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Ancelotti da vueltas al ‘trivote’

El técnico italiano piensa que Khedira, Illarramendi y Modric forman el andamiaje que “equilibra” al Madrid en el medio

Diego Torres
Illarra conduce el balón ante el Málaga.
Illarra conduce el balón ante el Málaga.ULY MARTÍN

Los entrenamientos del Madrid siguen siendo secretos, vedados a los socios y a los periodistas, pero los jugadores afirman que detrás de los muros, más allá del escuadrón de vigilantes de seguridad, el trabajo de campo desde el punto de vista táctico no ha cambiado demasiado respecto al año pasado. Se aproxima otro clásico y Ancelotti, igual que Mourinho, anda preocupado por dotar a su centro del campo de consistencia defensiva. Mourinho empleaba el trivote, un trío de hombres cuya misión principal era desplegar una cortina de tibias por delante de la zaga. El portugués se paraba al borde del campo y pedía a sus jugadores que evitasen complicaciones saltando líneas con pases largos. Ancelotti manifiesta otras intenciones, pero esta tarde proyecta alinear una variación del trivote con Illarramendi por delante de los centrales, Modric a la izquierda y Khedira a la derecha. El mismo Khedira que este verano Florentino Pérez, el presidente, inscribió en una lista de prescindibles.

Florentino Pérez quiso traspasar a Khedira, cuyas estadísticas no son las mejores

“En los últimos partidos hemos jugado con tres centrocampistas”, dijo ayer el técnico italiano, celebrando la aparente fiabilidad que gana el equipo con estos hombres y, de paso, insinuando que no cambiará el modelo para enfrentarse al Barcelona. “Frente a la Juve jugaron Modric, Illarra y Khedira, y los tres lo hicieron bien. Han dado equilibrio al equipo y están haciendo un buen trabajo”.

Ancelotti se diferencia de Mourinho porque repite, en palabras de los muchachos, que “hay que tocar”. Incuso contra el Barcelona. Insiste en que no hay que rifar la pelota y que el primer pase tiene que ser, en lo posible, a ras de hierba. Pero luego, a la hora de profundizar en los conceptos, no ha acabado de explicar al equipo cómo deben hacerse esas transiciones elaboradas. Los juegos, los simulacros de partidos contra defensas cerradas, las recreaciones del ataque estático, resultan tan difusas como con Mourinho. Siguen funcionando los ejercicios de contraataque. Casi todos en el vestuario están de acuerdo en que el equipo solo es capaz de mostrarse suelto cuando contragolpea. Eso intentarán hacer en el Camp Nou.

Solo los ruegos de Ancelotti hicieron que Florentino Pérez desistiera de traspasar a Khedira. El presidente entendió que, tras la venta de Özil, debía hacerle alguna concesión al técnico, aunque sigue sin comprender la función que desempeña el alemán. Desplazado del medio centro, su puesto natural, a una oscura labor de volante llegador por el carril del ocho, Khedira era uno de los favoritos de Mourinho. El portugués le admiraba porque, según sus cálculos, se valía él solo para cubrir la superficie que normalmente ocupan dos hombres y esto le brindaba un gran potencial para recuperar la posición defensiva. Ancelotti anima a Khedira a contactar más con la pelota pero le valora por la misma razón que su predecesor: el despliegue físico. Eso que, en el razonamiento del técnico, proporciona “equilibrio” al equipo.

Ancelotti repite que “hay que tocar” pero no ha acabado de explicar cómo deben hacerse esas transiciones elaboradas

Ancelotti ha dudado de Illarra, de Modric y de Isco por su falta de garra defensiva, y en algún momento ha ponderado quitar a Di María para poner en su puesto a Bale. Repitiendo el juicio de Mourinho, a Ancelotti le cuesta prescindir de Khedira porque admira en él ese ímpetu para destruir el juego del rival. Sin embargo, los números desvirtúan esta certeza. El estudio estadístico comparativo de Modric, Khedira e Illarra en los tres partidos de Champions disputados demuestra que Khedira es defensivamente el menos eficaz de los tres, pese a su apariencia corpulenta.

Ancelotti aprecia el despliegue físico, pero los lectores de la UEFA señalan que por cada minuto de acción Khedira recorre una media de 128 metros, Illarra 138, Modric 126 y Di María 123. No parece relevante considerando lo que aporta cada uno futbolísticamente. Khedira parece liberado del deber de asociarse con los compañeros bajo la premisa de que se trata de un campeón defensivo, pero en la práctica roba un balón cada 22 minutos, igual que Di María, mientras que Modric e Illarra roban uno cada 13. Mourinho calificó a Khedira de centrocampista box to box y eso debió traducirse en llegadas peligrosas al área contraria. Pero el alemán, que sigue descolgándose con Ancelotti, solo ha rematado tres veces en Champions.

Puesto a abrir hueco a Bale en el equipo titular, Ancelotti deberá tomar en consideración lo que le brinda cada uno de sus centrocampistas. Si de verdad quiere que su equipo mueva bien la pelota en el Camp Nou, como exhortó ayer, tiene ante sí un dilema de lo más intrigante.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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