Jonas, triplete al primer toque

Los chicos de la Liga Europa han tomado el poder en Mestalla. Gente humilde —Barragán, Víctor Ruiz, Oriol Romeu, Bernat, Parejo y Canales— sobre la que Djukic puede ilusionarse con construir algo. No grandes sueños, pero sí un proyecto digno y modesto con el que empezar a recuperarse. Ya que ha fracasado Banega como líder; y que ni Pabón ni Hélder Postiga se acercan a llenar el vacío goleador de Soldado. A falta de un nueve, Jonas no tiene rival en la plantilla. O Detonador volvió a sus orígenes en el Gremio. Tres goles al primer toque. Los tres centrados desde la derecha, dos por Barragán y uno por Feghouli. Aunque se hubiera acomodado como segunda punta, Jonas lleva en la sangre la portería contraria. Primero convirtió con la zurda un centro también a un toque de Barragán, desde la línea de fondo tras un servicio de Feghouli. El brasileño se encaró con la grada, pidiéndoles cuentas por no haberle apoyado lo suficiente. Se equivoca. En los tiempos que corren, es una heroicidad pagar por una entrada en Mestalla. El hincha recibe muy poco a cambio. Algún detalle de Parejo o de Canales y poco más. Y este domingo los tres tantos de Jonas.

Puñal dejó tirado a Osasuna en el minuto 16. La entrada del mediocentro navarro sobre el tobillo de Parejo fue intolerable para el árbitro. Xabi Gracia dialogó amigablemente con Velasco Carvallo, pero el error no era del árbitro, sino del capitán.

Osasuna se metió en la cueva y no la abandonó en toda la tarde. El ataque valencianista resultó académico, llevado por un extremo y por el otro hasta que Barragán encontró el pase definitivo a un palmo del descanso. La rendición osasunista era definitiva. Tampoco se levantó en el arranque del segundo tiempo y lo aprovechó Jonas para empalmar con muchísima rabia un centro a media altura de Feghouli. El Valencia encontró una autopista por el carril derecho y Barragán volvió a entrar y a ceder atrás, muy dulce, para el precioso y violento disparo de primeras de Jonas a gol.

El exsecretario técnico Braulio Vázquez pagó con el despido los fichajes de Pabón y Postiga. Al marcharse, Braulio se lamentó de que Djukic hubiera utilizado tan poco a Oriol Romeu. Algo de razón le asistía. Mediocentro poderoso en la recuperación de la bola y sencillo en la distribución, parece haber llegado a la alineación para quedarse. Los suplentes han asaltado la bastilla de Mestalla.