El Celta se da un respiro
El conjunto de Luis Enrique hace bueno una primera parte sublime y sufre el arreón final del Levante, que falló un penalti
Un primer acto excelso del Celta y el infortunio de Barral frente a Yoel otorgaron una victoria al conjunto de Luis Enrique que le concede un respiro. Superior en el juego y en las áreas en unos primeros 45 minutos para enmarcar, al Celta le faltó acierto para solventar sin agobios un partido que se le puso de cara desde el inicio. Nada que ver con la segunda mitad en la que al Levante, desaparecido hasta entonces, tiró de temperamento y pasión para desvirtuar a los gallegos. No fue el día de Barral que falló un penalti y dos ocasiones claras de gol que privaron al Levante de lograr al menos un empate que intentó alcanzar sin desmayo.
En una tarde primaveral, en un ambiente de fiesta en Valencia en plenas Fallas, Levante y Celta se encontraron en un partido en el que le iba más en juego al conjunto gallego, de nuevo metido en la porfía por la salvación tras haber sumado tan solo un punto en los tres últimos partidos. Le correspondía pues al Celta intentar llevar la iniciativa en el juego, nada nuevo en el Ciutat de València. Al Levante nadie le pide que sea ambicioso y sublime. La afición granota se ha hecho al pragmatismo del conjunto de Caparrós, entiende que a su equipo no le sobra la calidad y aplaude y respeta el esfuerzo y la organización. No le pide más.
LEVANTE, 0-CELTA, 1
Levante: Keylor Navas; Pedro López, Vyntra, Juanfran (Héctor Rodas, m.46), Nikos, Diop (Sissoko, m.46), Simao, Rubén, Ivanschitz, Víctor Casadesús (Baba, m.75) y Barral. No utilizados: Javi Giménez; Sèrgio, Xumetra y El Zhar.
Celta:Yoel, Jonny (Hugo Mallo, m.67), Cabral, Iñigo López, Aurtenetxe, Fontás, Orellana (Santi Mina, m.87), Madinda (Krohn-Dehli, m.70), Augusto, Nolito y Charles. No utilizados: Sergio; Borja Oubiña, Álex López y Mario Bermejo.
Gol: 0-1. M.18. Nolito.
Árbitro: Hernández Hernández (colegio canario). Amonestó por el Levante a Pedro López, Nikos e Ivanschitz y por el Celta a Madinda, Jonny, Cabral, Aurtenetxe y Charles.
Partido disputado en el estadio Ciutat de València ante 14.300 espectadores.
Si el Levante no engaña, el Celta no se traiciona. Para lo bueno y lo malo, Luis Enrique ha inculcado a los suyos que el esférico es el tesoro y que es mejor disponer de él que perseguirlo. Y a ello se dedicó desde el comienzo del partido. El balón fue del Celta y lo administró con delicadeza y eficacia a pesar de la ausencia de Rafinha, su futbolista más dulce y clarividente. Y a los 19 minutos de juego encontró el premio en un pase al espacio que dejó a Augusto Fernández en disposición de asistir a Nolito. Tras sacar de centro, en la siguiente acción, Orellana, sin oposición, remató de cerca y su disparo fue repelido por un defensa del Levante en la línea de gol. No quedó ahí la cosa y en el posterior ataque celtiña, Nolito estrelló el balón en el poste. Todo ello sucedió en apenas tres minutos.
El equipo de Caparrós estaba tocado pero vivo, acostumbrado como está a verse en situaciones similares. Y tras el descanso se transformó con la intensidad como seña distintiva. Y al Celta le entró el pánico, más aún tras un paradón de Keylor Navas y un posterior penalti de Jonny a Víctor Casadesús. Barral falló la pena máxima, que repelió el travesaño. Respiró el Celta. Solo momentáneamente. Barral falló un remate sencillo que Yoel salvó en la raya de portería, como posteriormente un nuevo mano a mano del delantero gaditano con el portero gallego. Al Celta le quedaban ya las contras, peligrosas todas ellas. El partido fue un ir y venir, falto de gobierno y en el que los porteros se erigieron como protagonistas. El gol de Nolito le fue suficiente al Celta que de nuevo respira.
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