El Betis disfruta en Europa

El Betis disfruta en Europa. Su justo triunfo ante el Guimaraes lo coloca primero de grupo y le proporciona toneladas de moral. Alicaído el grupo en la Liga, los verdiblancos realizaron un estupendo partido, con jugadores como Nono, Vadillo y Verdú dando un paso al frente. El Betis completó un excelente ejercicio durante todo el encuentro, aunque siempre le faltó la guinda del gol. Lo encontró en la última jugada, gracias a un espectacular pase de Verdú que remató como pudo Chuli, un delantero muy contestado por el entorno. El fútbol ofrece, con frecuencia, este tipo de guiños. Tras perder en Málaga en el descuento, el toque de Chuli también en el alargue proporciona instantes de merecida felicidad. Pintó bien en el Betis, como conmovedor resultó observar las prestaciones de un central juvenil, Caro, ante un tanque como Maazou. Más discreta fue la aportación de Braian, un delantero sin desmarque. Molina le dio una lección en este sentido, aunque no mejoró a su compañero en la definición. El Betis, con ocho puntos, se dispara en Europa y airea una mente algo enrarecida, vital para afrontar la próxima cita liguera ante el Barça.

El Betis tuvo la virtud de jugar en Guimaraes sin la pesada carga que arrastra en la Liga, donde la necesidad de hacer puntos le produce angustia e incomoda a los futbolistas destinados a marcar la diferencia, caso de Verdú. En Europa, el conjunto verdiblanco ofrece unas señales distintas y se maneja de forma agradable, con un patrón mucho más cercano al que le hizo reconocible en la pasada temporada. Liberado de sus cadenas, el Betis encaró el duelo ante el Guimaraes ofreciendo, sencillamente, una imagen de equipo superior al portugués, que causó una buena impresión en Sevilla. El equipo de Mel se hizo con el manejo del balón e intentó hacer daño a través de la posesión.

La preciosa obra que fueron forjando Verdú y Vadillo, entre otros, nunca encontró el gol. El Guimaraes fue desbordado una y otra vez, pero al conjunto verdiblanco le fallaba la definición. No fue hasta la hora de partido cuando el desborde de Vadillo se tradujo en un excelente pase a Molina. Douglas, con un paradón, desbarató la gran ocasión del Betis, que tuvo la ambición de seguir buscando el gol hasta el final. El Guimaraes, escondido y tímido, recibió el castigo en la última jugada del encuentro. Chuli liberó sus demonios y con él los de un grupo demasiado angustiado.