Al límite total a por la historia
Márquez aspira a ser “el mismo de siempre” en la pista para conquistar el Mundial ante el campeón Lorenzo
Lo único que recuerda Jorge Lorenzo de aquella mañana de domingo, en Sepang, en 2010, en la que se levantó pensando en que podía convertirse en campeón de MotoGP, es que estaba tremendamente cansado: “No había dormido en tres días, con el jet lag y los nervios solo quería terminar la carrera lo antes posible”, concede. Márquez, de momento, ha dormido a pierna suelta. “Tengo la experiencia de 2010, gané el título de 125cc también en la última carrera, y con tres años más debería llevarlo mejor”, dice, aunque, admite, este domingo estará más nervioso. “Entonces la expectación era mucho menor. MotoGP es diferente, lucho contra el campeón”.
El discurso suena coherente y prudente, el lenguaje gestual resta dramatismo a la escena: el chico, de 20 años, sigue riendo y bromeando como si nada. “El plan es ser el mismo Marc de siempre”, concede. Y sigue su plan a rajatabla. Es el mismo Marc en la pista. Busca los límites en cada sesión, hace retorcerse su Honda en cada frenada, cruza la rueda delantera en cada aceleración, pasea el codo por los pianos y termina siendo el más rápido en prácticamente todas las sesiones, incluida la de clasificación, en la que, además, bate el récord de la pista. ¿Ha ido al límite? “Al límite total”, responde. Y añade: “Da confianza estar delante todos los entrenos y tener buen ritmo”.
Y defiende que no hay mejor forma de sentirse cómodo en la moto que tirar como siempre: cuando se apague el semáforo, intentará hacer la mejor salida de la temporada —“las salidas no son mi fuerte”—; buscará no separarse de Lorenzo y Pedrosa; y pelear por la carrera hasta que se distancien del resto, como siempre este año. Llegados a ese punto, utilizará la cabeza más que nunca: el campeonato es más importante que una victoria de etapa. No entrará en batallas estériles, pero tampoco bajará el ritmo: “Lo más importante es no perder la concentración”, se repite ante la cita de este domingo (14.00, Telecinco), en la que le vale ser cuarto para ponerse la corona mundial. Él es quien tiene las de ganar, aunque sigue haciendo referencia al 2006, año en el que Valentino Rossi perdió el título en Valencia.
Márquez defiende que no hay mejor forma de sentirse cómodo en la moto que tirar como siempre
A ese pensamiento se aferra Jorge Lorenzo, el otro contendiente, ese que según Dani Pedrosa “no puede hacer mucho más que correr rápido y rezar mucho”. El de Yamaha ha descartado la propuesta de su compañero de equipo, Valentino Rossi, que sugirió que, ya que a Márquez le basta con un cuarto puesto, Lorenzo, lejos de preocuparse de ganar, debería pensar en incordiar a su rival, invitarle a entrar en un cuerpo a cuerpo, buscar su error. “Sigo pensando que nuestra mejor opción es intentar escaparnos, no tenemos una moto que sea muy competitiva en el cuerpo a cuerpo”, responde el mallorquín, dos veces campeón del mundo. Aunque sabe que juega con desventaja, no quiere especular. Menos, después de sufrir problemas con su primera moto en la clasificación. El motor falló. Y es el mejor motor que tiene. Si su equipo no lo soluciona antes de la carrera, deberá correr con su segunda M1, una máquina con la que ha rodado menos, más nerviosa de motor.
Aunque también es ese el objetivo de Dani Pedrosa, aunque ya no aspire al título. Es el último vencedor en Valencia, seis veces ganador en este circuito, en el que ha triunfado en las tres categorías; nada que ver con Lorenzo, que solo cuenta una victoria, en MotoGP. El catalán recuerda que nunca hubo órdenes de equipo en Honda. Y tampoco tiene intención de ayudar a su compañero Márquez. “Yo haré mi carrera”, dice. Puede convertirse en el juez del Mundial. El juez de una carrera que se hará muy larga.
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