor Llull (19 puntos con un 4 de 8 en triples) y a la inspiración febril de Sergio Rodríguez (11 puntos y cuatro asistencias) para encontrar los puntos y el paso correcto para escapar del laberinto, con el empujón de una antideportiva sobre Rudy. Le faltó depósito al Gran Canaria para estirar su meritorio pulso y se le hizo muy larga la recta de meta. Felipe Reyes se encargó entonces de cuidar la ventaja y gestionar el tramo final (76-66, m. 36). Llegó la victoria número 50 del Madrid de Laso.