Los pilotos se ponen a dieta
Los corredores han debido perder peso para equilibrar los nuevos monoplazas
Lewis Hamilton siempre había sido bastante delgaducho hasta que el año pasado decidió ganar algo de músculo, de modo que a base de entrenamiento aumentó unos cuatro kilos hasta situarse en 68 (mide 1,74m). Unas tundas prácticamente en vano: en solo unos meses, el chico de Tewin se vio obligado a perder todo el volumen que había ganado para afrontar el arranque de este Mundial —este domingo, carrera en Malasia a las 10.00 (A3 y TV3)—.
El adelgazamiento de los pilotos
Fernando Alonso 1,71 metros, 1 kilo menos (66 kilos)
Kimi Raikkonen 1,75 metros, 2 kilos menos (68 kilos)
Lewis Hamilton 1,74 metros, cuatro kilos menos (64 kilos)
Nico Rosberg 1, 78 metros, tres kilos menos (65 kilos)
Sebastian Vettel 1,74 metros, apenas ha perdido peso (66 kilos)
Daniel Ricciardo 1,78 metros, cuatro kilos menos (67 kilos)
Igual que Hamilton, apenas nadie en la parrilla se ha librado de la obligada dieta que ha traído consigo el nuevo reglamento, específicamente el apartado relativo al peso mínimo que debe alcanzar el conjunto coche y piloto, establecido en 690 kilos, 48 más que el curso anterior. El problema de los ingenieros radica en que la recién introducida unidad de potencia es significativamente más pesada que los propulsores convencionales, y eso ha limitado mucho las opciones a la hora de distribuir el lastre por el monoplaza con tal de equilibrarlo. Hay técnicos que se atreven a fijar en unas tres décimas por vuelta la penalización por cada kilo de más del piloto. “Ha sido el invierno más duro que he vivido desde el punto de vista físico. Una auténtica pesadilla”, recuerda Hamilton, que para ponerse a punto se fue con su entrenador dos semanas a Colorado.
Otros pilotos pusieron más el foco en la alimentación. Son los casos de Nico Hulkenberg (1,84m de altura), Daniel Ricciardo (1,78m) y Jenson Button (1,83m). “Cuatro kilos me he dejado a base de entrenarme cuatro horas al día y seis días por semana. Además, en Navidad tuve que renunciar a comer dulces, y ahora trato de mantener alejados de mí los carbohidratos por la noche”, reconoce el australiano de Red Bull (67 kilos).
A mí ya no me sirve eso de adelgazar, ya no puedo hacerlo más. Necesito piel y algo de músculo para poder conducir" Hulkenberg
En el caso de Button, su afición a los triatlones siempre le había mantenido el cuerpo a tono. Por más que él niegue haber adelgazado, sus mandíbulas se marcan más que nunca y el pescuezo no ofrece dudas. “Pues la verdad es que no he perdido demasiado porque el año pasado ya estaba muy delgado. Peso 70 kilos [cuatro menos que en 2013], o sea que no hay mucho más de dónde rascar. No tengo que enfrentarme a dietas demasiado estrictas y eso siempre es bueno porque de otra forma pierdes energía”, puntualiza el de McLaren. “A mí ya no me sirve eso de adelgazar, ya no puedo hacerlo más. Necesito piel y algo de músculo para poder conducir”, lamenta Hulkenberg, que ha podido bajar cuatro kilos y quedarse en 74. Nico Rosberg (1,78m) se dejó tres atrás y ahora está en 65 —“a finales de año se acabaron los caramelos y los helados”, dice—, mientras que Fernando Alonso (1,71m) solo tuvo que perder uno y ronda los 66, mientras que su compañero Kimi Raikkonen (1,75m) se puso en forma con el hockey hielo y la bicicleta y bajó dos (68 kilos). “A base de ejercicio cardiovascular y dieta”, detalla Xavi Martos, preparador de Sergio Pérez (1,73m), “Checo ha perdido dos kilos y medio y ahora está en 68,5”.
Los 1,74m y 66 kilos de Sebastian Vettel le proporcionaron una pretemporada algo más al uso aunque no del todo. “No como caramelos porque si lo hago, Adrian [Newey] me manda a correr a la cinta”, vacila el campeón. En una situación aún más privilegiada está Felipe Massa. “Nunca me había alegrado tanto como ahora de ser pequeño”, afirma el brasileño, de 1,66m, que se ha convertido en un chollo para la estructura de Grove (Gran Bretaña). Los kilos que le faltan a él (58) los han aportado al equipo sus múltiples patrocinadores.
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