‘Bicarbonato’ Messi
El Barça se aferra a la recobrada puntería de su delantero para apretar la Liga en el Bernabéu
Se tomará un antiácido, un bicarbonato, antes de pisar el césped y realizar el esfuerzo propio de la competición. Es lo que le recomendó uno de los mejores especialistas de gastroenterología hace ya unos años, conjuntamente con los médicos del Barcelona que no ofrecieron explicación alguna del asunto, porque su hiato no cierra bien y el reflujo estomacal le provoca arcadas, también la flema que expulsa en forma de vómito. Más allá del triunfo exigido, ese podría ser uno de los mayores desvelos de Lionel Messi en el Bernabéu, toda vez que no atiende a los rivales ni a los récords porque nunca lo hizo y porque se sabe superior a cualquiera. A Martino, en cualquier caso, le preocupa su repliegue; en el entrenamiento de ayer conversó con La Pulga y Cesc sobre los movimientos defensivos, quizá porque planea repetir el planteamiento de la ida, con Cesc de falso punta, escorados Leo y Neymar. Aunque el 10 siempre mira al frente.
Confiamos en que haga un gran encuentro; siempre aparece en los partidos decisivos” Tata Martino, técnico del Barça
Ya máximo goleador de la historia del Barça con 371 dianas, Messi está a un paso de devorar otros dos registros en el Bernabéu. Alcanzaría a Hugo Sánchez en cuanto a goles ligueros (suma La Pulga 233, a uno del mexicano y a 18 de Telmo Zarra, líder histórico), sino que también aspira a convertirse en el pichichi superlativo de los clásicos puesto que acumula 18 redes como Di Stéfano y por encima de Raúl (15), César, Puskas y Gento (14). “No se entera de esas cosas hasta que las lee en la prensa”, dicen en su entorno. “Él pone los límites y los números reflejan la realidad”, intercede Piqué. “Con él todo es más fácil”, resuelve Alexis. “Tiene poderes mágicos”, agrega Alves. Queda por ver, sin embargo, qué preponderancia tiene en el club, sobre todo porque avala la renovación de Pinto y desde su círculo se sugiere la contratación de Agüero, algo que no se contempla. En el campo, sin embargo, su jerarquía es total, marcado por Guardiola, orientado después por Vilanova y liberado ahora por Martino. “Está a tono”, recuerdan desde su entorno.
Lastrado por las lesiones hasta que en diciembre se puso en forma con un plan de pretemporada realizado en el Predio de Ezeiza, la ciudad deportiva de Argentina, Messi lidió con temas extradeportivos y contractuales, hasta el punto de que respondió de mala manera al vicepresidente económico azulgrana, Xavier Faus, por negarle de inicio su renovación. Por lo que también en esas fechas decidió cerrar el círculo Leo; quiere evitar el descontrol después de las acusaciones que recibió por eludir impuestos a Hacienda y por unos rumores que vinculaban a su familia, luego negados, con narcos de Colombia. “Ni el tema de las lesiones ni la renovación ni nada le afecta porque no es cierto, así que deberán utilizar otras armas para poder desestabilizarlo”, revelan las mismas fuentes. Queda por ver cómo se zanja su renovación porque ya tenía las condiciones acordadas con el expresidente Rosell, y ha sido citado ahora para negociar con el propio Faus y el presidente Bartomeu. “Pero se centra en el fútbol y se exige ganar en Madrid”, abunda quien bien le conoce.
Su jerarquía es total, marcado por Guardiola, orientado después por Vilanova y liberado ahora por Martino
Empeñado en conseguir un título en este curso porque se sabe el líder del Barça, no le inquieta el Madrid ni que Ancelotti, al igual que hacía Mourinho, ponga a un medio justo por delante de la defensa para evitar que tenga surtidores de balones. Algo que le ha restado incidencia y gol en los últimos clásicos. “No depende de si tendrá uno o cuatro jugadores encima, Messi sabe qué hacer dentro de la cancha”, explican desde el club. “Confiamos en que haga un gran encuentro; siempre aparece en los partidos decisivos, cosa que supone cosas positivas para el equipo”, agrega Martino.
Festeja el vestuario azulgrana haber recuperado la versión afilada del delantero, esa que destroza redes, con 12 goles en los últimos nueve encuentros. “Contar con Leo en ese nivel es básico, fundamental, esencial”, abunda Iniesta. Con una Liga por decidir, Messi, bicarbonato del Barça, se refugia en su burbuja —a veces complicada de traspasar porque Neymar no acaba de congeniar con él en el campo— y pretende explotarla sobre el césped, haciendo lo que sabe, jugar a fútbol. Y si bate récords, pues eso que gana.
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