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Más Pedro que otra cosa

El Barcelona supera al Cartagena con dos goles del canario, uno de Cesc y otro de Dongou

Pedro disputa el balón con Fernando
Pedro disputa el balón con FernandoMarcial Guillen (EFE)

Fernando, el ariete del Cartagena, tardó apenas 15 minutos en dar forma a un sueño que terminó por sucumbir a pies de Pedro, un tipo que remite a una forma de vida llena de esfuerzo. El Barcelona de Martino fue poco más que Pedro y su esencia, bastante más que juego. El canario es mucho y más si de lo que se trata es de salir vivo de un campo menor, como el de Cartagena, de ganar o ganar contra un equipo basado en el orden y el empeño, como lo fue anoche el conjunto de Tevenet, un Segunda B que puso todas las ganas del mundo por hacer lo imposible: ganarle al Barcelona. No pudo, pero lo intentó con todo lo que tenía: la ilusión de un modesto.

CARTAGENA, 1 - BARCELONA, 4

Cartagena: Limones, Antoñito, Astrain, Mariano, Zurdo (Dani Ruiz, min.70), Carlos David, Marcos, Fede, Riau, De Lerma (Menudo, min.58) y Fernando (Megías, min.83).

Barcelona: Pinto, Adriano, Puyol, Jordi Alba (Montoya, min.80), Bartra; Busquets, Sergi Roberto, Song, Pedro, Alexis (Dongou, min.77), Cesc Fábregas.

Goles: 1-0, min.16, Fernando. 1-1, min.36, Pedro. 1-2, min.43, Cesc Fábregas. 1-3, min,75, Pedro. 1-4, min,90, Dongou.

Árbitro: Del Cerro Grande. Amonestó a Astrain y a Riau.

Estadio Cartagonova.

A cuarto de hora de partido, el zurdazo de Fernando, el nueve blanquinegro, le sacó los colores al equipo de Martino, que llegaba al municipal cartagenero exigido a reivindicarse tras dos derrotas consecutivas. Se envenenó pronto la Copa para el Barcelona, a quien falto de juego le rescataron el empeño y los goles de Pedro y de Cesc. No jugó el Barça ni bien ni mal, sino todo lo contrario. Ni fu ni fa. Pero salió vivo y con la eliminatoria prácticamente resuelta.

Martino dejó a tres campeones del mundo en casa, —Xavi, Iniesta y Piqué— y a Neymar en el banquillo. Juntó el técnico argentino en el campo a Busquets y a Song, al que uso de interior, en lo que suena a declaración contra natura. Le dio bola, por vez primera en la alineación titular, a Sergi Roberto y formó zaga con Puyol y Bartra como centrales, y Alba y Adriano en las bandas. A partir de ahí, Pedro se echó al equipo a su espalda por la banda izquierda, por donde abrumó a Antoñito, y Alexis se abrió por la derecha, dejando a Fàbregas espacios para moverse de falso nueve. La idea estuvo siempre más clara que la ejecución.

No jugó el Barça ni bien ni mal, sino todo lo contrario. Ni fu ni fa

Al final, le salvó al Barcelona su actitud, en especial la de Pedro, antes que el juego, a trompicones y sin fluidez. Picó el canario por fuera y por dentro y a su estela le siguió el equipo azulgrana. Ejemplar en su agitación por todo el frente de ataque, no dejó de intentarlo en cada minuto de partido. Como cuando buscó el desmarque en el primer gol y remató al palo largo o como cuando arrastrando a la defensa liberó a su compañero Fàbregas para regalarle un tercero que malogró por un mal bote. O asistiendo, llegado el caso, a Jordi Alba en su impulso por la banda por la que destartalaron al Cartagena. Al final tuvo que ser el mismo Pedro quien sentenciara la eliminatoria con el tercer gol, el segundo de su cuenta. El canterano camerunés Dongou cerró la goleada.

Si algo recuerda a la mayor gloria del pasado en el equipo azulgrana es el orgullo de Pedro. Protagonista de principio a fin en Cartagena, donde el Barcelona alivió su estado de ansiedad.

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