El Zhar desmonta al Espanyol

Saque en largo de Keylor Navas, amortiguación y pase a un toque de Babá y disparo duro de El Zhar. Gol del Levante, el tercero del partido. Una acción que resume lo que es el conjunto de Caparrós que no engaña a nadie. Un manual de simplicidad, de fútbol directo, que contradice a los apologistas de la posesión y del toque y que desmontó al Espanyol en tres acciones, todas ellas protagonizadas por El Zhar, autor de dos goles, el primero de ellos por un penalti que no fue, y una asistencia, bien secundado por Babá, el nuevo Caicedo, Koné o Martins. Con lo justo, el Levante, de nuevo, apunta alto.

Básico en su juego, no por ello resulta cómodo enfrentarse al Levante que no asume más responsabilidades que las justas. De local o visitante, al conjunto de Caparrós no le incomoda tener el esférico o no. Lo primordial es mantenerse agrupado, mostrarse ordenado. Y en la sencillez de su propuesta radica la complicación para sus rivales, que ven que pasan los minutos y en los encuentros no sucede nada en su favor. Y de la nada el conjunto granota saca un rédito inmenso, con gran esfuerzo y escaso fútbol. La calidad depende de la inspiración del canterano Rubén o de El Zhar, de una acción individual o episódica, de un instante de inspiración puntual. Y de ser efectivo al máximo y lo fue un Levante que anotó cada oportunidad y dejó en poco a un Espanyol que venía de vencer al rocoso Atlético y al que su ortodoxia le valió para poco.

Salvando las distancias, el Espanyol posee las mismas virtudes que el Levante. El compromiso y el esfuerzo es su máxima, como no puede ser menos siendo entrenado por Javier Aguirre. Con más calidad, el Espanyol tuvo que llevar la iniciativa. Suyas fueron las dos primeras ocasiones. En la primera, Simão puso el esférico en la cabeza de Stuani al lanzamiento de una falta lateral. El remate del uruguayo se marchó por centímetros por el costado izquierdo de la portería de Keylor Navas. En la segunda, la jugada de Sergio García la culminó Stuani con un disparo fallido.

Poca cosa para amedrentar a un Levante acostumbrado a no llevar la iniciativa y a ver intervenir con asiduidad a su portero más que al contrario. Robar y lanzar es su propósito vital y a ello se dedica con convicción y devoción. Y en una de estas El Zhar se plantó en el área de Kiko Casilla y fue derribado por Víctor Sánchez. Muñiz Fernández vio la infracción, pero la interpretó incorrectamente. La falta sucedió medio metro fuera del área y Muñiz la convirtió en penalti. No es la temporada perfecta del colegiado asturiano que volvía a arbitrar tras permanecer un tiempo en la nevera tras haber dirigido el Elche-Madrid. En aquel encuentro se inventó un penalti y en el Ciutat de València, mal asistido por uno de sus linieres, convirtió en pena máxima una falta. El penalti lo transformó el propio El Zhar.

El gol atolondró al Espanyol que dos minutos después recibió un nuevo golpe. El Zhar de nuevo, sacó un centro enroscado que Babá se encargó de hacerlo bueno con un preciso cabezazo. El segundo gol del Levante en la segunda ocasión de que dispuso. El tercer gol del senegalés que al inicio del segundo periodo asistió a El Zhar. El franco-marroquí fue esta vez el ejecutor del Espanyol.