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¿‘Quo vadis’ Barça?

El Ajax subraya las flaquezas del equipo azulgrana, sin ideas ni líderes sobre el césped y con un futuro incierto porque funciona a pesar de “tener más años en las piernas y menos hambre”

Jordi Quixano
Puyol y Pinto se lamentan de un gol del Ajax.
Puyol y Pinto se lamentan de un gol del Ajax.PETER LOUS (EFE)

Furioso porque el Ajax tenía el balón y la iniciativa, Piqué se giró hacia sus compañeros para gritar: “¡Esto es un despelote!”. Después, todavía en caliente, admitió que el espectáculo había sido “horrible”, al tiempo que deslizó: “Y el vestuario lo sabe”. Lo sabía porque se habló en el entreacto, porque a todos les preocupaba la expresiva superioridad del rival, que en 45 minutos tiró nueve veces a la portería de Pinto (por tres del Barça) y que le compitió en posesión (45,9%) y en pases (235, por 282). Reivindicado el segundo tiempo por los azulgrana, cuando el Ajax jugó con uno menos, ni los guarismos les otorgan la razón: el equipo acumuló el cuero (64,2%) para solo tirar en una ocasión. “Lo hicimos peor con balón que sin él”, convino Martino. Una tónica, sin embargo, de este Barcelona, mecido en un vaivén de ideas porque ha perdido la gracia en su juego y porque parece solo hacer daño a la contra, con balones directos y con prisas en la composición. Además, ni Xavi ni Puyol, los capitanes, defienden la identidad con el balón en los pies, como tampoco aparece la versión definitiva de Messi ni una solución que desmonte defensas.

Desde la plantilla, que tira de meritocracia, se reclama reconocimiento por lo conseguido del mismo modo que hace un par de semanas se negaba la mayor. “Somos los mismos de siempre, no creo que se pueda hacer cambiar la forma de jugar a futbolistas que siempre han jugado a lo mismo”, adujo Cesc. “Por nuestras cualidades, somos más peligrosos en corto, cuando tenemos el balón”, abundó Alves. “Pero hay que buscar salidas a la propuesta de un rival cerrado”, ahondó Piqué. “Lo que pasa”, intervino Valdés; “es que en los años anteriores hemos rozado la excelencia”. Esa es la impresión de las altas esferas del club: “Respetando el debate de los medios, el equipo que tomamos como referencia es el de hace dos o tres años. Y eso es un error garrafal porque fue algo extraordinario e irrepetible”. Y amplían: “Claro que jugamos distinto. Es lo que pedíamos cuando no teníamos un plan B. Ahora no hay tanto control en el juego, pero somos más imprevisibles”. El cambio de estilo, sin embargo, no fue admitido de inicio por Martino, que sacó a colación porcentajes de posesión en comparación con otros cursos.

Tomar como referencia el equipo de hace unos años es un error garrafal porque fue irrepetible”

Desde la dirección deportiva poco se sabe —si acudirá al mercado de invierno o por cuántos años renovarán a Iniesta y Piqué—, más allá de una frase reciente del director deportivo Andoni Zubizarreta: “Vivimos de la continuidad, no de la comparación. Creo que sabemos dónde estamos y hacia dónde vamos”. Aunque no todo parece tan diáfano en un club que parece extraviado en su idea original y juego, que no de resultados (la derrota contra el Ajax fue la primera en 21 duelos). Pero en el club molesta el debate del estilo —hasta el presidente Rosell anunció que los disidentes no querían al Barcelona—, por más que fuentes autorizadas del club aseguren: “Es normal que juguemos distinto. Ahora no se requiere tanto método, trabajo ni planificación, sino que nos basamos más en la inspiración individual. El Barça abre el partido y juega al uno contra uno, donde impone su calidad”. Y se añade: “Son tres años más en las piernas y tres menos en el hambre y las ganas”. ¿Entonces, no se debería hacer un cambio drástico en la plantilla? A lo que responden fuentes del club: “¿El barcelonismo tiene que tratar a verdaderos mitos como un empleado ordinario? Y la gente, en general, está encantada por cómo va el equipo; entienden que ya no es lo de antes. Xavi tiene 34 años, Puyol 36, Messi está lesionado…”.

Acabado el encuentro del Amsterdam Arena, Martino aseguró que el equipo había perdido “todos los duelos individuales”. Un argumento que sonaba a discurso cruyffista que no estaba exento de realidad. Pero una noticia devastadora, toda vez que, como dicen desde el club, se tira más del individualismo. Por lo que, perdido o no, queda por ver qué rumbo toma ahora el Barça.

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