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Keylor Navas se convierte en cisne

El meta costarricense del Levante supera sus defectos técnicos analizando vídeos

Keylor Navas, en un despeje ante la Real Sociedad en Anoeta.
Keylor Navas, en un despeje ante la Real Sociedad en Anoeta. Javier Etxezarreta. (EFE)

En el avión de vuelta a Valencia en la noche del domingo desde San Sebastián, donde el Levante había arañado un empate sin goles, el portero Keylor Navas ya repasaba las imágenes del partido, más pendiente de los errores que de los muchos aciertos. Keylor Navas (San Isidro de El General, Costa Rica, de 26 años) devora las imágenes preparadas por los técnicos del club, tanto antes como después de los encuentros. Depende del rival: hasta siete vídeos de los jugadores más peligrosos de la Real o los ocho del Barça. A otros porteros les cuesta hallar el momento para estudiar a sus adversarios; Navas los analiza exhaustivamente. El resultado es un portero inspirado y un Levante tranquilo en la clasificación, décimo, con solo 30 goles en contra, 11 menos, por ejemplo, que el Sevilla.

Será por “la humildad”, según resaltan sus compañeros, de reconocer sus debilidades, sobre todo en una técnica peculiar que va puliendo con el paso de los partidos. Keylor es un meta velocísimo, muy difícil de batir en un tiro distante, muy dotado para responder a la doble acción dada su rapidez para levantarse y desplazarse por la línea de gol, según explica Luis Llopis, preparador de porteros del conjunto granota. Ideal, por tanto, para el estilo del Levante de Joaquín Caparrós, muy replegado en su área para defenderse. Keylor, además, es “espectacular” en el juego con los pies, más preciso en el pase que algunos de sus defensas; perfecto para descargar a sus laterales cuando les presionan los puntas o para lanzar a los delanteros rápidos con envíos de semivolea.

Es un meta velocísimo y con un juego de pies espectacular” Luis Llopis

¿Los defectos? La tendencia a impulsarse en la estirada con la pierna equivocada, cayendo casi “de tripas” y no de costado. Y a tratar de parar a mano cambiada. La batida es esencial para los guardametas. Y los expertos recomiendan que solo crucen las piernas cuando el desplazamiento del cuerpo sea para alcanzar un balón muy alejado. En cuanto a la mano cambiada, una suerte en la que son maestros Oliver Kahn o Iker Casillas, solo se recomienda cuando la pelota esté en fase descendente. Todo eso ha tenido que aprenderlo Navas, a instancias de Llopis, así como una mejoría en el juego aéreo y en los blocajes. “En Anoeta nos ayudó mucho en cuatro acciones aéreas en un partido difícil por el mucho viento”, refrenda el experto.

La tradición tiene su peso en el fútbol y Keylor llegó al Albacete en julio de 2010, 20 años después de que otro costarricense, Luis Conejo, hubiese triunfado en el Carlos Belmonte. Keylor se formó en el Saprissa y llegó cedido al Levante la pasada campaña. La pasó a la sombra del titular, el uruguayo Gustavo Munúa, ahora en el Nacional tras verse salpicado por la sospecha del amaño del Levante-Deportivo del curso pasado. Pese a disputar solo un encuentro de Liga, no se le escuchó una protesta a Navas, un hombre “muy religioso y filantrópico”, dicen sus colegas. En su ritual, le gusta clavarse de rodillas sobre el césped, extender los brazos, mirar al cielo y rezar.

“Yo le digo que no solo representa al Levante sino también a Costa Rica”, agrega Llopis en referencia a sus 50 veces internacional. Inmerso en el grupo de Uruguay, Inglaterra e Italia para el Mundial de Brasil, Navas no parece asustado: “Pasarán Costa Rica y otro”. El chico que se movía como un pato se ha convertido en un cisne.

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