Torres, en su apogeo
El delantero español da el primer gol, marca el segundo y el Chelsea vence a un City condenado por su defensa (2-1)
En el caso de conflicto entre dos jugadores del mismo equipo, una ley no escrita en el fútbol le da preferencia a quien viene de cara al balón. Es decir, al portero Joe Hart cuando salía a despejar un globo de Wilian. Pero el central Nastasic tenía la idea de ceder con la cabeza a su portero y no la cambió a pesar de verse delante de la larga figura verde de Hart. Su toque superó al guardameta y Torres aceleró para marcar el gol de la victoria del Chelsea (m. 90).
Pellegrini se marchó colérico y se negó a darle la mano a Mourinho, viejos enemigos de la Liga española
El duelo parecía destinado al empate si no fuera porque Torres se empeñó en subrayar hasta el final la finura de su estado de forma, asistente tras una fantástica jugada en el primer tanto de los blues (Schürrle) y autor del segundo tanto, cortesía de Nastasic. El atacante madrileño completa una semana perfecta, tras sus dos tantos en Gelsenchirchen en la Champions ante el Schalke. Pellegrini se fue al vestuario colérico, sin querer saludar a nadie. Mourinho iba detrás como queriendo ofrecerle la mano. Ya se habían saludado antes del encuentro, pelillos a la mar después de la enconada rivalidad entre ellos cuando Mou sustituyó al chileno en el banquillo del Madrid. Y le dedicó un comentario despectivo a Pellegrini, entonces técnico del Málaga. Silva, el mejor de los citizens, se quedó a protestar al árbitro, Howard Webb. De alguna manera, Pellegrini se había traicionando a sí mismo, prescindiendo de uno de los dos delanteros (Negredo) para reforzar el centro del campo. Lo mantuvo la constancia de Silva en la dirección y un zurdazo de Agüero desde el pico del área. Todo lo echó por tierra Nastasic y la leyenda negra de Hart. Los centrales llevan de cabeza a Pellegrini y el City se descuelga de la lucha por el título.
En pleno apogeo, Torres le echó una carrera hacia la gloria a Lahm y picó ante la salida de Lehman. Eso era en 2008 en Viena. España ganó aquella Eurocopa y el delantero madrileño estaba en la cima. Desde entonces, fichajes millonarios de por medio, muchas lesiones y altibajos, pocas reminiscencias individuales de aquel torneo. Hasta este domingo en Stamford Bridge. Tal fue el poderío en el uno contra uno al que retó al lateral izquierdo francés Clichy. Torres se dejó caer a la izquierda y entró en territorio del zaguero. Pero cambió de ritmo y le ganó con una superioridad insultante. Al llegar a la línea de fondo, centró raso justo hacia donde llegaba Schürrle. El volante alemán solo hubo de embocar (m. 32).
Pertrechado atrás hasta con nueve defensores cuando le convenía, el Chelsea explotó el depósito de Ramires en el medio y la exuberancia de Torres en ataque. El Manchester City, contumaz en entrar por en centro, chocó una y otra vez contra la barrera blue. Pellegrini había afeitado la alineación al prescindir de uno de los delanteros, Negredo, y también de la punta de Navas en el extremo derecho para dar cabida a Nasri.
El partido dio un vuelco en el arranque del segundo tiempo. Entraron en acción Silva, Nasri y, sobre todo, Agüero, que envió un zurdazo a la escuadra izquierda de Cech. El Chelsea se abrió y Silva encontró más espacios para lanzar los ataques del City. Mourinho igualó la posesión con la presencia de Wilian. Mata no disputó ni un minuto. El técnico portugués tiene preferencia por Schürrle, Hazaard, Oscar e incluso Wilian para un puesto parecido. Pellegrini buscó más profundidad con Navas primero y, ya muy tarde, con Negredo, frío al entrar en el minuto 85. El choque parecía morir en las tablas hasta que Nastasic no respetó ese viejo precepto del fútbol.
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