El Sevilla se rinde a Messi
La genial actuación del argentino pone líder al Barça tras remontar ante un rival que fue mejor en algunas fases (1-4)
Pudo el Sevilla derrotar al Barcelona, pero jamás a Messi. La genial actuación del argentino catapultó a su equipo hacia el liderato y, de paso, demostró al mundo que mantiene intacta su condición de estrella. Ajeno al pleito que dirimieron Sevilla y Barcelona, Messi se redimió con esa grandeza silenciosa que le concede una aureola única. Un instinto matador tan eficiente como inexplicable o, simplemente, el don del supremo talento que le acompaña. Fue digno rival el Sevilla, condenado por un error arbitral en el empate del Barcelona y su falta de pegada. Superar al líder exige mucho, quizás demasiado para este equipo todavía en busca de su personalidad. Y más cuando la estrella de Messi reluce en una noche de perros, contra los elementos atmosféricos y deportivos, en un encuentro de los de verdad, auspiciando ahora un épico duelo con ese Madrid tan pujante y un Atlético que se regenerará para intentar no volver a caer. La exigente prueba de Sevilla puede marcar un punto de inflexión para el equipo catalán porque volvió Messi en un momento delicado, con la Liga en juego y en vísperas de los duelos definitivos de la Liga de Campeones. El argentino condujo a su equipo a dar un golpe de autoridad en toda regla.
No llovió, diluvió en Sevilla. Y no solo eso. El viento, racheado, a endiablada velocidad, se convirtió en un enemigo considerable del juego. El escenario se antojaba frío y desagradable en un campo que el Barcelona suele respetar. Una galerna desconocida en estos lares se precipitó sobre Nervión y Martino debió mirar al cielo. Dio un descanso ya planeado a Busquets, el futbolista que quiso ser Del Bosque, y le dio mando a Song. En defensa, condicionado por las bajas de Mascherano y Jordi Alba, dejó en el banquillo a Alves y, al fin, Iniesta regresó con mando en plaza. El debate sobre Messi lo cerró el Tata con el argentino cerca del área del Sevilla. Luego, el futbolista jugó como le dio la gana.
Milagrosamente, el césped resistió como pudo ante tanta agua. Rápido y en algunas zonas encharcado, condicionó en ocasiones el juego. Le faltó al Barcelona una pizca de pasión en su puesta de escena, quizás condicionado por el solidario planteamiento del Sevilla. Emery juntó bien las líneas de su equipo, ofreciendo una lección a la hora de saber cuándo presionar la salida de balón del Barcelona. Mientras Song no gozaba de una vigilancia excesiva, las tornas cambiaban cuando Xavi, Iniesta o Messi controlaban la pelota. Hasta dos y tres jugadores del Sevilla aparecían para asfixiar a su rival. Un planteamiento excelente con un contratiempo evidente, el generoso esfuerzo físico que conllevaba.
SEVILLA, 1-BARCELONA, 4
Sevilla: Beto; Diogo, Fazio, Pareja, Alberto Moreno; Iborra (Trochowski, m. 64), Carriço; Gameiro (Cheryshev, m. 64), Rakitic, Vitolo (Jairo, m. 76); y Bacca. No utilizados: Javi Varas; Fernando Navarro, Cristóforo y Reyes.
Barcelona: Valdés; Montoya, Bartra, Piqué, Adriano; Xavi (Busquets, m. 83), Song, Iniesta; Alexis (Sergi Roberto, m. 89), Messi y Pedro (Cesc, m. 73). No utilizados: Pinto; Alves, Afellay y Tello.
Goles: 1-0. M. 15. Alberto Moreno. 1-1. M. 34. Alexis, de cabeza. 1-2. M. 44. Messi. 1-3. M. 56. Messi. 1-4. M. 87. Cesc.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Song, Carriço, Pedro, Valdés, Diogo y Cheryshev.
30.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.
Con fuerzas, el Sevilla dibujó un gol en una internada de Rakitic que culminó con suerte Alberto Moreno, lanzó un balón al palo en un remate franco de Bacca y todavía diseñó un contragolpe espléndido. Rakitic, líder y faro, no pudo culminar lo que hubiera sido el segundo gol. El Barcelona, desconectado, vio la luz en un gol en fuera de juego de Alexis tras saque de falta de Messi. Apareció el argentino con su excelente toque después de muchos minutos de abulia. No importa. Puede que 21 jugadores disputen un partido distinto. Messi se accionó mientras la grada clamaba contra Teixeira. El Sevilla, valiente, estuvo a punto de hacer el segundo en un balón que Valdés tapó a Bacca. En el guion tantas veces repetido, al buen juego del equipo andaluz le respondió el Barcelona con un contragolpe genialmente ejecutado por Messi. No hay planteamiento que valga ante el mazo del argentino. Resiste las dudas de su equipo y, por supuesto, el meritorio esfuerzo del Sevilla, castigado por un grosero error arbitral y la legendaria puntería de Messi. Si él marca, apenas se nota la espesura de Xavi o el eclipse de Pedro y Alexis, sojuzgados por el gran señor del Barcelona. Ante él, ni el inexorable paso del tiempo que lastra a algunos de sus compañeros parece hacer mella.
A Emery le había salido el partido dibujado en la pizarra. El que detuvo al Barcelona pero no a Messi. Pocos peros se podían poner al conmovedor esfuerzo de los andaluces, tan solo el de no haber sido más certeros en sus dos aproximaciones con la ventaja del gol del Alberto a su favor. El Sevilla, por el momento, no puede destilar grandeza, algo confuso en su más que necesaria regeneración.
El segundo tiempo se le podía hacer largo al Sevilla. Emery se despojó de sus complejos y mandó a su equipo arriba. En busca del empate o el suicido, los caminos del contragolpe se allanaron para el Barcelona. No se rindió el Sevilla, que tuvo el gol en las botas de Vitolo y de Gameiro. En la suerte suprema nadie se mueve como Messi. El tercer gol, el segundo de su cuenta, detuvo el tiempo. Ganaba el Barcelona, sin hacer demasiado esfuerzo. Perdía el Sevilla, peleando hasta el final, fallando una ocasión tras otra, ahogado en su ineficacia y la incredulidad por haberlo intentado tanto con tan escaso premio.
El acta recoge protestas de Emery y Monchi
El polémico arbitraje del Sevilla-Barcelona no se quedó en el césped, y llegó hasta los vestuarios, según recoge el acta que firma Teixeira Vitienes. Así, el árbitro amonestó a Emery, entrenador local, y dejó constancia de una protesta de Ramón Rodríguez, Monchi, directivo del equipo andaluz.
"Amonesté al entrenador del Sevilla C.F. D. Unai Emery Echegoyen en el descanso del partido, por hacerme observaciones de orden técnico en el túnel de vestuarios", escribe Teixeira, que añade: "En el descanso del encuentro cuando nos disponíamos a entrar en nuestro vesturario [sic], se dirigió a nosotros D. Ramón Rodríguez Verdejo (...) diciéndonos: "Vaya tela, nos jugamos la vida".
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