Un estreno a medio gas
Las escuderías de F-1 ruedan por primera vez con sus nuevos bólidos en una jornada llena de interrupciones y marcada por el ensayo-error
Arrancó por fin el curso de fórmula 1 2014, y la expectación que habitualmente rodea la primera tanda de ensayos se ha multiplicado de forma exponencial esta vez en el circuito de Jerez, cita de los únicos entrenamientos de pretemporada que se llevarán a cabo en Europa. Desde este martes y hasta el viernes, la mayoría de escuderías –no está Lotus ni Marussia– estrenarán sus apuestas de cara al Mundial que arrancará el próximo 16 de marzo en Melbourne. En la pista jerezana, mucho ruido y pocas nueces, o lo que viene siendo lo mismo, muchos flashes de las cámaras y poca, poquísima actividad en pista.
En la F-1 hay cosas que cuestan de entender. Una de las más llamativas radica por entender las dinámicas de los equipos, que se pasan el año quejándose por la falta de jornadas de pruebas, y después, el día en que los nuevos prototipos pueden pisar el asfalto por primera vez, apenas salen cuatro a dar una vuelta. La sesión arrancó a las nueve de la mañana y el primer piloto en pasar por meta fue Lewis Hamilton, dos horas y media más tarde. Un arranca y para constante en el que los técnicos comprobaron una y otra vez que todos los sistemas de los monoplazas funcionaran debidamente, antes de comenzar a forzar las máquinas.
Nos plantamos ante una nueva era marcada por el regreso de los motores turbo, la introducción de más limitaciones de distinto calibre (aerodinámicas y de combustible), y el aumento de los sistemas de recuperación de energía. Llega el ERS, un mecanismo que a partir de la sobrepresión del turbo alimenta otra turbina que genera electricidad. Esta se almacena en unas baterías que abastecen a un motor eléctrico y que, combinado con el KERS (sistema de recuperación de energía cinética procedente de las frenadas), liberan una potencia extra de unos 160 caballos durante 33 segundos.
La jornada venía marcada por un par de presentaciones, la primera de Mercedes, a las ocho de la mañana, y especialmente la segunda, de Red Bull, 20 minutos antes de que los semáforos se pusieran en rojo. A simple vista, los elementos más llamativos de ambos son las soluciones empleadas para adaptar la nariz y el morro a la nueva normativa. Lewis Hamilton se encargó de las presentaciones: primero su nuevo peinado y después, el W05. El británico fue el que más giró por la mañana (18 vueltas), antes de que se le descolgara el alerón delantero y terminara estampado contra la barrera. Sebastian Vettel ni siquiera recorrió un metro subido a su flamante RB10, debido a un “problema estúpido”, según reconocieron Adrian Newey y el propio Vettel. A Kimi Raikonen no le fue demasiado mejor en su reestreno con Ferrari: al finlandés lo obligaron a detener su F14 T en su tercera vuelta al ver mediante la telemetría algo que no les gustó del todo.
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