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“Tengo que adaptarme al estilo”

Diego Costa se mueve bien y pelea como siempre, pero combina poco y suma cuatro remates, ninguno a puerta “No es fácil en el primer partido, puedo dar mucho más”, dice el delantero

Diego Costa se lamenta en un instante del partido.
Diego Costa se lamenta en un instante del partido.ALEJANDRO RUESGA

Diego Costa se vistió ayer, de negro y flúor, con los colores de La Roja. El traje le quedó algo incómodo y, camino de Brasil, ese que enfiló desde su casa, desde la orilla del Manzanares, pareció quedarle lejos su mejor actuación. Ni frío hizo en el Calderón para dar la bienvenida al delantero brasileño, nacionalizado como futbolista de la selección española la noche que se rindió tributo al mito Aragonés. Jugó convertido en símbolo de la integración para la campeona del mundo, el décimo futbolista extranjero en defender los colores del combinado hispano desde que el húngaro Ladislao Kubala, el 5 de julio de 1953 en el Monumental de Buenos Aires contra Argentina, se convirtiera en el primer jugador nacido lejos de las fronteras españolas en vestirse con la zamarra de la selección. El brasileño de Lagarto se unió a la lista, el pecho por delante, listo para pelear por España en Brasil, donde nació. Le falta un punto, pero Del Bosque parece dispuesto a confiar en él y tal vez lo merezca. “Se ha incorporado Diego, y poco a poco irá entrando en la dinámica”, dijo Del Bosque sobre el debutante. “Tengo que adaptarme al estilo de España”, reconoció el punta colchonero. “No es fácil en el primer partido, puedo dar mucho más”.

Diego irá entrando poco a poco en la dinámica del equipo” Vicente del Bosque

Tan valiente como lo fue Diego Costa al elegir, lo fue anoche Vicente Del Bosque, el seleccionador de España, al probar cosas. Optó por mover alineación contra los italianos, consciente como es de que era la última prueba antes de la lista mundialista. Las horas que le quedan al seleccionador camino de la reválida en Brasil son una cuenta atrás y lo sabe, así que no le tembló el pulso al hacer pruebas. Las hizo en todo el campo, con Azpilicueta en el lateral derecho (a pesar de estar jugando en el izquierdo en el Chelsea de José Mourinho) y Javi Martínez de central; con Thiago Alcántara y Cesc, pese a las molestias que arrastra en el pubis, en la medular para acompañar a Busquets, prescindiendo de Xavi y de Xabi Alonso en el centro del campo, con Pedro e Iniesta por delante.

Lo primero que hizo Costa anoche, tras un pase al espacio del de Fuentealbilla, fue darle un empujón al defensa que el árbitro cobró como falta. A partir de ahí, tuvo constancia de dónde estaba y se cortó. Costa ya demostró la víspera, en los ejercicios del entrenamiento, cuando motivó incluso la sonrisa de Del Bosque, que le cuesta jugar a uno o dos toques, así que el equipo le buscó antes al espacio, porque en eso se ofreció bien, que en la combinación, terreno en el que resultó algo menos fructífero.

En profundidad, como referencia a la espalda de defensas tan cerradas como la de Italia ayer, paciente y serena, sabe tirar movimientos y sin balón se movió listo, justo como pretendía el seleccionador. Así que la prueba salió bien en ese sentido, por poco brillante que fuera su juego porque permitió a su espalda el rondo y a partir de ahí, se impuso España. Y además presionó el equipo desde la primera línea, con su figura de avanzadilla, por lo que La Roja, de negro flúor, jugó siempre, incluso sin balón, muy cerca de Buffon.

Tímido, al colchonero se le notó que fue su primer baile con los campeones

Tímido, al colchonero se le notó que era su primer baile con los campeones, pero tenía alrededor suficiente desparpajo como para que no se le notara al equipo. Por ahí apareció Pedro al quite, siempre vertical, para desbordar o para volver a marcar, enrachado como está. Le sobran muescas en el revólver al colchonero pero le faltan horas de vuelo en los andares para salir a bailar con los campeones del mundo. Y todo lo que tiene de valiente lo añora de tunante a la hora de interpretar la partitura. Realizó cuatro remates, pero ninguno a puerta, por mucho empeño que puso.

No fue el mejor Costa, y comparado con Thiago, que volvía, pura osadía, o con Javi Martínez, que jugó de central en ausencia de Piqué y sacó nota, todo oficio, al hispanobrasileño se le vieron algunos problemas para ensamblarse en el estilo de la selección. Estuvo incómodo en su traje nuevo, pero tan peleón y batallador como siempre.

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