Webber se pone en medio

La explosiva relación que mantienen los dos pilotos de Red Bull ha dejado episodios que los aficionados a la fórmula 1 rememorarán bastante a menudo. Como el cabreo de Mark Webber el sábado del Gran Premio de Gran Bretaña de 2010, después de que su equipo le desmontara el alerón de su coche para colocárselo al de Sebastian Vettel. O como el enfrentamiento entre el australiano y el alemán en la segunda carrera de este año, en Malasia, por la decisión de Vettel de pasar absolutamente de las órdenes de equipo y lanzarse a por él en las últimas vueltas, y adelantarle cuando supuestamente ambos debían respetar las posiciones. Casualidades del destino ahora resulta que en Suzuka, donde el tricampeón dispone este domingo (8:00 horas, Antena 3) de la primera pelota de partido para lograr su cuarta corona, será Webber quien encabezará la parrilla de salida por primera vez este curso, y por delante de su vecino de taller, en el que supone el tercer doblete en sábado de los monoplazas del búfalo rojo. La tercera plaza la ocupará Lewis Hamilton, mientras que la octava será para Fernando Alonso.

Vettel conseguirá su cuarto Mundial de carrerilla si cruza la meta como ganador y el español de Ferrari no lo hace entre los ocho primeros. El chico de Heppenheim comenzará por detrás de su compañero por primera vez en este 2013, aunque en este punto es importante tener en cuenta que Webber no es precisamente quien mejor arrancada demuestra tener. Al australiano se le han acumulado las fatalidades en el que será su último ejercicio en la F-1 mientras que a Vettel todo se le ha puesto de cara. Hasta ahora, si uno de los dos RB9 tenía algún problema siempre era el del corredor de Queanbeyan. Esta vez se rompió la norma y la tropa de Milton Keynes tuvo que desmontar el prototipo con el número 1 por la mañana después de detectar un problema en el KERS que les obligó a cambiar las baterías.

En el momento decisivo de la cronometrada (Q3), dos errores muy raros de ver en el caso de Vettel del certamen le apartaron de la que hubiera sido su séptima pole y la cuarta consecutiva. En el primer intento se fue largo en un viraje a la izquierda y recorrió unos metros por la tierra; en el segundo midió mal una frenada y clavó los frenos con la consiguiente pérdida de tiempo.

Preguntado sobre la posibilidad de dejar pista libre a su compañero, Webber fue todo lo claro que pudo. “Seb hará su carrera y yo haré la mía. Él tiene más oportunidades, puede conseguir la pole en cada una de las carreras que faltan”, dijo. Dado que este será su último campeonato atendiendo a todo lo que ha tenido que tragar, pelear por llevarse la victoria es lo menos que Red Bull le puede conceder.