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Suárez y Unicaja, el reto de volver

El alero quiere olvidar el “sufrimiento” en el Madrid y divertirse de nuevo con Joan Plaza, que ha formado un equipo de jugadores “hambrientos”

Faustino Sáez
Suárez y Stimac intentan hacerse con el rebote ante Banic
Suárez y Stimac intentan hacerse con el rebote ante Baniccarlos díaz (EFE)

Cuando habla de Unicaja alterna la primera y la tercera persona del plural; cuando lo hace del Madrid mezcla el presente y el pasado. El trasiego verbal de Carlos Suárez es la metáfora de su ajetreado verano; el tono firme y aliviado anuncia su ánimo de desquite. “El equipo y yo estamos hambrientos por volver a ser lo que éramos”, apunta el alero de 27 años. El inicio de la competición ha refrendado sus palabras.

El Unicaja de Joan Plaza se estrenó en la Liga con una contundente victoria sobre Estudiantes (97-78) que dejó la impronta de un grupo voraz con un decidido propósito de enmienda. Los verdes se ventilaron el choque con un 44-12 a los 16 minutos y sellaron su instancia para volver a las alturas tras dos temporadas sin entrar en los playoffs por el título. Carlos Suárez aportó siete puntos, siete rebotes (seis de ellos en ataque) y tres asistencias para un 16 de valoración. Solo Granger (19 puntos) mejoró su hoja de servicios y solo Caner-Medley superó sus casi 24 minutos en pista.

En el Madrid sufría en lugar de divertirme como mis compañeros”, cuenta el alero

“Por un mal año no significa que se me haya olvidado jugar a esto. Ni mucho menos estoy acabado”, reflexiona Suárez. “Ahora estoy tranquilo y feliz, con ilusión de volver a competir y de sentirme importante en la pista. Quiero volver a ser el que era en el Estudiantes y en el primer año en el Madrid con Ettore [Messina]”. Laso le enseñó la puerta de salida tras proclamarse campeón de Liga.El club blanco pagó un millón de euros a Estudiantes en el verano de 2010 por uno de los jugadores con más proyección del baloncesto español, que seis años antes se había proclamado campeón de Europa júnior —fue el mejor de la final ante Turquía con 27 puntos— junto a Sergio Rodríguez. En su primera temporada, con Messina, firmó 13,4 de valoración —la mejor del equipo aquel año en Liga Regular— y 26 minutos de media; en las dos con Laso pasó de los 8,4 en 19 minutos a los 4,9 en 11 minutos en el último playoff. No disputó ni un minuto en el quinto y definitivo partido de la final.

“Empecé a salir en el quinteto, a jugar unos minutos y a desaparecer de los partidos hiciese lo que hiciese. Ahí me di cuenta de que mi rol cambió. Mentalmente te cuesta. Sufría en lugar de divertirme como los demás y eso se nota en el rendimiento. Trabajaba y no llegaban los resultados y ahí me faltó dar algo más. Más ambición, arriesgar más. Pero me veía dentro de un estilo que no le iba bien a mi juego y en el que no se veía mi trabajo”, rememora el de Aranjuez. “No había mala relación con el entrenador como se decía, pero no estaba bien. No quería ser un estorbo, ni estar por estar hasta apurar el contrato. Si no me quieren lo mejor para todos era salir”.

Dedicó dos semanas de su verano a macharse en sesiones de mañana y tarde con Alfred Julbe. “La idea era mejorar el tiro, pero también hicimos entrenamiento de coaching. Trabajo psicológico en el que me daba consejos. Su experiencia me ha ayudado a despertar el ansia de volver a jugar y a ser el que era”.

Hemos fichado jugadores que vienen de hacer temporadas cuando menos mejorables" Joan Plaza

Ahí llegó Joan Plaza para convencerle de fichar por Unicaja cuando ya tenía hechas las maletas rumbo a Siena tras apalabrar su fichaje con el Montepaschi. “Tenía decidido irme fuera de España porque necesitaba desconectar, pensaba que cambiar de aires era lo mejor, pero insistió tanto que me convenció. Más allá del dinero primaron otras cosas que me pueden aportar este club y este entrenador”.

