Neymar decepciona otra vez

Iniesta se lució y Messi, al inicio del partido, se echó una carrera de 30 metros para robarle un balón al Kun. La Pulga marcó la línea a seguir por el equipo tanto cuando anotó el primer gol azulgrana como cuando envió la pelota al palo. Leo dio ejemplo, especialmente a Neymar. Martino, siempre tan respetuoso, le buscó acomodo al brasileño como extremo derecho y relegó al banquillo a Pedro y a Alexis. Metido con calzador en la alineación, Neymar jugó mal, otra vez. Con Messi de falso 9 y reconvertido Iniesta de cuarto centrocampista otra vez en falso extremo.

Al brasileño, sustituido en el minuto 80 por Alexis entre pitos y aplausos, se le firmó otro talón en blanco y lo rompió en mil pedazos. No dio la talla. Levantó un grito de exclamación en la grada tras una ruleta antes de los 10 minutos. Y poco más. Le habilitó Messi en un par de acciones que le dejaron solo ante Hart y en las dos se tropezó. Mejor al presionar que al definir, el Barça se acercó con asiduidad al área del City, pero nunca con Neymar como detonante de la jugada. “Hizo un gran esfuerzo. Se comprometió mucho con la presión, con las subidas de Kolarov y ha tenido dos ocasiones de gol muy claras. En el momento del cambio, me pareció que estaba muy cansado”, dijo Martino.

Martino: “Estuvo comprometido con la presión y tuvo dos buenas ocasiones”

Para tranquilidad de Cousillas, que se sentó en el lugar de su amigo Pellegrini en el banquillo, sancionado por sus críticas al árbitro en la ida, relució antes el juego de Piqué que el de Neymar. Iniesta y Xavi, que sumó su partido 139 en la Liga de Campeones, e igualó así a Giggs, alargaron la línea de pase del equipo en la mejor fase de juego, que ni por esas coincidió con la de Neymar, lejos de ser aquél que iba a resolver el futuro de la entidad cuando le fichó Sandro Rosell. Antes apareció Alba y el Barça encontró profundidad jugando de manera tan ordenada que no necesitó ni hacer faltas: la primera llegó en el minuto 24. Pero le costó tanto hacer daño que necesitó 60 minutos para que asomara Messi, que lleva ocho goles en cinco partidos.

Antes de que decidiera Leo, antes de que Neymar volviera a pedir tanda para hacerse ver en un partido en el que la grada, casi llena, buscó a los delanteros, emergió Piqué, líder, para ordenarlo todo. El central da muestras de quien debe liderar a este equipo ahora que se va Puyol, más allá de los goles de La Pulga, que el próximo fin de semana, contra Osasuna tiene a tiro el registro goleador de Alcántara, récord absoluto del Barcelona con 369 goles. Le falta uno.

Asociado con Xavi y con Iniesta alrededor del pase y del toque, Messi le volvió a señalar el camino a Neymar, que pasó con más pena que gloria, de puntillas, sobre un partido grande. Como le ocurrió a Agüero, sustituido en el descanso por Dzeko, y a los españoles del City. Neymar no guardará el vídeo de este partido, por muchos minutos que le regalara Martino. Le queda tan lejos al Manchester City la gloria europea como a Neymar justificar las razones de su costoso fichaje.