Otro empate insuficiente
Valladolid y Levante firman unas tabalas (1-1) que no sirven de nada a los pucelados y permiten mantenerse arriba a los de Caparrós
El Valladolid se desangra. A fuerza de empates, el décimo en 25 jornadas con solo cuatro victorias, se le ha gangrenado hasta la voluntad, que a falta de calidad y fútbol, es lo único que podría mantenerle en una pelea que se le va alejando. JIM ya está cuestionado, con el puesto en peligro porque su equipo solo emite señales negativas. Y eso que el rival, el Levante, fue facilón, se dejó dominar, solo hizo un disparo a puerta en serio, el del gol, y su esfuerzo estuvo limitado a impedir que el rival creciese.
JIM cambió de estilo, las líneas, algunos nombres, reforzó el centro del campo y juntó a dos delanteros para ver si es verdad eso de que cazan en pareja. Pero al Valladolid le falta velocidad, es previsible, se mueve con una pesadez desesperante, apenas tiene estímulos. Y eso que el partido contra el Levante se había planteado en la ciudad como la encrucijada en la que resolver si la posibilidad de recuperación era real. Caparrós no dudó de su estrategia, dejar que el rival se quedara el cuero, el dominio, el control, todo. Juntó sus líneas, cerró espacios, y acertó a poner el punto que faltaba para el bloqueo general del Valladolid. Solo restaba esperar algún error o alguna jugada a balón parado, y cuando llegó Ivanschitz soltó un centro perfecto, tenso al único compañero sin marca, Casadesus, para que clavase el remate a la escuadra.
VALLADOLID, 1; LEVANTE, 1
Valladolid: Mariño; Rukavina, J. Rueda, Mitrovic, Peña; Larsson (Omar, m. 72), Á. Rubio (Víctor Pérez, m, 72), Rossi, Rama; Osorio (Manucho, m. 83) y Javi Guerra. No utilizados: Jaime, M. Valiente, Sastre y Bergdich.
Levante: Keylor, Vyntra, Navarro, Juanfran, Nikos; Diop, Simao; P. López (El Zhar m. 55), Casadesús (Sissoko, m. 83), Ivanschitz (Rubén, m. 63); y Barral. No utilizados: J. Jiménez, Héctor Rodas, Diawara y Nagore.
Goles: 0-1. M. 24. Casadesus. 1-1. M. 51. Javi Guerra.
Árbitro: Estrada Fernández. Amonestó a Ivanschitz, Barral, Rama, Mitrovic y J. Guerra.
Unos 15000 espectadores en Zorrilla.
El Valladolid estaba en camino de firmar su comportamiento clásico, la primera mitad a la basura, y con el inicio de la segunda un equipo completamente diferente, tenso, presionante, enganchado a las ganas de Rama en la banda izquierda, acertado en la imaginación y extraviado en el pase y en el disparo. El gol de Guerra, un churro, un disparo blando después de un jaleo en el área pequeña que Navas llegó a tocar con la yema de los dedos, desbocó el choque, el ambiente que más le apetecía al Valladolid, que con el partido ordenado es incapaz de alterar nada pero al toque de corneta camufla toda su colección de limitaciones.
La respuesta era sencilla y Caparrós atrancó el jaleo, comenzó a poblar el centro del campo en la misma medida que JIM buscaba la victoria con delanteros, incluso terminó el partido con tres medio centros porque el empate era bueno, un punto suficiente, el Levante no olvida que su fin es la permanencia y que Europa es una meta lejana, tanto como la permanencia del Valladolid.
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