“Me inquieta que la gente espere mucho de mí”
Tras un mes de baja, Marc Márquez se llevó la primera pole del año y saldrá primero hoy (20.00, MovistarTV)
Cuando Marc Márquez (Cervera, Lleida; 21 años) se sienta en el sofá de la caseta prefabricada que les han asignado en el circuito de Losail se percata de que la puerta está abierta. “Ya voy yo”, le dice un asistente. Pero él, que lleva una férula para sujetar el tobillo derecho y cojea, ya se ha levantado a cerrarla. Nunca fue un señorito. Tampoco demasiado quejicoso. Tras un mes de baja se llevó la primera pole del año y saldrá primero hoy (20.00, MovistarTV).
Pregunta. ¿Sigue poniendo la mesa en casa o le eximen por ser campeón del mundo?
Respuesta. Este último mes me he escaqueado bastante con el tema de la pierna, pero sí, normalmente pongo la mesa y ayudo a quitarla.
P. ¿Tiene ganas de independizarse?
R. A veces sí y a veces no, tendrá que llegar el momento y cada vez está más cerca, aunque no tengo intención de hacerlo este año. ¡La mama quiere que esté allí toda la vida!
P. Hace un mes se fracturó el peroné y se quedó sin pretemporada, ¿cómo está?
“Aún no tengo la fuerza suficiente, físicamente me hubiese gustado llegar mejor”
R. Aún molesta un poco, y no tengo la fuerza suficiente. Físicamente, me hubiera gustado llegar mejor a la primera carrera: no he hecho nada de cardio. El jueves hice bicicleta estática y notaba que no tenía la misma resistencia. Veremos cómo aguanto la carrera.
P. ¿Cuándo dejó las muletas?
R. El doctor me dice que para las distancias largas todavía las debería utilizar, porque apoyo mucho peso, pero me las he dejado en el parking [ríe]. Llevo una semana andando más o menos bien. Y en la moto no me tiene por qué molestar mucho. ¡Me he portado bien! No fui a los entrenamientos para llegar bien aquí.
P. ¿Cómo ha matado el tiempo estas semanas?
“Parece que si no gano ocho o nueve títulos no será un éxito”
R. Se ha hecho muy largo. Aunque me ha ido bien descansar. Claro que estaba negro por no poder hacer nada: ni bici, ni gimnasio... Solo flexiones, y acababa reventado. ¡No se pueden hacer tantas flexiones! Me empezaba a salir la mala leche.
P. No es su primer invierno lesionado. El problema de visión doble le dejó cinco meses de baja.
R. Aquello fue mucho peor. Lo pasé mal. Existía la incógnita sobre si podría volver a correr.
P. ¿Qué le borra la sonrisa?
R. Sobre todo las cosas que les pasan a los míos, cuando no sé bien cómo les afectan. Lo pasé mal al ver a mi hermano [Àlex, piloto de Moto3] sufrir con el hombro, apenas se apoyaba en tierra se le salía del sitio: tendría que operarse y nos dijeron que sería una operación complicada. Ver que la recuperación fue bien me tranquilizó.
P. Tras ganar el título se han dicho muchas cosas de usted, ¿qué es lo que más le abruma?
R. Lo que más me inquieta es que la gente espera mucho de mí. He conseguido un título, sí, el primer año, vale, pero parece que eso sea lo normal y que si no gano ocho o nueve títulos no será un éxito. ¡Hostia, que cada título cuesta mucho de conseguir! Pero mejor convivir con esas expectativas que no al revés.
“Cuando adelanté a Rossi en Laguna Seca solo pensaba en lo que acababa de pasar”
P. Hace justo un año, en Catar, vivió la primera carrera muy nervioso. ¿Qué le preocupaba?
R. Estaba muy nervioso antes de la salida, salía sexto y me preocupaban las primeras vueltas porque ya la había liado en el debut de Moto2. No quería cometer los mismos errores en mi estreno en la categoría reina. Pero, por otro lado, también lo quería hacer bien. Me puse nervioso porque no tenía la situación bajo control. Y porque había mucha expectación: recuerdo la parrilla de salida abarrotada de cámaras y periodistas. Eso, al principio, impresiona. Luego, en carrera, iba remontando posiciones y mejorando los tiempos y me dije: “Aquí vendrá una hostia...”. Pero tuve la suerte de encontrarme a Dani, me puse tras él y me calmé. Dejé pasar unas vueltas antes de adelantarle.
P. Llegó a este circuito de Losail como fan confeso de Rossi. Luego le adelantó en el Sacacorchos. ¿Es un poco menos mito ahora?
R. No, sigue siendo el mismo. Aunque se hace extraño: cuando yo era niño él ya estaba ganando títulos mundiales. Y, claro, llegar aquí y adelantarle en la primera carrera, luchar con él, me emociona y me motiva. Recuerdo que cuando le pasé en Laguna Seca dos curvas después casi me caigo: no pensaba en lo que venía, solo en lo que acababa de pasar.
P. ¿Ha conocido a un Valentino más pícaro?
R. Claro. Uno puede ser buen chaval, pero para triunfar tienes que competir; no le dirás a tu rival cómo tiene que hacer las cosas bien, se lo dirás al revés. Tiene esa picardía necesaria. Valentino no ha conseguido todo lo que tiene solo con talento y porque va rápido, sino porque sabe gestionar muy bien las situaciones. Todos tenemos que aprender de él.
“El año pasado valía todo. Tenía excusa, pero este ya no. Hay presión y expectación”
P. El curso pasado le costaban las salidas, también las frenadas, ¿ya conoce mejor las reacciones y los límites de su moto?
R. En la frenada soy más constante y freno más tarde, es algo que mejoré la temporada. Aquí, hace un año, de 10 vueltas en siete me iba fuera a final de recta. La salida, mal. Puedes entrenarla, pero solo. Luego hay que salir cuando dice el semáforo.
P. ¿Cómo cree que cambiará la estrategia en una temporada en la que aspira a ganar el título desde la primera carrera?
R. La estrategia es la misma: intentar ganar y si no, sumar puntos; pero si puedo sumar cinco más no los dejaré pasar. El año pasado valía todo: si me arriesgaba, bien, si caía, mala suerte. Tenía excusa, pero este año ya no. Hay presión y expectación.
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