“Buscábamos jugadores hambrientos”, explica Plaza que ha dado la vuelta a la plantilla con siete fichajes —Granger, Toolson, Kuzminskas, Caner-Medley, Hettsheimeir, Stimac y el propio Suárez— y su apuesta por canteranos como Domantas Sabonis y Luis Conde. “Hemos fichado jugadores que vienen de hacer temporadas cuando menos mejorables y que tienen esto como un reto. Deben hacer un buen año si no quieren desaparecer del escaparate de las grandes ligas. En ese perfil está Carlos [Suárez]. Nos tiene que ayudar a mejorar a partir de su propia mejora”. Tras los proyectos fallidos de Aíto, Chus Mateo y Repesa, Unicaja —campeón de Copa en 2005 y de Liga en 2006— busca retomar el carril bueno. “Tenemos que ser prudentes. Hubo grandes proyectos que no resultaron. El camino se demuestra andando”, señala Plaza. “Va a ser una Liga muy igualada entre Madrid y Barça y luego estaremos un grupo de equipos que intentaremos darles algún susto. Ojalá podamos evitar que sea una liga bipolar”, cierra Suárez.

El Barça frena el empuje del Valencia

El Barcelona ha estrenado la temporada con una trabajada victoria en el Palau Blaugrana ante el Valencia, que llegó a mandar de 17 puntos antes del descanso (24-41), pero ignoró su fortaleza defensiva anterior y permitió la reacción a los locales, con una exhibición de individualidades muy prometedora.

Los catalanes arrancaron la segunda parte con un 8-0 (42-45, min.22)
y a partir de ahí mandaron hasta el final. Atrás quedaba el trabajo de
Doellman en los primeros veinte minutos. Ahora eran otros los protagonistas, como Dorsey, Papanikolaou o Nachbar. De todos modos, el norteamericano y Rafa Martínez forzaron un final vibrante. En el primer cuarto, el Valencia se mantuvo firme con los puntos de Lishchuk, siete en los primeros cuatro minutos, y, sobre todo, por su implacable defensa. El Barça, pese a todo, no tenía problemas en el intercambio canastas. Pascual usó todos los recursos que le permite su espectacular plantilla, con Lampe como máximo anotador.

Los azulgrana dominaban el rebote y maquillaron así su mal porcentaje
en triples, con los que finalmente firmaron una ventaja mínima en este
periodo (18-15). Perasovic pidió más intensidad en el segundo cuarto
y el inicio de su equipo fue espectacular. Un parcial de 0-9 (18-24,
min.12) de Sato y Dubljevic encendía las alarmas.  El tiempo muerto no le bastó al Barça. En el minuto 18 la diferencia era de 17 puntos (24-41) tras la exhibición de Doellman. Los anfitriones, desorientados, tenían problemas para frenar la inspiración rival y para atacar su sistema defensivo 1-3-1. Nachbar maquilló mínimamente el marcador al descanso (34-45).

En la reanudación, el equipo catalán volvió al partido a lo grande.
Tomic y Papanikolaou, el griego con dos triples seguidos, firmaron un
8-0 (42-45, min.22) y borraron el segundo acto del Valencia. Y no ayudó
a su recuperación el festival de mates de Dorsey, que ponía a los suyos
por encima (50-47, min.25). El cuadro valenciano olvidó su intensidad defensiva y perdió balones fatales. El Barcelona llevaba ahora la iniciativa, aunque los de Perasovic no estaban fuera de partido y mantuvieron distancias de cuatro o cinco puntos. El marcador a falta de diez minutos dibujaba un buen escenario para el espectador (63-59).

El pulso duró hasta el final del encuentro, siempre con liderazgo
azulgrana. Lo más cerca que estuvo el Valencia fue en el minuto 36, tras
un triple de Rafa Martínez (68-67). Entre el barcelonés y Doellman aguantaron la emoción frente a un Barça que presumía del regreso de Navarro, con nueve puntos, tras un verano de descanso. El choque estaba encarrilado a favor de los catalanes y se definió en el último minuto. No hubo sorpresas tras dos tiros libres de Nachbar (76-71), pese a que los de Perasovic, a las puertas de su victoria cien en ACB, respondieron con un 0-4. En la última jugada, Doellman tuvo la victoria de su equipo en la muñeca, pero falló.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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