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EL CÓRNER INGLÉS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

A no ser que se pegue un tiro

Una pancarta con un mensaje en contra de Moyes sobrevuela Old Trafford
Una pancarta con un mensaje en contra de Moyes sobrevuela Old Trafford Jon Super (ap)

“Somos los hombres huecos…? La cabeza llena de paja. ¡Pobres!”. —T. S. Eliot, poeta británico.

Nadie murió, pero la imagen que llenó la pantalla de televisión esta semana del rostro de David Moyes, el entrenador del Manchester United, en el minuto 90 del partido que su equipo perdió 0-3 en casa contra el Manchester City fue desoladora. Lo único que faltaba era la sexta sinfonía de Tchaikovski, la Pathétique, como música de fondo.

Le pagarán muchos millones pero nada puede compensar la humillación que sufre ese hombre, retratada en vivo y en directo por todo el planeta. Solo es fútbol, sí. Solo fue una derrota. Pero no importa el contexto, el sufrimiento es el sufrimiento. Lo que vimos en su cara fue algo terrible. Lo que vimos fue un ser humano derrotado —sin respuestas, abrumado, perdido, superado—. Había 75.000 personas a su alrededor pero estaba solo, la viva expresión de la fragilidad humana en toda su lacerante desnudez.

Y eso que se hizo todo lo posible para arroparle, para evitar que se enfrentara a la manifiesta verdad de que lo habían elevado a un puesto para el que estaba trágicamente inhabilitado. Con suicida honorabilidad, la afición del United había seguido creyendo en The Chosen One, el Elegido, como le llamaron cuando fue nombrado entrenador del Manchester United el verano pasado. El que hizo la elección fue Alex Ferguson, el anterior entrenador y leyenda viva del club. Arrastrados por su fe en Ferguson, los fans del estadio de Old Trafford se mantuvieron leales a Moyes toda esta desastrosa temporada hasta que, tras la derrota el martes contra “los vecinos ruidosos” (como desdeñosamente les llamaba Ferguson) por fin empezaron a perder la paciencia.

El United, el tercer club más rico del mundo y el que seguramente más seguidores tenga, ganó la Liga inglesa el año pasado. Hoy va séptimo, su peor posición a estas alturas de la temporada en 24 años, y ha perdido toda posibilidad de quedar entre los cuatro primeros. No habrá un milagro. No competirá en la próxima Liga de Campeones.

Es imposible contemplar el rostro de Moyes sin ver en él la soledad y la impotencia de la humanidad ante el destino

Recordemos que el Manchester United es a la Liga inglesa lo que el Real Madrid a la española, el Bayern Múnich a la alemana, y fijémonos en algunas estadísticas. Hasta ayer [ganó 4-1 al Aston Villa], el United había anotado el mismo número de goles en casa (18) que los dos últimos equipos de la tabla, el Cardiff y el Fulham; perdió en casa en septiembre contra el West Bromwich Albion por primera vez en 46 años, contra el Newcastle por primera vez en 41, contra el Everton por primera vez en 22. En la FA Cup perdió contra el Swansea en casa en enero, la primera vez que el United caía a la primera en la antigua y venerable competición en 27 años.

Old Trafford ha sido conocido desde tiempos de Bobby Charlton, en los años sesenta, como el Teatro de los Sueños. Hoy es el Teatro de las Pesadillas. Incluso, durante la derrota frente al City, para el rey Alex. Ocurrió lo impensable y un grupo de aficionados cerca de donde él estaba sentado le gritó de todo por haber sido el responsable de la contratación del desafortunado Moyes. Al final del encuentro trabajadores del club tuvieron que intervenir para que otro grupo de fans no destruyera una enorme pancarta en el estadio que celebraba, con despiadada ironía, a Moyes el Chosen One.

Moyes, cabizbajo, durante el partido ante el Aston Villa
Moyes, cabizbajo, durante el partido ante el Aston VillaPHIL NOBLE (REUTERS)

Igual de deprimente que los resultados ha sido el juego del United. Como decía el otro día Gary Neville, excenturión de Ferguson, el equipo no tiene identidad sobre el campo. Juega con la misma falta de imaginación que el equipo que Moyes entrenó la temporada pasada, el Everton, pero con mejores jugadores y menos garra. Hoy el Everton, con su nuevo entrenador español, Roberto Martínez, juega con más variedad táctica, se ha convertido en un equipo del que los neutrales disfrutan y está cinco puntos por delante del United, con posibilidades de clasificarse para la Champions, competición en la que se mide el United el martes contra el Bayern de Pep Guardiola.

El espectáculo debería ser clasificado como no apto para menores, ni para personas que no tengan el corazón de hierro. Es imposible contemplar el rostro de Moyes sin ver en él la soledad y la impotencia de la humanidad ante las fuerzas incontrolables que rigen nuestros destinos. Que lo despidan ya al pobre hombre, por compasión. Antes de que se pegue un tiro.

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